Estos tres animales "inofensivos" matan a cientos de miles de personas cada año: el ranking de letalidad
Cuando pensamos en animales mortales, probablemente se nos ocurren animales venenosos o de gran tamaño. Sin embargo, el animal que causa más muertes al año puede sorprenderte. Descubra aquí cuáles son las especies que más matan.
Cuando uno piensa en animales asesinos, probablemente se imagina un león, un tiburón, tal vez una serpiente venenosa o una araña. Sin embargo, estas temibles bestias son sólo figurantes en el panorama general de la muerte humana. Los que realmente matan al Homo sapiens son diversos, a menudo sorprendentes e impresionantemente letales.
Los tres animales más mortíferos matan juntos a unos 860.000 seres humanos al año. Aunque cualquier pérdida de vidas humanas es trágica, los seres humanos también tienen un papel que desempeñar en el círculo de la vida.
Contribuimos a la pérdida de hábitats y consumimos cientos de millones de peces y ganado cada día. Técnicamente, los humanos somos la especie más peligrosa para nuestra propia especie, siendo responsables de casi medio millón de muertes al año, según un informe de 2019. Pero dejando a un lado nuestros propios problemas, estas son las criaturas que provocan más muertes humanas.
Los tres animales más mortíferos del mundo
Empecemos por el animal que causa más muertes. La cifra ronda las 700.000 muertes al año, y este animal es uno de ellos:
El mosquito
Verdugo sin rival, el humilde mosquito es el único organismo que nos mata más de lo que nos matamos nosotros mismos. Las estimaciones publicadas sobre el número total de víctimas varían casi irrisoriamente, pero como vector de enfermedades devastadoras como la malaria (600.000 muertes), el dengue y la fiebre amarilla, no cabe duda de que los mosquitos suponen una amenaza única para la humanidad.
Algunos expertos se muestran escépticos ante la afirmación de que mataron a la mitad de todas las personas que alguna vez vivieron, pero eso no disminuye cuán profundamente moldearon el curso de la historia humana.
Serpientes: ¡100.000 personas al año!
A pesar de estar casi un orden de magnitud por detrás del asesino número uno, las serpientes son, sin embargo, un problema importante en muchas partes del mundo. Las mordeduras son más frecuentes en países donde la recogida de datos es deficiente, lo que lleva a los expertos a pensar que se denuncian muy poco.
Teniendo en cuenta un amplio margen de error, la Organización Mundial de la Salud estima que las serpientes matan entre 81.000 y 138.000 personas al año (sin mencionar los cientos de miles de supervivientes que sufren amputaciones y discapacidades permanentes).
Ascaris lumbricoides: ¡60 mil personas al año!
El recuento de cadáveres es bastante sorprendente, pero la tasa de infección es asombrosa: se cree que alrededor de 1.200 millones de personas (aproximadamente el 15 % de la población mundial) son portadoras de este parásito (correspondiente a la primera imagen de este artículo).
Ascaris es la causa más común de helmintiasis transmitida por el suelo, una clase de infecciones intestinales que también se transmiten por ascárides y anquilostomas. La mayoría de las personas nunca experimentan síntomas, pero en casos raros, la enfermedad puede tener consecuencias fatales, especialmente en los niños. (Las estimaciones en realidad varían entre 3.000 y 60.000 muertes por año, pero demos a Ascaris el beneficio de la duda).
Estos son los tres animales más mortíferos, pero por curiosidad decidimos mostrar el animal que viene a continuación. Éste, que puede verse como el mejor amigo del hombre, provoca un importante número de muertes al año, muchas veces por causas indirectas:
El perro: ¡59 mil personas al año!
Los perros son una de nuestras mayores amenazas. La mayoría de las muertes causadas por perros no son resultado directo de un ataque, sino del incurable virus de la rabia que pueden transmitir a los humanos cuando muerden.
Las vacunas antirrábicas existen desde hace un siglo, por lo que se trata de un problema especialmente grave en países con un suministro inadecuado o recursos médicos limitados.