La estación meteorológica más alta del mundo
Gracias a esta gran hazaña en el Monte Everest, los científicos de todo el mundo pueden analizar datos meteorológicos sin precedentes. Conocé cómo instalaron el instrumental a más de 8400 metros de altura, y qué avances científicos revela.
El Monte Everest es el pico más alto del planeta, ubicado en la cordillera del Himalaya frontera entre China y Nepal. Esta montaña de 8.848 metros de altura que atrae a turistas maravillados y a ambiciosos escaladores entrenados de todo el mundo, tiene desde el año pasado cinco estaciones meteorológicas a diferentes alturas. Se destaca entre ellas una perla para los científicos, la estación más alta del planeta que toma datos increíblemente valiosos desde la cima.
La Expedición al Everest es una iniciativa de Perpetual Planet de Rolex y National Geographic (NatGeo); un grupo de climatólogos y sherpas luego de un ascenso extenuante, sorteando varias exigencias y algunas complicaciones, lograron instalar la estación meteorológica más elevada del mundo a 8.430 metros de altitud, en “el Balcón” una pequeña plataforma del gélido Everest.
Con equipamiento para poder afrontar las temperaturas extremas, sumado a lámparas frontales, material de acampe, el instrumental científico a instalar, y por supuesto sus tubos de oxígeno de vital importancia
Detalles de la hazaña
Dirigidos por el Dr. Paul Andrew Mayewski, el geógrafo y climatólogo Dr. Baker Perry (de la Universidad Estatal de los Apalaches), y el Dr. Tom Matthews (climatólogo inglés de la Universidad de Loughborough); diseñaron y se entrenaron por meses para instalar la estación meteorológica a semejante altura en un tiempo menor a 90 minutos. El equipo en compañía de Panuru Sherpa (responsable de la ascensión, jefe Sherpa), y un equipo de guías locales, debían ser capaces de ensamblarlo y anclarlo a la roca en la cima a unos 8.848 metros de altitud.
El grupo había logrado colocar el 18 de mayo de 2019 tres estaciones meteorológicas a distintas alturas, (dos cerca del Campo Base a unos 5.270 m, y otra en el Campo II del Cwm Occidental a 6.464 m. Continuaron ascendiendo durante cuatro días más, hasta lograr fijar la anteúltima estación del Collado Sur en el Campo IV a 7.945 metros.
Luego de acampar, descansar y chequear la meteorología favorable, al día siguiente con una alta masa de nubes sobrevolando la montaña partieron del Collado Sur a las 23.30 (hora local). Tras horas de esfuerzo, nevadas intermitentes, y retenciones por la cantidad de escaladores que pretendían hacer cumbre, llegaron al Balcón. Con una estructura de tubos de aluminio (de 2 metros y 50 kilogramos), sobre bases de acero a unos 425 metros por debajo de la cima, en un tramo plano y mientras comenzaba a amanecer, decidieron instalar allí la estación meteorológica más alta del mundo.
El valor de los datos
Las estaciones comenzaron a transmitir de manera regular a un servidor en los EE.UU., datos de: velocidad y dirección del viento, temperatura, radiación solar y térmica, presión barométrica y precipitación, para luego ser compartidos con científicos de todo el mundo.
Esto podrían ayudar a corregir faltantes de información importantes; por ejemplo, el viento es una variable esencial en cotas altas y justamente el Everest es una de las pocas cumbres que sobresalen de la corriente en chorro subtropical, la cual regula y modela varios fenómenos en nuestra atmósfera.
Otro bache de información está en los regímenes nivales, de los que dependen los colosales glaciares del Himalaya situados a más de 5 mil metros de altura. El Dr. Mayewski le dijo a Nat Geo, que “el Campo Base es una de las regiones continentales del mundo que se calientan a mayor velocidad, pero no sabemos qué está pasando realmente por encima de esta altura”. Con este nuevas instalaciones se podrán obtener datos reveladores, dado que la mayoría de los glaciares de alta montaña de Asia nacen por encima de esa cota.
Los investigadores alrededor del mundo, han comenzado a incorporar estos registros a una amplia gama de modelos climáticos y meteorológicos. Los datos más reveladores (y alarmantes), hasta ahora se relacionan con la fusión del hielo a grandes alturas, según detallan en el artículo de NatGeo.
Es sabido que la radiación solar aumenta enormemente a esa altura donde la atmósfera es más delgada, pero las lecturas de estos datos nuevos igualan o superan la constante solar, esto es la radiación antes de pasar por el filtro de la atmósfera terrestre. En estas condiciones puede registrarse una importante fusión de la nieve, aun cuando la temperatura del aire no supere los 0 °C.
Hasta ahora la mayoría de los modelos climáticos solo se basaban en la temperatura para predecir el volumen de hielo glaciar perdido, pero “en Asia podrían estar derritiéndose miles de kilómetros cuadrados que no sabíamos”, aclaró Matthews en la entrevista al escritor Freddie Wilkinson, quién cubrió la expedición.