El viento como formador de olas
Cuando pensamos en playa se nos viene a la mente el sonido relajante de las olas rompiendo sobre la arena. Su generación y qué las puede hacer tan destructivas en algunas ocasiones, dependerá de una mezcla de factores locales y meteorológicos.
Una ola es una onda que se forma en cuerpos de agua, como lagos y océanos, que tienen por origen una perturbación en este medio, ya sea por efecto de terremotos (tsunamis), mareas y, principalmente, por efecto del viento.
Cuando el viento sopla sobre la superficie del mar, por efecto de la fricción, va generando ondulaciones. Y así como para otras ondas, hay variables que definen su forma y movimiento. Cada ola tendrá su propia amplitud (distancia entre el valle y la cresta), período (tiempo que demora una cresta y una sucesiva en pasar por un mismo punto), altura (distancia entre la cresta de la ola y el nivel medio del mar), longitud de onda (distancia entre dos ondas completas), pendiente (definido como la altura de la onda con relación a su longitud de onda) y velocidad de propagación (razón entre longitud de onda y período).
Por lo general, las olas oceánicas se forman lejos de las regiones costeras, donde el viento sopla de forma regular. Estas áreas donde se registra dirección e intensidad de viento constante llevan el nombre de Fetch. Si el fondo marino ejerce influencia (fricción) en el desplazamiento de la ola, éstas pueden ser clasificadas como olas costeras o como olas de agua profunda.
La superficie del océano no es definida apenas por un único tren de olas, ya que el viento no sopla siempre de forma constante, pudiendo ellas sumarse entre si (amplificarse) e incluso, anularse. Pueden, dependiendo de la intensidad y dirección con que el viento actúe en determinada área, ser observadas olas menores sobre las mayores.
Estado del mar e intensidad del viento: Escalas de Douglas y Beaufort
A principios de 1800, Sir Francis Beaufort creó esta escala (de 0 a 12) que relacionaba las condiciones propicias o no para maniobrar barcos a vela (directamente asociado al efecto que ejercía el viento); pero fue a partir de la década de 1850 que la numeración definida por Beaufort fue asociada a la velocidad del viento medida en anemómetros.
Por su parte, la escala definida por Henry Percy Douglas a comienzos de 1900, relaciona intensidad de viento con la apariencia que la superficie del mar toma. La equivalencia entre ambas se ve en la siguiente tabla:
Valor Escala Beaufort | Intensidad viento (km/h) | Altura de olas (m) | Estado del Mar | Valor Escala Douglas |
---|---|---|---|---|
0 | 0 - 1 | 0 | Calma | 0 |
1 | 1 - 5 | 0,1 | Llana | 1 |
2 | 6 - 11 | 0,1 - 0,5 | Rizada | 2 |
3 | 12 - 19 | 0,1 - 0,5 | Rizada | 2 |
4 | 20 - 28 | 0,5 - 1,25 | Marejadilla | 3 |
5 | 29 - 38 | 1,25 - 2,5 | Marejada | 4 |
6 | 39 - 50 | 2,5 - 4,0 | Gruesa | 5 |
7 | 51 - 61 | 4,0 - 6,0 | Muy Gruesa | 6 |
8 | 62 - 74 | 6,0 - 8,0 | Arbolada | 7 |
9 | 75 - 88 | 8,0 - 10,0 | Arbolada Alta | 7 |
10 | 89 - 101 | 10,0 - 12,5 | Montañosa | 8 |
11 | 102 - 117 | 12,5 - 16,0 | Confusa | 8 |
12 | + 117 | + 16,0 | Huracanado | 9 |
Correspondencias entre intensidad de viento, altura de olas, estado del mar y las escalas de Beaufort y Douglas. |
Cuando se observa una situación intensa de oleaje en la costa, ella se denomina de marejada. Las marejadas se producen cuando grandes olas son generadas en lugares distantes del océano, producto de algún fenómeno meteorológico persistente, y las mismas alcanzan la costa. Pueden durar varios días, damnificando la infraestructura costera por la gran energía con que impactan en la costa, causando inundaciones y produciendo cambios en la morfología de playas.