¡Esto no es ciencia ficción! Los científicos han construido un enjambre de mini robots que cambian de forma
Científicos desarrollan un enjambre de robots inspirados en la biología que trabajan juntos como un material que cambia de forma.

Los científicos han creado un material único que es fuerte y sólido cuando es necesario, pero que también puede fluir y remodelarse a voluntad. Sin embargo, eso no es lo único impresionante de este material. Lo realmente genial, y lo que lo hace tan flexible, es que está compuesto por un conjunto de pequeños robots.
Inspirado en embriones
Puede parecer una película de ciencia ficción, pero la fabricación de este material es bastante sencilla. Según la investigación, desarrollada por científicos de la Universidad de California en Santa Bárbara y la Universidad Técnica de Dresde, cada uno de los robots utilizados tiene aproximadamente el tamaño de un disco de hockey, pero cuando trabajan juntos, se comportan más como un material inteligente y adaptable que como un grupo de máquinas. Esto significa que pueden cambiar de forma, endurecerse, fluir como un líquido e incluso autorepararse.
Para construir este material robótico, los investigadores se inspiraron en el desarrollo embrionario, es decir, la forma en que las células se organizan en un embrión para formar diferentes partes del cuerpo, siguiendo señales que imitan el comportamiento de las células.
“Los tejidos embrionarios vivos son los materiales inteligentes por excelencia”, explicó Otger Campàs, uno de los investigadores del estudio. “Tienen la capacidad de automodelarse, autocurarse e incluso controlar su resistencia material en el espacio y el tiempo”.

De la misma manera que las células se empujan, tiran y se pegan entre sí para esculpir partes del cuerpo, estos robots están diseñados para aplicar fuerzas entre sí, coordinar sus movimientos e incluso trabarse entre sí para mantener una forma.
En lugar de músculos, cada robot tiene ocho engranajes motorizados alrededor de su borde, lo que le permite moverse alrededor de sus vecinos y cambiar de posición en un espacio reducido.
Para mantener todo coordinado, los robots utilizan sensores de luz: al exponerse a una luz específica, saben en qué dirección girar, como las células que siguen las señales bioquímicas del cuerpo. Los imanes los ayudan a unirse cuando es necesario, permitiéndoles alternar entre la flexibilidad y la rigidez según sea necesario.
Un material hecho de robots que cambia de forma
Una vez que el sistema estuvo en funcionamiento, los científicos descubrieron que no eran solo los robots individuales los que hacían que el material se comportara como lo hacía, sino las fluctuaciones en sus señales. Pequeñas variaciones en el movimiento de los robots marcaban la diferencia entre una forma rígida y fija y una forma fluida y flexible.
“Ya habíamos demostrado que, en embriones vivos, las fluctuaciones en las fuerzas que generan las células son clave para transformar un tejido sólido en fluido”, explicó Campàs. “Por eso, codificamos las fluctuaciones de fuerza en los robots”.
Actualmente, el sistema es solo una prueba de concepto, con un pequeño número de robots en acción. Pero el equipo responsable del descubrimiento cree que los colectivos podrían algún día ampliarse y miniaturizarse, lo que daría lugar a estructuras autotransformables, materiales de construcción adaptables o incluso aplicaciones médicas donde se podrían utilizar robots blandos que cambian de forma dentro del cuerpo.
Referencia de la noticia:
Material-like robotic collectives with spatiotemporal control of strength and shape, published in Science, February 2025.