Irlanda o Hibernia, la tierra donde las condiciones invernales son habituales
En la imaginación de nuestros lectores hay innumerables destinos que se asocian a un determinado tipo de clima o estación. Hoy conoceremos ¡la tierra del invierno!
La isla de Irlanda es una de las 6000 islas que forman las Islas Británicas, siendo la segunda más grande. Situada en el noroeste de Europa, es la tercera isla más grande del continente y la vigésima del mundo.
Este territorio alberga aproximadamente 7 millones de personas que, en términos políticos, se dividen en dos comunidades distintas: la República de Irlanda e Irlanda del Norte, siendo esta última una dependencia del Reino Unido.
Sin embargo, esta isla no siempre fue conocida con este nombre. Los griegos la llamaban Iouernia, palabra que los romanos consideraban similar al vocablo latino hibernus, que significa invierno. Esta isla pasó a ser conocida en ese momento como Hibernia, la “tierra del invierno” o en una traducción más amplia, la “isla del invierno eterno”. Otro nombre muy conocido (y más actual) de esta isla es “Isla Esmeralda”, debido a los verdes paisajes que siguen siendo una marca registrada.
Actualmente, aunque en términos climáticos la isla tiene una fuerte tendencia hacia un clima templado, influenciado fundamentalmente por la cálida corriente de deriva del Atlántico Norte, los inviernos pueden ser bastante duros, con lluvias persistentes, bajas temperaturas, granizo, nevadas intensas y heladas, especialmente en los meses de otoño e invierno (de octubre a febrero).
Análisis de las condiciones meteorológicas más frecuentes
Según los servicios meteorológicos irlandeses, las nevadas son más frecuentes entre los meses de noviembre y abril, y es en enero y febrero cuando generalmente cae con mayor intensidad. Es en estas épocas cuando los puntos más altos de la isla se pintan de blanco. Sin embargo, esta situación se considera temporal y la mayoría de las veces, la nieve se derrite antes de que termine el invierno.
Otros factores que contribuyen a la sensación de que el invierno nunca termina son la nubosidad y el viento. La falta de luz solar directa, combinada con las bajas temperaturas, da una sensación de invierno constante que puede resultar desagradable para muchos seres humanos. Sin embargo, es por esta circunstancia que podemos disfrutar de las verdes llanuras de Irlanda durante todo el año.
El factor viento, y el hecho de que sea una constante en ese territorio, interfiere con la sensación térmica, es decir, la temperatura que siente el cuerpo humano. Sin embargo, es por la fuerte intensidad y exposición a la misma que este es uno de los territorios europeos con mayor potencial para la producción de energía eólica.
La República de Irlanda es uno de los países que encabeza el ranking de países que más producen e integran energía eólica en su circuito de consumo. Por ejemplo, el 6 de diciembre más del 70 % de la energía consumida en Irlanda se produjo a partir de energía eólica, situación que se registró como récord. En 2022, de toda la energía consumida, aproximadamente 1/3 fue producida por aerogeneradores instalados en tierra y a lo largo de la costa, principalmente en el oeste.
Las condiciones invernales pueden ser del agrado de unos y menos agradables para otros, pero pueden representar algunas ventajas desde el punto de vista de la sostenibilidad medioambiental, un reto importantísimo actualmente.