Jardines todo el año: 7 plantas trepadoras perennes resistentes al frío y al calor

Para cercos, fachadas o muros, las plantas trepadoras son una opción ideal que aporta belleza, elegancia y armonía con la naturaleza

plantas
Las plantas trepadoras aportan color y frescura a los espacios abiertos.

Para quienes tienen la fortuna de tener un espacio al aire libre -sea un parque, un patio o un balcón- las plantas son ideales para aportar color, perfume, aire limpio y armonía.

En particular, las plantas trepadoras, pueden revestir superficies verticales con belleza y elegancia, y brindar sombra natural.

¿Cuáles son las mejores? Hay para todos los gustos. Aquí reseñamos siete trepadoras populares, que además de ser perennes, se adaptan al frío y al calor.

Santa Rita

La Santa Rita es famosa por su capacidad para prosperar en diferentes tipos de climas. Aunque parece que la planta tiene flores, en realidad lo que vemos son brácteas, que rodean a las verdaderas flores, que son pequeñas y blancas.

Las brácteas pueden ser rosas, violetas, rojas, naranjas o blancas. Sus hojas son ovaladas y suaves. Algunas variedades tienen espinas en el tallo, lo que le ayuda a trepar y protegerse.

Plantas
La Santa Rita, llamada buganvilla o bougainvillea, es famosa por sus flores coloridas.

Pueden crecer hasta 12 metros. Una vez establecida, necesita mucho sol y requiere poca agua. Prefiere suelos bien drenados. Soporta algunas heladas suaves. En lugares fríos se cultiva en macetas para protegerla durante el invierno. Es recomendable podarla para controlar la forma y el tamaño.

Hiedra común

La hiedra común se encuentra en casi todo el mundo, pero es más común en zonas templadas. Es muy rápida para cubrir superficies y puede extenderse hasta 30 metros si tiene una estructura de soporte. Puede volverse invasiva si no se controla con poda.

Sus hojas tienen forma de estrella o corazón, con bordes lobulados. Algunas variedades presentan manchas en tonos más claros de verde o blanco. Usa raíces pequeñas en sus tallos para adherirse a superficies como muros, troncos o rocas.

Hiedra, planta
La hiedra se encuentra en prácticamente todo el mundo.

La hiedra crece mejor con luz indirecta brillante. En exteriores, puede desarrollarse bien en áreas sombreadas o semi-sombreadas. Prefiere un suelo húmedo, pero bien drenado. No tolera bien el encharcamiento, y soporta periodos de sequía una vez establecida. Resiste bien en climas fríos como cálidos. Incluso puede sobrevivir a las heladas.

Es una buena opción para decorar interiores, porque se adapta bien a condiciones de luz moderada y puede cultivarse en macetas colgantes o como planta de mesa.

Las hojas y bayas de la hiedra común son tóxicas si se ingieren, tanto para los humanos como para los animales, por lo que hay que tomar precauciones.

Glicina

La glicina, también conocida como wisteria, aporta un toque romántico porque produce racimos de flores violetas que cuelgan en cascada. Florecen en primavera y, en algunas regiones pueden tener una segunda floración en verano.

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Las hojas de la glicina son compuestas y están formadas por pequeños folíolos de color verde, que le dan un aspecto frondoso.

Crece rápido y puede trepar entre 10 y 30 metros. Tiene hojas compuestas, formadas por pequeños folíolos de color verde, que le dan un aspecto frondoso. Necesita pleno sol para florecer, aunque también puede crecer en zonas de sombra parcial. Prefiere suelos húmedos y bien drenados, pero tolera periodos secos una vez que está establecida.

Es importante la poda regular, ya que crece rápido y puede volverse invasiva. La poda también ayuda a estimular la floración. Sus semillas y vainas son tóxicas si se ingieren, por lo que es importante mantener a los niños y mascotas lejos de ellas.

Jazmín de invierno

El jazmín de invierno florece en los meses fríos, cuando muchas otras plantas están en reposo. Es conocida por sus flores de color amarillo y es una de las especies de jazmín más resistentes. Las flores no tienen un aroma fuerte, a diferencia de otras variedades de jazmín.

Puede crecer hasta 3 metros de altura o más si tiene soporte. Aunque es un trepador natural, necesita ayuda para sujetarse, ya que no tiene zarcillos o raíces aéreas. Prefiere buena exposición solar, aunque puede crecer en sombra parcial. Necesita un riego moderado. No le gusta el encharcamiento, pero tampoco soporta la sequía extrema. Es importante mantener el suelo ligeramente húmedo.

flores, plantas
Conviene podar el jazmín después de que termine de florecer, eliminando las ramas más viejas o desordenadas.

