¿Estamos solos en el universo? Un nuevo modelo matemático podría tener la respuesta
Científicos desarrollaron un nuevo modelo teórico y concluyeron que nuestro universo no sería el más probable para albergar vida inteligente. La energía oscura podría jugar un papel crucial en la creación de condiciones necesarias para que la vida evolucione en diferentes universos posibles.
Científicos de la Universidad de Durham, en Reino Unido, han desarrollado un modelo innovador que permite estimar las probabilidades de que emerja vida inteligente en nuestro universo y en otros hipotéticos. Esta investigación, publicada en la revista Monthly Notices of the Royal Astronomical Society, plantea que la densidad de energía oscura, la misteriosa fuerza que impulsa la expansión acelerada del universo, podría ser clave para entender las condiciones necesarias para la vida.
El modelo se inspira en la Ecuación de Drake, una fórmula de la década de 1960 propuesta por el astrónomo Frank Drake para calcular la cantidad de civilizaciones extraterrestres en la Vía Láctea.
Sin embargo, esta nueva aproximación se centra en el efecto de la energía oscura en la formación de estrellas, esencial para la aparición de la vida.
¿Cómo es el nuevo modelo matemático que estima probabilidades de vida inteligente?
Dado que las estrellas son una condición previa para el surgimiento de la vida tal como la conocemos, el modelo podría utilizarse para estimar la probabilidad de generar vida inteligente en nuestro universo y en un escenario de multiverso de diferentes universos hipotéticos.
La nueva investigación no intenta calcular el número absoluto de observadores (es decir, vida inteligente) en el universo, sino que considera la probabilidad relativa de que un observador elegido al azar habite un universo con propiedades particulares.
El trabajo concluye que un observador típico esperaría experimentar una densidad de energía oscura sustancialmente mayor que la que se ve en nuestro propio universo, lo que sugiere que los ingredientes que posee lo convierten en un caso raro e inusual en el multiverso.
El enfoque presentado en el artículo implica calcular la fracción de materia ordinaria convertida en estrellas a lo largo de toda la historia del universo, para diferentes densidades de energía oscura.
El modelo predice que esta fracción sería aproximadamente del 27 % en un universo más eficiente en la formación de estrellas, en comparación con el 23 % en nuestro propio universo.
O, en otras palabras, el valor de la densidad de energía oscura que observamos en nuestro universo no es el que maximizaría las posibilidades de vida, según el modelo.
No vivimos en el universo más probable para la aparición de seres inteligentes
"Sorprendentemente, descubrimos que incluso una densidad mucho mayor de energía oscura sería compatible con la vida, lo que sugiere que no vivimos en el universo más probable para la aparición de seres inteligentes", afirmó el Dr. Daniele Sorini, del Instituto de Cosmología Computacional de la Universidad de Durham.
El estudio plantea que, para que la vida se desarrolle, es necesario que el universo expanda su estructura lo suficiente para que se formen estrellas y galaxias, y que esas estructuras permanezcan estables durante miles de millones de años. El modelo también sugiere que el equilibrio entre la gravedad y la energía oscura es fundamental para la creación de un entorno donde la vida pueda evolucionar.
"Este modelo podría ayudarnos a entender mejor cómo distintas densidades de energía oscura afectan la formación de estructuras en el cosmos y las condiciones para el surgimiento de vida en distintos universos posibles", añadió el profesor Lucas Lombriser, de la Université de Genève y coautor del estudio.
En investigaciones futuras, el equipo espera aplicar este modelo para explorar si otros universos podrían tener un potencial similar o incluso mayor para albergar vida, ampliando así nuestra comprensión de las condiciones que hacen posible nuestra existencia.
Referencia de la noticia:
Daniele Sorini et al, The impact of the cosmological constant on past and future star formation, Monthly Notices of the Royal Astronomical Society (2024). DOI: 10.1093/mnras/stae2236.