Extrañas manchas en el manto de la Tierra serían vestigios del impacto del planeta Theia hace 4500 millones de años
Un reciente trabajo aporta luz sobre el probable impacto de un cuerpo llamado Theia con la Tierra. El evento no solo habría dejado su marca en el interior de nuestro planeta, sino que tambien habría creado la Luna.
Durante décadas, los científicos han estado desconcertados por dos grandes y misteriosas manchas en el manto de la Tierra. Estas formaciones rocosas miden miles de kilómetros y son ligeramente más densas que su entorno, lo que sugiere que están hechas de un material distinto al del resto del manto.
En un nuevo estudio publicado el 1 de noviembre en Nature, un modelo de simulación computarizada sugiere que estas extrañas manchas tienen un origen dramático: son el resultado de una colisión gigantesca hace 4.500 millones de años entre la Tierra primitiva y otro planeta joven, la misma colisión que se cree que formó la Luna.
El modelo estima que este violento encuentro provocó que el material del planeta que impactó, llamado Theia, se incrustara en la mitad inferior del manto terrestre. La colisión también provocó la puesta en órbita de algunos de los restos de Theia, que finalmente se fusionaron para formar la Luna.
La idea de que las anomalías del manto son restos de Theia no es nueva, afirma Robin Canup, científico planetario del Southwest Research Institute de Boulder (Colorado). "Pero este artículo es, en mi opinión, el primero que se toma en serio esta idea."
Parte del material de Theia se hundió en el manto de la Tierra
Una colisión gigantesca entre la joven Tierra y un protoplaneta más pequeño ha sido durante mucho tiempo la teoría predominante para la formación de la Luna. Este origen explicaría características como la ausencia en la Luna de muchos compuestos volátiles, que se habrían vaporizado durante la colisión con la Tierra.
Un impacto tan enorme en las primeras fases de la formación de la Tierra debería haber dejado algunas huellas. Yuan y sus colegas se preguntaron en el trabajo si esas huellas podrían incluir las extrañas regiones del manto terrestre, la capa situada entre la corteza y el núcleo. Los científicos llaman a estas formaciones “grandes provincias de baja velocidad”, porque las ondas sísmicas viajan más despacio a través de ellas que a través del resto del manto.
Los investigadores realizaron simulaciones por computadora de la interacción entre el manto de Theia y el de la Tierra desde el momento de la colisión hasta la actualidad. Esto demostró que parte del material de Theia se hundió inicialmente en la parte inferior del manto de la Tierra y que más material de Theia se acumuló allí con el tiempo, formando las manchas.
Los autores vienen trabajando hace tiempo en el tema, y en este último trabajo han ampliado sus modelos. Descubrieron que la energía del choque planetario habría fundido parcialmente el manto de la Tierra, que entonces habría tenido dos capas: una superior fundida y una inferior mayoritariamente sólida.
La capa superior fundida habría arremolinado parte del material de Theia en el material de la Tierra. Pero otro material de Theia se habría hundido a través de la parte fundida del manto y se habría alojado en la capa inferior. Con el tiempo se habrían formado dos manchas separadas. Mientras tanto, otro material de Theia se puso en órbita y formó la Luna.
La hipótesis puede tomarse en serio y avalar más investigación
El modelo no es una prueba irrefutable de que las anomalías del manto sean restos de Theia, pero Yuan y sus colegas "han demostrado que (la hipótesis) puede tomarse en serio", afirma Canup. "No es sólo una idea desechable, que es más o menos lo que creía que era antes de este trabajo". El siguiente paso será validar los modelos comparando muestras de rocas del manto con algunas de la Luna.
Maxim Ballmer, geodinamista del University College de Londres, no está seguro de que esta idea de las anomalías del manto se sostenga. El modelo "definitivamente necesita ser probado", dice Ballmer. "Pero creo que es una idea que merece la pena".
Yuan espera que ésta y otras investigaciones posteriores puedan arrojar luz sobre lo que ha hecho a la Tierra tan singular, factores que podrían incluir la colisión con Theia. Este estudio, dice Ballmer, sugiere que "este impacto gigante (creó) algunas heterogeneidades en la Tierra que pueden durar miles de millones de años".