Historia desconocida: ¿quién fue el primer astronauta en orinar en la Luna?

Aunque el tema de las necesidades básicas humanas a veces sea tratado como tabú, la realidad es que ninguna persona es capaz de elegir cuándo y dónde va a tener ganas de ir al baño. No importa si estás en la Tierra o en la Luna.

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¿Qué pasa cuando un astronauta tiene ganas de ir al baño?

Pipí y caca. Dos palabras muy sencillas que se enseñan a los niños para informarnos que quieren ir al baño. Pero a medida que crecen, vociferar estas bisílabas comienza a dar vergüenza y se repiten cada vez más bajo o al oído de nuestros padres. Estas necesidades básicas resultan tan desagradables para la sociedad, que rara vez se muestra a los protagonistas de una película aliviándolas.

Pero cuando la naturaleza llama, llama. Y en los vuelos espaciales aprendieron muy rápido que debían considerar más las necesidades íntimas. Finalmente, los astronautas son tan humanos como cualquier otra persona sobre la Tierra y no contaban con el superpoder de “aguantarse” hasta volver a casa.

La hazaña húmeda que iba a cambiar la historia

Alan Shepard se convirtió en el primer americano en ser lanzado al espacio, pero no es la única razón por la que se lo recuerda. Este astronauta puso en peligro la misión y su vida al hacerse pis encima…dentro de su traje. Es que Shepard, fue un pionero. Su cápsula, que poco se parecía a las naves que viajan hoy al espacio, fue lanzada solo unos pocos días después del viaje de Yuri Gagarin, en 1961, dando comienzo a la carrera espacial entre la URSS y EEUU.

Mientras que el ruso estuvo solo una hora con cuarenta y ocho minutos en la cápsula, el americano tuvo algunas complicaciones en el lanzamiento y permaneció unas eternas seis horas dentro del traje y de la nave. Llegado un punto, no pudo aguantar más las ganas de orinar y, tras recibir permiso del control de misión, vació su vejiga dentro del traje espacial.

Luego de este “accidente” las agencias espaciales comenzaron a tener en cuenta la posibilidad de instalar medidas de eliminación o contención de la orina y heces. En la siguiente misión el traje espacial llevaría una válvula por la que podría escapar la orina en vez de acumularse dentro del traje, como en el caso de Shepard.

Orinar en la Luna

Gracias a la experiencia adquirida a partir del percance de Shepard, los tripulantes del Apolo -la misión que salió al espacio 8 años después- no tuvieron que sufrir un viaje flotando en sus fluidos corporales. Y menos mal, porque no hubiera sido muy cómodo convivir con las excreciones de los 8 días que duró la aventura.

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Imagen de la bolsa contenedora de orina que usaron en los viajes de las misiones Apollo.

Para orinar, los astronautas de esta misión, que eran todos hombres, emplearon un objeto similar a un condón en un extremo y que estaba conectado en el otro extremo a una bolsa mediante una pequeña manguera. Neil Armstrong fue el primer hombre en poner un pie en la Luna, pero el primero en probar este novedoso artefacto en la superficie lunar fue Buzz Aldrin, el astronauta que pisó nuestro satélite unos minutos después.

Años después, el astronauta escribió en su libro: "Neil Armstrong fue el primero en pisar la Luna, pero yo fui el primero en orinarme en la Luna". A pesar de esto, no todo salió como se había planeado. Aldrin también confesó que al descender de la nave, la manguera de la bolsa se enganchó y se salió del lugar. Así que al orinar en el suelo lunar, terminó sintiendo cómo el líquido cálido se desplazaba por su pierna.