Hipótesis: "la mente después de medianoche", el cerebro se transforma
Un reciente estudio intenta comprender cómo funciona la mente humana en las horas nocturnas, y realiza una hipótesis sobre el momento en el que el cerebro se transforma después de medianoche con efectos negativos.
Según un artículo publicado recientemente en Frontiers in Network Physiology, existe un momento de la noche en el que la mente humana se transforma. La mayoría de los estudios previos hasta la fecha han examinado cómo el sueño fragmentado o insuficiente afecta el funcionamiento del día siguiente, pero este nuevo trabajo destaca los cambios en la cognición y el comportamiento que ocurren cuando alguien está despierto durante la noche.
La noche se asocia con un aumento de los comportamientos impulsivos y desregulados. En este trabajo se consideran datos empíricos de cuatro comportamientos: suicidio o autoagresión, delitos violentos, consumo de alcohol u otras sustancias e ingesta de alimentos.
La publicación evidencia alteraciones día-noche en las mencionadas conductas desadaptativas, y examina cómo difieren el estado de ánimo, el procesamiento de recompensas y la función ejecutiva durante la vigilia nocturna. Los autores proponen la hipótesis que llamaron "La mente después de medianoche".
Hipótesis: "la mente después de medianoche"
Esta hipótesis conocida como "Mind After Midnight" en su idioma original, postula que la mente humana se vuelve más susceptible a pensamientos negativos y a comportamientos destructivos después de la medianoche si está en estado de alerta. Se producen cambios en la cognición y el comportamiento, se altera el procesamiento de recompensas, el control de impulsos y procesamiento de información, preparando el escenario para comportamientos desregulados y trastornos psiquiátricos.
Comportamientos desregulados
Ocurren cambios nocturnos en el cerebro. El aumento del riesgo en la noche de comportamientos inadaptados probablemente se deba a los cambios circadianos y del sueño en la neurofisiología durante la vigilia nocturna.
El coautor de la hipótesis el Dr. en filosofía Michael L. Perlis pensó que estadísticamente es más probable que los suicidios estén previstos durante las horas nocturnas. Además los homicidios y los delitos violentos también son más frecuentes por la noche, al igual que los riesgos del uso ilícito o inadecuado de sustancias como el cannabis, el alcohol y los opioides.
La elección de alimentos durante la noche también tiende a ser poco saludable, se busca ingerir más carbohidratos, lípidos y alimentos procesados y el consumo de más calorías de las que necesitamos.
De todas maneras, todos los aspectos de esta hipótesis requieren validación empírica. Los autores del estudio advierten que estas conclusiones son solo una hipótesis, pero recomiendan que se amplíen los estudios que tengan en cuenta el efecto biológico de la noche en general.
Desincronización de nuestro reloj interno
Al vivir más de noche y dormir de día el reloj circadiano se desajusta, y según la autora principal del estudio la influencia circadiana en la actividad neuronal de nuestro cerebro cambia horas en el transcurso de 24 horas, lo que genera diferencias en la forma en que procesamos y respondemos al mundo.
La tendencia a ver la información bajo una mirada positiva está en su punto más alto durante la mañana, que es cuando las influencias circadianas están sintonizadas con la vigilia; por otro lado están en su punto más bajo durante la noche, cuando las influencias circadianas están sintonizadas con el sueño.
De esto deducen que viendo el mundo de manera más negativa y poco optimista suelen tomar malas decisiones y es posible que el mapa mental que crean el mundo que lo rodea ya no coincide con la realidad.
El cuerpo también produce naturalmente más dopamina por la noche, lo que puede alterar su sistema de recompensa y motivación y aumentar la probabilidad de participar en comportamientos de riesgo.
Los factores y biológicos se cruzan en la vigilia nocturna y conducen a la hipótesis de "la mente después de la medianoche" que los autores proponen como un marco para interpretar las conclusiones actuales y una guía para futuras investigaciones y brotes.