En un estudio dan drogas psicodélicas a personas y luego les borran la memoria
En una investigación sobre el alcance de las drogas psicodélicas, los científicos luego de suministrarlas borraron la memoria de los participantes. Con ese efecto, lograron comprender el poder de la expectativa en el alcance de este tipo de drogas.
El uso de drogas psicodélicas ha aumentado considerablemente en los últimos años, pero los estudios sobre su uso sobre la salud humana no están del todo confirmados. Por ello, para obtener mejor evidencia, los científicos están probando métodos inusuales, y un tanto polémicos. Un estudio piloto en el que participaron ocho personas del Centro Transdisciplinario para la Investigación de Sustancias Psicoactivas de la Universidad de Wisconsin demostró que es posible combinar estas drogas como la psilocibina, el ingrediente activo de ciertos hongos, para que alguien tenga un viaje con setas casi normal y, a continuación, utilizar el midazolam para borrarle la memoria. ¿Por qué hacer que alguien viaje para luego quitarle el recuerdo?
Normalmente, cuando los científicos intentan aislar los efectos de un fármaco, lo hacen con ensayos clínicos aleatorios doble ciego, en los que los participantes y sus médicos no están seguros de si han recibido un fármaco o un placebo. Pero "nadie va a confundir 200 microgramos de LSD con un placebo", afirma Balázs Szigeti, investigador postdoctoral del Centro de Investigación Psicodélica del Imperial College de Londres. Puede ser dolorosamente obvio si alguien ha tomado una droga activa o no, indica en un informe Wired.
Las drogas psicodélicas tienen efectos fuertes y únicos y, para complicar aún más las cosas, están muy influidas por el contexto, como la mentalidad, el entorno y las creencias de una persona. En otras palabras, las expectativas de las personas sobre lo que ocurre con las drogas psicodélicas pueden influir en lo que experimentan. Estos problemas han perseguido el estudio de los psicodélicos desde la primera oleada de investigación en la década de 1950, y el estudio de Wisconsin es un intento reciente de responder a esta eterna pregunta: ¿En qué medida influyen la experiencia subjetiva y las expectativas de una persona ante un viaje psicodélico, y no sólo los efectos químicos de la droga en el cerebro, en la capacidad de la droga para aliviar trastornos como la depresión, la adicción o el estrés postraumático?.
Cómo estudiar drogas psicodélicas
Wired señala que ahora que los reguladores federales en Estados Unidos, y el público se están fijando en los psicodélicos, los científicos vuelven a preguntarse: ¿cuál es la mejor forma de estudiar estos compuestos para comprender realmente sus efectos?. La primer persona que utilizó el modelo de doble ciego para investigar, fue un psiquiatra llamado William Rivers. El cegamiento significa que los pacientes son asignados aleatoriamente a grupos en los que unos reciben un fármaco activo y otros un placebo, y se supone que ignoran en qué grupo están. Esto garantiza que tanto los pacientes como los médicos no introduzcan sesgos en el estudio y afecten a los resultados.
En 1906, Rivers se dio a sí mismo una bebida alcohólica o no alcohólica preparada por un colega, con el sabor enmascarado para que no pudiera saber cuál era cuál. Luego observó cómo afectaban las bebidas a la facilidad con que se cansaban sus músculos, señalando que los trabajos anteriores sobre el mismo tema podían haber sobrestimado los efectos del alcohol, porque la gente sabía si estaba bebiendo. Ya está demostrado que saltarse el cegamiento en los estudios puede llevar a sobreestimar los efectos de un tratamiento. Sin embargo, la Administración Federal de Medicamentos de Estados Unidos (FDA) no exige el cegamiento para aprobar un fármaco. Y la naturaleza única de los psicodélicos significa que el verdadero cegamiento podría ser casi imposible, se indica en el informe.
La investigación psicodélica lleva décadas compitiendo por su legitimidad, y que acaba de empezar a conseguirla. En los últimos 10 años, los ensayos clínicos sobre psicodélicos han empezado a publicarse regularmente en revistas académicas de alto impacto como The New England Journal of Medicine y Nature. En 2021, el Instituto Nacional de Salud anunció la primera subvención gubernamental para la investigación psicodélica en medio siglo. Ahora, los psicodélicos han sido anunciados como un "nuevo paradigma emergente" en psiquiatría. Fármacos como la psilocibina y la MDMA se encuentran en ensayos de fase 3, recopilando datos para presentarlos a la FDA para su aprobación.
El poder de la sugestión
Wired cuenta la experiencia de una persona que participó del estudio. Luego de la aplicación su mente se llenó de pensamientos sobre artes marciales japonesas y lucha con espadas. Surgieron algunos colores brillantes, en contraste con los neutros asépticos del entorno médico, y oyó notas de música instrumental. Eso es todo lo que recuerda tras recibir psilocibina, el principio activo de las setas mágicas, aunque su viaje duró horas.
Durante la sesión, los investigadores le preguntaron qué estaba pensando y sintiendo, y al parecer mantuvo una larga conversación sobre esos puntos, de la que no tuvo ningún recuerdo posterior. Lo que ocurrió es que a esta persona le borraron los recuerdos intencionadamente, hasta el punto de que probablemente no recuerde ni el 10%" del “viaje”. También le inyectaron midazolam, un sedante que puede utilizarse para producir amnesia.
En un estudio reciente, se administró ketamina o placebo durante la anestesia quirúrgica a personas con depresión de moderada a grave. Las diferencias no fueron clínicamente significativas entre los grupos ya que todos empezaron a sentirse mucho mejor. En el estudio hubo una mujer que recibió el placebo mientras estaba bajo los efectos de la anestesia, no recordaba nada y sintió una notable mejoría, sólo por la expectativa de que le dieran ketamina. Entonces, lo principal que se rescató como conclusión no es que la ketamina no funcione, sino el gran poder de la sugestión, expectación, planificación y pensamiento sobre el futuro, y ceder el control al cuidado de otros durante un periodo vulnerable.