Gracias a estos ratones, ahora podemos ver cómo era el pelo de los mamuts

Los ratones creados en laboratorio tienen un pelaje más largo, frondoso y de tonos pelirrojos, similar al que lucían los mamuts hace miles de años.

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Los mamuts existieron desde hace aproximadamente 4,8 millones de años hasta hace apenas 3700 años, en las épocas Plioceno, Pleistoceno y Holoceno.

Un grupo de pequeños roedores acaba de dar un salto evolutivo en el laboratorio. La empresa Colossal Biosciences anunció la creación de los primeros ratones con genes del extinto mamut lanudo, que poseen un pelaje más largo, denso y rojizo. Aunque estos resultados aún no fueron revisados por pares, la investigación se encuentra disponible en el repositorio BioRXiv.

Estos pequeños roedores llevan siete variantes genéticas extraídas del genoma del mamut lanudo, relacionadas principalmente con el crecimiento, el color y la textura del pelo

Los llamados "ratones lanudos" llevan siete modificaciones genéticas provenientes del mamut lanudo, pariente de los elefantes actuales. La edición del ADN incluyó genes vinculados al crecimiento y color del pelo, obteniendo como resultado roedores con un aspecto más cercano al de un animal adaptado al frío extremo. El objetivo final de Colossal es llevar este tipo de edición genética a gran escala para intentar "desextinguir" especies como el mamut, el tilacino o incluso el dodo.

“Estamos demostrando que ya podemos diseñar adaptaciones genéticas con implicaciones profundas para la desextinción y la ingeniería genética”, aseguró George Church, biólogo de la Universidad de Harvard y cofundador de Colossal. La compañía cuenta con inversores de renombre, como Thomas Tull, productor de Jurassic World, Peter Jackson, director de El Señor de los Anillos, y la heredera y empresaria Paris Hilton, quienes aportaron cientos de millones de euros para avanzar en estos experimentos.

Un laboratorio para revivir el pasado

El equipo de Colossal analizó 121 genomas de mamuts y elefantes para identificar genes clave en la adaptación al frío y las características del pelaje. Luego, utilizaron la herramienta de edición genética CRISPR para modificar los embriones de ratón. Entre los genes editados está FGF5, que regula el crecimiento del pelo y permitió que los ratones desarrollaran un pelaje hasta tres veces más largo que el de los convencionales.

Otros genes, como FAM83G, FZD6 y TGM3, hicieron que el pelo fuese más denso y rizado, mientras que la alteración del gen MC1R transformó el color del pelo en un tono entre rubio y pelirrojo, similar al del mamut.

Pero las modificaciones no solo afectaron la apariencia. La edición de la proteína FABP2, relacionada con el metabolismo de los lípidos, provocó cambios en el peso corporal de los ratones, algo que podría ser clave en la adaptación al frío de futuras criaturas "resucitadas".

¿Un mamut de laboratorio?

Para lograr un "mamut moderno", Colossal debería editar miles de genes en un embrión de elefante, algo extremadamente complejo. En su lugar, la empresa planea modificar solo un centenar de genes clave para obtener un "elefante mamutizado", es decir, un elefante con algunas de las características físicas del mamut, como su espeso pelaje.

Sin embargo, no todos los científicos están convencidos de que la desextinción sea viable. Louise Johnson, bióloga evolutiva de la Universidad de Reading, advierte que "introducir un gen de vellosidad en un elefante podría hacer que se parezca a un mamut, pero no lo convertiría en uno". Además, el proceso de edición genética presenta muchos desafíos: menos del 10 % de los embriones modificados lograron desarrollarse y muy pocos nacieron con todas las alteraciones genéticas esperadas.

Más allá del aspecto científico, la desextinción del mamut tiene un propósito ecológico. Los mamuts lanudos jugaban un papel crucial en los ecosistemas de la Edad de Hielo, ayudando a mantener las praderas y prevenir la formación de bosques densos. Su reintroducción podría ayudar a restaurar el equilibrio ecológico en regiones como Siberia, donde el deshielo del permafrost está liberando grandes cantidades de gases de efecto invernadero.

Pese a las dudas y críticas, el proyecto de Colossal sigue avanzando, atrayendo inversores y expertos en genética de todo el mundo. Por ahora, los ratones lanudos son solo un pequeño paso en este ambicioso experimento, pero podrían marcar el camino hacia un futuro donde los gigantes del pasado caminen nuevamente sobre la Tierra.