Impuesto a las flatulencias: Dinamarca avanza con el primer gravamen a las emisiones de metano de vacas y cerdos

En busca de alcanzar la neutralidad climática para 2045, Dinamarca introduce un gravamen inédito para reducir las emisiones de metano.

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Dinamarca avanza con el primer impuesto a las flatulencias de vacas y cerdos.

Dinamarca se pone a la vanguardia en la lucha contra el cambio climático al convertirse en el primer país del mundo en gravar las emisiones de metano provenientes de las flatulencias de vacas, cerdos y ovejas.

El innovador impuesto a la flatulencia” obliga a los ganaderos a pagar 300 coronas danesas (43 dólares) por cada tonelada de CO2 equivalente que emiten sus animales.

El gravamen entrará en vigor en 2030, y busca fomentar prácticas agrícolas más sostenibles en un país que se ha propuesto reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 70 %, en comparación con los niveles de 1990.

“Daremos un gran paso hacia la neutralidad climática en 2045”, dijo el ministro de transición verde, Jeppe Bruus.

Aunque la medida encontró fuerte resistencia en los sectores alcanzados por el gravamen, finalmente se llegó el consenso, gracias a negociaciones con la coalición de partidos políticos y representantes de la industria, incluyendo la cooperativa lechera Arla Foods, que ve en la iniciativa una oportunidad para proteger la reputación del sector.

La medida prevé que en 2035 el impuesto aumente a 750 coronas (106 dólares). Sin embargo, el monto real que deberán pagar los productores será de 120 coronas (unos 17 dólares) ya que recibirán una deducción fiscal del 60 %, lo que reducirá la carga inicial del impuesto.

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La medida alcanzó el consenso gracias a negociaciones con la coalición de partidos políticos y representantes de la industria.

Además, tendrán incentivos adicionales si adoptan medidas para mitigar sus emisiones, como el uso de aditivos en la alimentación del ganado. Todo esto contribuyó a que la medida alcance el consenso de los sectores agropecuarios.

“Esto da a la agricultura la oportunidad de mostrar su carácter y también da a Dinamarca un papel de liderazgo mundial. Puede dar a los agricultores la oportunidad de recuperar el respeto por nuestra profesión, que tiene tantas cosas buenas que ofrecer, ahora que estamos resolviendo un problema tan importante”, dijo a Euronews Svend Brodersen, productor agropecuario danés.

Ganadería, metano y calentamiento global

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, la ganadería es responsable de alrededor del 32 % de las emisiones globales de metano atribuibles a actividades humanas.

El metano es el segundo gas de efecto invernadero más influyente en el calentamiento global. Aunque su concentración en la atmósfera es mucho menor que la del dióxido de carbono, su capacidad para retener calor es considerablemente superior.

De hecho, en un periodo de 20 años, el metano puede atrapar hasta 87 veces más calor que el CO2, lo que lo convierte en un factor crucial para el aumento de las temperaturas globales.

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Vacas, ovejas y cerdos, entre otros, emiten metano en sus gases y eructos.

Cerca del 90 % del metano que genera la ganadería proviene del proceso digestivo de los animales, principalmente mediante fermentación, y se libera principalmente en forma de eructos. Las vacas son las mayores responsables de esta emisión, mientras que el 10 % restante proviene del metano que liberan los estanques de estiércol, en granjas de cerdos y bovinos.

Desde 2020, los niveles de metano han mostrado un incremento notable, impulsados por diversas fuentes, como vertederos, instalaciones de petróleo y gas, y la ganadería.

Dinamarca ya ha logrado reducir sus emisiones de CO2 per cápita y busca la neutralidad climática para 2045. El gobierno danés planea reinvertir los ingresos del impuesto en la transición verde de la industria, y explorar métodos para restaurar tierras agrícolas a su estado natural, como las turberas, conocidas por su capacidad para retener carbono.

Este tipo de impuestos refleja un dilema global: equilibrar la producción alimentaria con la sostenibilidad ambiental. Nueva Zelanda había aprobado una legislación similar que debía implementarse en 2025, pero que quedó sin efecto debido a la fuerte oposición por parte de los agricultores.

Dinamarca, que ya es reconocida por sus compromisos ambientales, espera que este esfuerzo la consolide como líder en la gestión de emisiones agrícolas y sirva de modelo para otros países.