Inteligencia artificial y turistas: la dupla que ayuda a la ciencia en el estudio de los pingüinos en la Antártida

La Antártida, tierra de hielo, misterio y adorables pingüinos, se ha convertido en un laboratorio natural donde el cambio climático muestra sus efectos más drásticos. Por eso, la ciencia, la tecnología y el turismo se unen para proteger la fauna del continente blanco.

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Las fotografias de redes sociales pueden usarse para monitorear la fauna antártica

Las colonias de pingüinos en la Antártida, íconos de uno de los entornos más extremos del planeta, están bajo amenaza: el derretimiento del hielo, la actividad humana y otros cambios ambientales avanzan a un ritmo implacable, poniendo en peligro su supervivencia. Sin embargo, dos aliados insospechados se unieron para ayudar en su protección: el turismo y la inteligencia artificial, que juntos están redefiniendo cómo estudiamos y preservamos a estas aves únicas.

Un reciente estudio publicado en Plos One presenta una iniciativa que convierte las fotos de turistas en una herramienta científica de valor incalculable. Los investigadores aprovecharon esas imágenes tomadas por los turistas para crear un mapa detallado de las colonias de pingüinos, algo que permite hacer un seguimiento mucho más preciso de sus movimientos y poblaciones.

Y aquí es donde entra en juego la inteligencia artificial: a través de algoritmos que pueden identificar pingüinos en las fotos, el equipo de científicos logra obtener datos sobre las ubicaciones exactas y el tamaño de las colonias sin molestar a los pingüinos en sus momentos más tranquilos. ¿Quién diría que las fotos de vacaciones podrían ser tan útiles?

Un ojo digital en la nieve

El uso de inteligencia artificial ha permitido que el mapeo de estas colonias sea mucho más eficiente que antes. Los algoritmos “ven” a los pingüinos entre la nieve y el hielo de manera mucho más rápida que los ojos humanos, identificando incluso detalles que se le escaparían a un observador experto. Básicamente, han puesto a trabajar a un “ejército digital” para contar pingüinos sin descanso. Gracias a esta tecnología, ahora sabemos mejor dónde están las colonias y cuántos pingüinos hay en ellas, y esa información es crucial para entender cómo les afecta el deshielo y la alteración de su hábitat.

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Mapeo de colonias de pinguinos usando IA (PLOS ONE)

“Mi grupo de investigación se dedica a rastrear la abundancia y distribución de los pingüinos antárticos y estamos interesados en cómo los cambios en las poblaciones de pingüinos se relacionan con amenazas como el cambio climático y actividades humanas como el turismo y la pesca”, explica la científica Heather J. Lynch. quien dirigió esta investigación.

Para que la fotografía sea útil en esta investigación, el turista debe capturar el entorno completo, incluyendo montañas y el océano para ubicar el lugar con precisión. No debe usar el modo retrato ni acercarse demasiado a la colonia; lo ideal es una toma a distancia que muestre tanto el paisaje como a los pingüinos.

Para los investigadores, cada turista se ha convertido en un colaborador potencial, algo que abre nuevas posibilidades para monitorear la fauna antártica. “Es como tener cientos de ojos extra en cada excursión", comenta uno de los científicos. Por supuesto, algunos turistas pueden estar más preocupados por sacar selfies con los pingüinos que por hacer un registro científico, pero con un poco de guía, esos turistas también están ayudando a los expertos a construir un panorama cada vez más claro de las vidas de estos animales en peligro.
Pingüinos y personas: un futuro incierto

El cambio climático está llevando a que el hielo antártico se derrita a un ritmo sin precedentes, y esto representa un riesgo real para los pingüinos. Algunas especies, como el pingüino emperador, dependen del hielo marino para reproducirse, y la disminución de estas superficies puede afectar gravemente sus poblaciones. Por eso, el mapeo de las colonias es fundamental: permite ver cómo se adaptan estos pingüinos a los cambios en su entorno, qué colonias son más vulnerables y dónde podría necesitarse mayor protección.

En lugar de limitar el turismo en áreas sensibles, este estudio propone un modelo de ecoturismo participativo donde las personas, sin saberlo, pueden convertirse en defensores de la biodiversidad.

Así, cada foto, por insignificante que parezca, contribuye a la ciencia y ayuda a los investigadores a rastrear cómo estas colonias resisten (o no) los efectos del calentamiento global. En última instancia, esta colaboración entre turistas, ciencia e inteligencia artificial no solo ayuda a los pingüinos, sino que también redefine el papel del turismo en la conservación ambiental.

¿Quién iba a pensar que una selfie o una foto casual de pingüinos en la nieve podría terminar siendo parte de un estudio para salvar su especie?


Referencia de la noticia:

Wu H, Flynn C, Hall C, Che-Castaldo C, Samaras D, Schwaller M, et al. (2024) Penguin colony georegistration using camera pose estimation and phototourism. PLoS ONE 19(10): e0311038.
https://doi.org/10.1371/journal.pone.0311038