Insólito: descubren una nueva forma de vulcanismo lunar
Tras el descubrimiento de una marcada anomalía térmica bajo la superficie de la Luna, los científicos han especulado con que un tipo de vulcanismo desconocido hasta ahora podría haberla causado.
Una anomalía térmica bajo la superficie de la Luna ha revelado recientemente la presencia de un enorme bloque de granito antiguo, poniendo en evidencia un tipo de vulcanismo nunca antes visto en nuestro satélite.
¿Qué revela esta masa rocosa?
La Luna no tiene agua líquida, ni placas tectónicas, y actualmente es un cuerpo celeste sin actividad alguna. Sin embargo, los orbitadores lunares chinos Chang'e 1 y 2 han detectado un calor anormal, unas 20 veces superior a la media, bajo la superficie de la cara oculta de la Luna, cerca del Polo Norte.
En realidad, este calor es emitido por un enorme bloque de magma solidificado, o batolito, presente bajo la superficie desde hace unos 3.500 millones de años. Este tipo de roca es abundante en la Tierra, pero particularmente rara en otros lugares del sistema solar, ya que su formación requiere unas condiciones muy específicas. Entre ellas, una gran cantidad de agua líquida y, sobre todo, tectónica de placas, dos elementos que no se dan en la Luna.
Sin embargo, la región Compton-Belkovich sí contiene una gran cantidad de roca granítica bajo la superficie, identificada por instrumentos de medición chinos, y esta roca sigue desprendiendo calor hoy en día a pesar del cese de la actividad volcánica en la Luna. Esta masa de granito es también mucho mayor de lo que esperaban los científicos, pues mide unos 50 kilómetros de diámetro.
¿Cómo se explica semejante mole de granito?
La región volcánica de Compton-Belkovich también destaca por la presencia de una gran cantidad de torio, producto de la desintegración radiactiva, que podría explicar la emisión de calor aún presente en la actualidad. Sin embargo, una reserva de granito de este tamaño y que contenga tales elementos no se esperaría en la Luna, por lo que los científicos han planteado nuevas hipótesis sobre su formación.
Un sistema de este tamaño requiere una de las tres condiciones siguientes para formarse: una columna de manto que alimente de magma el interior de la Luna, una zona anormalmente húmeda bajo la superficie o una gran zona de elementos radiactivos que proporcione suficiente calor para fundir la corteza lunar.
Sin embargo, estas tres hipótesis no son compatibles con la composición a gran escala del interior de la Luna, ni con la ausencia de tectónica en este cuerpo celeste.
Quedan muchas preguntas por responder para explicar esta formación rocosa, muy poco habitual en la Luna. Aunque aún no se ha encontrado la causa del problema, parece que los investigadores han descubierto en la Luna una nueva forma de vulcanismo aún insospechada, lo que demuestra que aún nos queda mucho por aprender sobre nuestro satélite.