Hongos de la nariz podrían ser la clave de la investigación sobre la alergia, según un estudio
Una investigación descubre una diversidad única de hongos nasales en las personas alérgicas, lo que permite comprender mejor las enfermedades respiratorias y los posibles tratamientos futuros.
La secreción nasal, los estornudos y la picazón en las vías respiratorias son síntomas comunes de la rinitis alérgica y el asma, dos afecciones respiratorias interconectadas que afectan a millones de personas en todo el mundo.
Ahora, sin embargo, los investigadores han descubierto un factor sorprendente en estas enfermedades: comunidades fúngicas diferenciadas en la nariz.
Publicado en Frontiers in Microbiology, el nuevo estudio revela que los pacientes con rinitis alérgica, con o sin asma, albergan hongos diferentes en comparación con los individuos sanos.
Una mirada más cercana al micobioma nasal
Los científicos responsables de la investigación estudiaron el micobioma nasal (la comunidad de hongos que viven en las vías respiratorias superiores) de 214 participantes, entre los que se encontraban personas con diagnóstico de rinitis alérgica, asma o ambas, así como un grupo de control de 125 participantes sanos. Se recogieron muestras mediante hisopos nasales y se secuenció el ADN de los hongos para identificar las especies y analizar sus funciones.
“Hemos demostrado que las muestras de rinitis alérgica presentan una diversidad fúngica significativamente mayor y una estructura de la comunidad fúngica diferente en comparación con las de los controles sanos”, afirma el doctor Luís Delgado, de la Universidad de Oporto. “Esto puede sugerir que la rinitis alérgica aumenta la diversidad y cambia la composición del microbioma de las vías respiratorias superiores”.
Entre los hongos más comunes identificados se encontraban patógenos alergénicos u oportunistas, siendo las dos familias dominantes Ascomycota y Basidiomycota. Los investigadores observaron que los micobiomas de los pacientes respiratorios eran más ricos y más diversos que los de los individuos sanos.
“Hubo una diferencia muy clara y estadísticamente significativa entre los pacientes con enfermedades respiratorias y los controles sanos, y ninguna diferencia significativa entre los diferentes grupos de pacientes con enfermedades respiratorias”, explicó Delgado.
Conexiones fúngicas y vías metabólicas
Los hallazgos también indicaron interconexiones fúngicas más fuertes en pacientes con rinitis alérgica y asma en comparación con los participantes sanos. Esto podría indicar un entorno inmunológico alterado en la cavidad nasal.
Análisis posteriores revelaron una sobreabundancia de vías metabólicas vinculadas a la producción de AIR (ribonucleótido de 5-aminoimidazol), un precursor clave del ADN y el ARN.
“Esto sugiere que AIR podría ser un futuro objetivo terapéutico para el tratamiento o diagnóstico”, señaló Delgado, aunque enfatizó la necesidad de más estudios para confirmar este vínculo.
Si bien el estudio ofrece perspectivas prometedoras, Delgado advirtió sobre sus limitaciones. “No pudimos controlar todas las variables específicas de los pacientes, como la gravedad de la enfermedad y los niveles de tratamiento relacionados, y los pacientes fueron muestreados en un solo momento”, dijo.
Estudios longitudinales futuros, sugirió, podrían determinar mejor si los hongos impulsan activamente la enfermedad o simplemente reflejan su presencia.
Referencia de la noticia:
Distinct nasal fungal communities in allergic rhinitis and asthma patients, published in Frontiers in Microbiology, October 2024.