La Antártida cada vez mas verde: desde 1986 la superficie con vegetación aumentó más de 10 veces
Gracias a la utilización de imágenes de satélite se pudo determinar que la superficie con vegetación en la Antártida aumentó más de 10 veces desde 1986. Estos cambios podrían atentar contra la biodiversidad al ingresar especies desde fuera del continente.
Cuando piensa en la Antártida lo asocia a un continente totalmente blanco y cubierto de hielo. Pero las cosas están cambiando, y demasiado rápido. Lo cierto es que, en especial en algunos de sus bordes, se está volviendo más verde. Según un análisis de 35 años de observaciones de los satélites Landsat, y relevado por Earth Observatory, la cantidad de tierra con vegetación en la Península Antártica ha aumentado más de diez veces desde 1986.
Lo cierto es que a medida que los glaciares se reducen y las temperaturas aumentan, la vida vegetal está encontrando más oportunidades para trasladarse a esta y otras regiones de clima frío más extremo. La expansión de la vegetación en la Península Antártica puede indicar un cambio en su ecología, dicen los investigadores, lo que plantea preguntas ciertas sobre su futuro. Para llegar a esta conclusión se utilizaron observaciones de satélites Landsat 5 a Landsat 8 y los resultados fueron volcados en un estudio publicado en Nature Geoscience en octubre de 2024.
Los científicos determinaron que el área de tierra con vegetación en la península Antártica creció de 0,86 a 11,95 kilómetros cuadrados entre 1986 y 2021. Cabe destacar que la expansión de los espacios verdes se aceleró a partir de 2016. Esta investigación fue dirigida por el científico ambiental Tom Roland de la Universidad de Exeter y el experto en teledetección Olly Bartlett de la Universidad de Hertfordshire. La imagen principal de la nota muestra los resultados de este trabajo.
Expansión significativa
Los paneles de la imagen inicial muestran la cantidad de verde en la tierra libre de hielo de la península por debajo de los 300 metros de elevación en años seleccionados en el período de estudio. El tono de cada hexágono corresponde a la cantidad de área de tierra donde los niveles de verdor y densidad de plantas, según lo determinado por el Índice de Vegetación de Diferencia Normalizada (NDVI) basado en satélite, fueron lo suficientemente altos como para indicar la presencia "casi segura" de vegetación.
Los valores del NDVI se derivaron de observaciones Landsat sin nubes realizadas en marzo de cada año, lo que generalmente abarca el final de la temporada de crecimiento. Los mapas muestran una expansión significativa de la cobertura vegetal en las Islas Shetland del Sur, en la parte superior izquierda de cada panel, y a lo largo del lado occidental de la península hasta casi el límite sur para el crecimiento de las plantas.
Estudios de campo anteriores en la península Antártica han demostrado que los musgos dominan sus áreas verdes, formando “alfombras” expansivas, como en la isla Ardley, y “bancos” que se acumulan verticalmente. Ambos forman capas de nuevo crecimiento cada año. En un trabajo anterior, Roland y sus colegas dataron muestras de núcleos de musgo tomadas a lo largo del lado occidental de la península. Así descubrieron que las tasas a las que se acumulaba el musgo habían aumentado en los últimos 50 años, lo que indica un repunte de la actividad biológica en medio de los cambios climáticos.
Una amenaza a la biodiversidad
La mayoría de los glaciares de la península antártica están retrocediendo. El aumento de la vegetación nueva en los últimos años también coincide con una disminución de la extensión del hielo marino antártico, un aumento de las aguas abiertas y una fuerte fase positiva en el Modo Anular Sur, que podría estar produciendo condiciones más cálidas y húmedas, señalaron los autores. El Modo Anular Sur y Oscilación Antártica se define como un cinturón de vientos del oeste de baja presión, circundante a Antártida que se mueve hacia el norte o el sur en su modo de variabilidad.
A medida que la vida vegetal encuentra condiciones más favorables para el crecimiento en la península Antártica, surgen preguntas sobre la biodiversidad en sus hábitats únicos. "La narrativa en estos lugares ha estado dominada por el retroceso de los glaciares", dijo Roland. "Estamos empezando a pensar en lo que viene después, después de la recesión del hielo". Es especialmente preocupante que donde hay musgo, la formación de suelo tiende a seguir, creando más oportunidades para que las plantas no nativas encuentren un punto de apoyo. Cuando eso sucede, dijo Bartlett, "se está observando potencialmente una erosión de la biodiversidad".
La Antártida alberga cientos de especies nativas de musgos, hepáticas, líquenes y hongos, pero sólo dos especies nativas de plantas con flores. La presencia humana en el continente con fines turísticos y de investigación puede dar lugar a la introducción de especies no nativas, aunque las semillas y las esporas también pueden llegar por el viento. Quedan muchas preguntas sobre qué tipos de comunidades vegetales componen estas nuevas áreas verdes y qué cambios en la estructura y función de los ecosistemas de la península Antártica pueden estar ya en marcha.
Referencia de la noticia:
Roland, T.P., Bartlett, O.T., Charman, D.J. et al. Sustained greening of the Antarctic Peninsula observed from satellites. Nat. Geosci. 17, 1121–1126 (2024). https://doi.org/10.1038/s41561-024-01564-5