La esponja de cocina es el paraíso oculto de las bacterias: qué hacer para no correr riesgos

Húmedas y con restos de comida, las esponjas de cocina suelen ser un caldo de cultivo para miles de bacterias. Qué hacer para evitarlo y cada cuánto tiempo conviene renovarlas.

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¿Usas tu esponja a diario? Si no la mantenés correctamente, las bacterias pueden proliferar rápidamente.

Usamos la esponja para lavar los utensilios de cocina todos los días. Pero, ¿alguna vez te preguntaste qué hay realmente en los cientos de recovecos que la forman? La respuesta puede resultar escalofriante. Como suelen estar húmedas y llenas de restos de comida, son el territorio perfecto para que los microbios hagan una fiesta.

Según explicó a la BBC el microbiólogo Markus Egert, las esponjas de cocina suelen estar repletas de bacterias. En un estudio de 2017, identificó 362 especies bacterianas diferentes. En algunas esponjas, la densidad de bacterias llegó a ser más alta que toda la población mundial ¡54 mil millones de bacterias por centímetro cuadrado! Para ponerlo en perspectiva, esa cantidad es similar a la que encontraríamos en una muestra de heces humanas.

Egert explicó que la estructura de las esponjas, llena de huecos y cavidades, crea el espacio perfecto para que los microbios se instalen y crezcan. "Dentro de una esponja hay tantos nichos diferentes que todos los microbios se sienten como en casa", explicó al medio británico.

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Las esponjas de cocina son un refugio para las bacterias, pero hay maneras de mantenerlas más limpias.

Sin embargo, no todas estas bacterias son malas. De hecho, muchas no representan un riesgo para nuestra salud. El problema surge con las bacterias potencialmente patógenas, que podrían ser peligrosas para personas con sistemas inmunológicos más débiles, como los niños o los ancianos.

Pero no hay que alarmarse. Jennifer Quinlan, profesora de seguridad alimentaria, también ha estudiado este tema. En su investigación, encontró que solo entre el 1% y el 2% de las esponjas contenían bacterias asociadas con intoxicaciones alimentarias. Y aun así, la mayoría de las bacterias en las esponjas no causan enfermedades graves. Entonces, aunque no deberíamos subestimarlas, las bacterias en las esponjas no son la gran amenaza que imaginamos.

¿Sería mejor cambiar por un cepillo para lavar los platos?

Ahora bien, si las esponjas no son tan malas, ¿por qué algunas personas optan por alternativas como los cepillos? Resulta que los cepillos tienen una gran ventaja: se secan mucho más rápido que las esponjas. Esto dificulta que las bacterias se queden ahí y sigan multiplicándose.

Un estudio de 2022 comparó las bacterias en esponjas y cepillos, y los cepillos salieron victoriosos con menos bacterias en general. Además, los cepillos son más fáciles de limpiar, lo que los hace aún más atractivos.

Aunque las esponjas no son la mayor amenaza para la salud, los expertos sugieren que si las usamos para limpiar carne cruda o alimentos que podrían estar contaminados, las bacterias como la Salmonella pueden prosperar allí.

En las esponjas de cocina, las bacterias crecen rápidamente, pero no todas son peligrosas. Sin embargo, un cepillo podría ser más fácil de mantener sin riesgo bacteriano.

Entonces, ¿qué hacer con las esponjas? La respuesta está en la higiene. Si las limpiamos regularmente, como poniéndolas en el lavavajillas o en el microondas durante un minuto, podemos reducir la cantidad de bacterias. Pero hay que tener cuidado, porque esto podría provocar que algunas bacterias más resistentes sobrevivan y se multipliquen más rápido. Así que para evitarlo, lo mejor es reemplazar la esponja cada semana.

Otro consejo valioso es evitar dejar la esponja mojada en la pileta de la cocina entre cada uso. Exprimirla bien después de usarla ayuda a que se seque más rápido y no acumule tanta humedad. Y, por supuesto, si la esponja ya está vieja o está muy usada, es hora de decirle adiós.

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Reemplazar la esponja de cocina semanalmente es una forma sencilla de reducir la proliferación de bacterias y mantener la limpieza en tu hogar.

Así que, aunque las esponjas de cocina no son tan aterradoras como parecen, los cepillos podrían ser una opción más higiénica, ya que son más fáciles de mantener secos y libres de bacterias. Pero si preferís quedarte con la esponja, solo hay que darle un buen mantenimiento. ¡Tu cocina y tu salud te lo agradecerán!