El supervolcán más peligroso de Europa envía señales alarmantes: ¿posible erupción?
Un estudio reciente revela cambios en el comportamiento de la corteza de la caldera del supervolcán Campos Flégreos, situado a las afueras de Nápoles: ¿una posible ruptura antes de una erupción?
Los volcanes que despiertan tras un largo periodo de reposo deben romper la corteza antes de que el magma pueda volver a la superficie provocando una erupción. Esta ruptura va precedida de cambios en la tasa de sismicidad, como consecuencia de los movimientos del terreno.
Un estudio que acaba de publicarse en Nature, titulado "Potential for rupture before eruption at Campi Flegrei caldera in southern Italy" y realizado por investigadores del University College de Londres (UCL) y del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología italiano (INGV), ha detectado variaciones en el comportamiento de la corteza de la caldera de Campos Flégreos, un supervolcán situado a las afueras de Nápoles, una estructura volcánica diferente del más famoso Vesubio y una de las zonas volcánicas más estudiadas y vigiladas del mundo.
Por tanto, estas variaciones proporcionan nueva información para evaluar el peligro potencial de una erupción. Por el momento, sin embargo, los resultados de la investigación no tienen ninguna implicación directa en las medidas relativas a la seguridad de la población.
Breve descripción de Campos Flégreos, un supervolcán a las afueras de Nápoles
Los Campos Flégreos, (palabra derivada del griego flègo, que significa "ardo", de ahí que literalmente sean "campos ardientes") son una zona volcánica densamente poblada (viven aquí medio millón de personas), situada en las afueras de Nápoles, una zona rica en historia, donde además de fenómenos volcánicos hay importantes restos arqueológicos que se remontan a la Magna Grecia y a la antigua Roma.
Son conocidas por la presencia de fumarolas, como las de la Solfatara en Pozzuoli, y de fenómenos volcánicos secundarios, como el bradisismo, es decir, un continuo levantamiento y descenso del terreno.
A diferencia del Vesubio, los Campos Flégreos no tienen un único edificio volcánico claramente visible, sino que son un campo volcánico deprimido con muchos centros eruptivos en su interior, lo que se conoce como caldera. Esta zona deprimida se formó hace decenas de miles de años por el colapso de un depósito magmático subterráneo tras potentes megaerupciones (ocurridas hace 40.000 y 15.000 años).
Erupciones, fumarolas y bradisísmo
En los últimos siglos, la zona de los Campos Flegreos no ha experimentado grandes erupciones (afortunadamente, porque las del pasado fueron megaeventos capaces de devastar el Mediterráneo), pero sin embargo se han producido decenas de nuevas actividades eruptivas. La última erupción se produjo en tiempos históricos, en 1538. No fue una megaerupción, sino un episodio mucho más concentrado localmente que dio lugar a la formación de un nuevo cono volcánico, conocido como Monte Nuovo.
En las últimas décadas, en particular entre 1970 y 1972 y en el periodo 1982-84, la zona de Flegrea se ha visto afectada por crisis bradisísmicas, con levantamientos del terreno muy acusados (hablamos de varios metros de elevación) que causaron graves daños a los edificios, provocando el abandono forzoso de algunos barrios.
Desde 2005, se ha producido un nuevo levantamiento constante del terreno, que aún continúa, y también se ha observado un aumento de la sismicidad en los últimos años.
¿Qué dice el nuevo estudio?
La sucesión de episodios de levantamiento en las últimas décadas, reza una nota publicada por el INGV en la que se resumen los resultados del nuevo estudio, ha provocado un debilitamiento progresivo de la corteza de la caldera de los Campos Flégreos. La investigación muestra que la corteza de la caldera de los Flegreos está experimentando una transición progresiva de una fase "elástica" a otra "inelástica". En esta última fase", explica Christopher Kilburn, de la UCL, "cualquier aumento de tensión asociado al levantamiento continuado se libera inmediatamente en forma de terremotos".
" Basándonos en nuestras investigaciones anteriores", recuerda Kilburn, "en 2016 habíamos planteado la hipótesis del aumento de la sismicidad, que efectivamente se produjo a partir de 2019. Este resultado nos ha animado a seguir por nuestro camino y demuestra lo importante que es estudiar los Campos Flégreos mediante este nuevo enfoque que nos da información sobre el nivel de fracturación de la corteza".
"El estudio", afirma Stefano Carlino, del Observatorio del Vesubio del INGV (INGV-OV), "muestra que, aunque el nivel del suelo alcanzado hoy es más de 10 cm superior al de la crisis bradisísmica de 1984, la deformación inelástica se está produciendo a un nivel de tensión inferior al de 1984.
Este resultado sugiere que, durante los episodios de levantamiento de caldera de las últimas décadas, se han producido progresivamente cambios en el estado físico de la corteza y que estos cambios no pueden despreciarse en el estudio de la dinámica volcánica actual y sus evoluciones futuras.
La actividad de la caldera se debe a movimientos de fluidos que estarían a unos 3 km de profundidad y podrían consistir tanto en magma como en gases volcánicos. Según muchos autores, incluidos los de este trabajo, la causa del levantamiento actual podría ser de origen hidrotermal, pero no puede excluirse por completo una posible contribución magmática.
"En el estudio", afirma Stefania Danesi, de la Sección de Bolonia del INGV, "demostramos que los episodios de levantamiento en los Campos Flégreos desde 1950 hasta la actualidad deben considerarse fases de un único proceso a largo plazo en el que la reciente transición de un régimen 'elástico' a otro 'inelástico' marca una transición relevante".
¿Qué podría ocurrir en la zona del supervolcán Campos Flégreos?
Los autores plantean hipótesis sobre diferentes evoluciones de la fase actual. "Nuestros resultados", observa Nicola Alessandro Pino, del Observatorio del Vesubio del INGV (INGV-OV), "se basan en la elaboración de un modelo científico en el que los parámetros observados permiten hipotetizar escenarios de evolución de la fracturación de la roca y, por tanto, de la sismicidad".
En el escenario más crítico, la persistencia del régimen inelástico podría provocar la rápida fracturación de las capas más superficiales de la corteza, con precursores que podrían ser menos intensos de lo que suele esperarse en el caso del magma ascendente. Sin embargo, la reactivación progresiva y generalizada de las fracturas podría provocar la despresurización del sistema hidrotermal, con la detención del levantamiento del terreno y, por tanto, la reanudación de la subsidencia lenta".
Por último, los autores destacan cómo su estudio apunta a la necesidad de realizar análisis cada vez más cuantitativos de las relaciones entre las señales registradas en superficie por las redes de vigilancia y los procesos que las determinan, indispensables para proporcionar evaluaciones más fiables de la peligrosidad volcánica.
Repercusiones del estudio en los aspectos de protección civil
La investigación publicada tiene un carácter esencialmente científico, sin implicaciones inmediatas en los aspectos de protección civil por el momento, pero representa una contribución potencialmente útil para perfeccionar en el futuro las herramientas de previsión y prevención en materia de protección civil.
Por el momento, los resultados de la investigación no tienen implicaciones directas en las medidas relativas a la seguridad de la población.