Es muy resistente al frío, lo que lo diferencia de otras variedades de jazmín. Puede soportar heladas moderadas y temperaturas invernales sin problemas, lo que lo hace ideal para climas templados y fríos.

Para mantener su forma y estimular una mayor floración, es recomendable podarlo después de que termine de florecer.

Clemátides

Las clemátides pertenecen a un género de más de 300 variedades. Sus flores pueden ser grandes o pequeñas, simples o dobles, y vienen en una amplia gama de colores.

Las hay perennes y caducas, según la especie y el clima en el que se encuentren. Pueden alcanzar entre 2 y 12 metros de altura si tienen una estructura para trepar.

Disfrutan del sol pleno o semisombra en sus flores, pero prefieren que la base de la planta esté en sombra para mantener las raíces frescas. Necesitan un riego regular, sobre todo en épocas de calor o cuando están floreciendo. Es importante que el suelo esté húmedo pero bien drenado, ya que las clemátides no toleran el encharcamiento.

Plantas
Las clemátides vienen en infinitas variedades de formas y colores.

Algunas especies son más resistentes al frío que otras, por lo que es recomendable elegir la variedad adecuada según la zona climática. La poda adecuada es crucial para mantener la planta saludable y estimular la floración.

Algunas variedades más compactas pueden cultivarse en macetas, por lo que son una excelente opción para espacios más pequeños.

Las clemátides son tóxicas si se ingieren, y el contacto con la savia puede causar irritación en la piel, por lo que se recomienda usar guantes al podarlas.

Madreselva

Casi todas las especies de madreselva son resistentes y de fácil cultivo. Las flores son tubulares, seguidas por pequeñas bayas rojas, negras o anaranjadas, según la especie.

Tienen mucho perfume, especialmente al atardecer y durante la noche. Las flores atraen a mariposas y colibríes, y a polinizadores como mariposas y abejas, además de aves que se alimentan de las bayas.

La madreselva crece más de 6 metros, en función de la especie y el soporte disponible. Sus hojas son de color verde oscuro, opuestas y ovaladas. En algunas especies son perennes, mientras que en otras son caducas, dependiendo del clima.

Plantas
Las flores de la madreselva son tubulares y existen en blanco, amarillo, rojo o rosa.

Prefiere lugares soleados o de semisombra, aunque florece mejor con luz abundante. En climas muy cálidos, se beneficia de algo de sombra durante las horas más intensas del día. Necesita riego regular, especialmente cuando está en flor. Sin embargo, una vez establecida, es bastante tolerante a la sequía. Es importante que el suelo esté bien drenado.

La madreselva crece rápido y puede volverse invasiva si no se controla. Es recomendable podarla después de la floración para mantener su forma y controlar su expansión.

Algunas especies de madreselva pueden ser tóxicas si se ingieren, por lo que es importante tener precaución si la planta está en un jardín accesible para niños y mascotas.

Rosales trepadores

Producen gran cantidad de flores, por lo que son una opción frecuente para dar un toque romántico y colorido. Las flores pueden ser simples o dobles, de diferentes tamaños y colores. Algunas variedades tienen un perfume intenso, mientras que otras son más suaves.

Pueden alcanzar entre 2 y 6 metros de altura, según la variedad y el soporte para trepar. No trepan por sí solos, pero sus tallos largos y flexibles pueden ser guiados o amarrados a una estructura.

Sus hojas son caducas, por lo que pierden su follaje en invierno. Requieren al menos 6 horas de sol directo al día para garantizar un crecimiento saludable y una floración óptima.

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En climas muy fríos es recomendable proteger los rosales durante el invierno.

Es importante el riego regular en la base de la planta para evitar mojar las hojas, lo que puede ocasionar enfermedades fúngicas. Pueden crecer en una amplia gama de climas, pero en zonas muy frías es recomendable protegerlas durante el invierno.

Es esencial podarlos regularmente para fomentar el buen crecimiento y floración. Debe podarse en invierno o principios de primavera, cuando la planta está en reposo.

La mayoría de los rosales trepadores tienen espinas en sus tallos, por lo que es recomendable tener cuidado al manejarlos, especialmente al podar o entrenar las ramas. Son susceptibles a plagas como los pulgones y enfermedades como el mildiu y el oídio. Es importante vigilar la planta regularmente y aplicar tratamientos preventivos o correctivos si es necesario.