La indignación, clave para que las fake news se difundan más rápido en las redes, indica un estudio publicado en Science

Un estudio de las Universidades de Princeton y Northwestern en EE.UU., halló que las emociones intensas, como la frustración, el enfado o la indignación, viralizan los contenidos falsos en Internet

Fake news
La desinformación se esparce con demasiada facilidad para lograr su objetivo de crear opinión, tanto para influir en el consumidor, como para obtener su respaldo con intencionalidad económica o política. Un estudio halló que el sentimiento de indignación favorece este proceso.

La primera fake news de la que se tiene conocimiento en la prensa contemporánea, fue publicada por el periódico estadounidense The New York Sun en 1835. Allí se informaba que un astrónomo inglés había descubierto vida en la luna a través de un telescopio, pudiendo observar pájaros humanos y unicornios, entre otros hallazgos.

La noticia causó un gran impacto en los EE. UU. principalmente gracias a dos factores: la aparición de las prensas de gran velocidad de impresión, que favorecieron la caída del precio de los periódicos, y la llegada de los nuevos medios de transporte -trenes y barcos a vapor- que por primera vez en la historia podían recorrer grandes distancias a una velocidad superior a la de los caballos. Para cuando la verdad salió a la luz, varios medios se habían hecho eco de la “noticia del siglo”.

La aparición de esas “nuevas tecnologías” hace casi 200 años, ayudaron a difundir a gran escala una información falsa y sensacionalista disfrazada de noticia verdadera. El desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación al inicio del siglo XXI, hizo que hoy, cerca del 67 % de la población mundial tenga acceso a internet. Las noticias falsas y sensacionalistas que sólo desinforman, hoy conocidas como fake news, ya no corren… vuelan. Y lo hacen a la velocidad de la luz.

Política, meteorología y fake news

En noviembre de 2016, se conoció una historia que afirmaba que el entonces electo presidente de los Estados Unidos, Donald Trump ofrecerá -mediante Trump Airlines- billetes de avión gratis de ida a África y México para quienes quieran abandonar EE. UU., lo que generó temores e indignación. Sólo en Facebook, esta fake news tuvo más de 800 millones de «Me gusta», «comentarios», «compartidos» y «clics».

Trump Airlines
La fake news de noviembre de 2016 afirmaba que Trump Airlines (que existió entre 1989 y 1992) ofrecería billetes de ida a personas que quieren regresar a sus países de origen en África y México.

La catástrofe causada por la DANA que asoló Valencia y otros lugares de España a finales de octubre, con un saldo de más de 200 fallecidos e incontables pérdidas de bienes y daños a la infraestructura vital de numerosas urbanizaciones, hizo que la gente pasara del miedo y la incertidumbre a la indignación por la mala gestión del desastre. Fueron casi 70 las fake news desmentidas hasta el momento, relacionadas con la DANA.

Y es esa indignación, la emoción que funciona como un bloqueador de las señales de alerta que, en situaciones normales, son las que nos hacen reflexionar sobre si el contenido de una noticia es cierto o no.

Indignación moral y desinformación

Un equipo de investigadores de las universidades de Northwestern y Princeton, en los Estados Unidos, establecieron que la indignación no solo aumenta el intercambio de información en general, sino que también facilita una mayor difusión de noticias falsas, con la finalidad de reforzar cuestiones como la identidad de grupo, sin importar el costo reputacional que pueda tener expandir noticias falsas en las redes.

desinformación amenaza
La desinformación está más asociada a las emociones que las noticias reales. Y a diferencia de estas últimas, las falsas noticias son utilizadas para influir en las personas de acuerdo a las necesidades de quien las genera.

El trabajo, publicado en la revista Science, se basa en ocho estudios realizados con datos procedentes de Facebook y X (ex Twitter), en diferentes periodos. Estos fueron realizados en forma simultánea con dos experimentos conductuales, para poder saber más sobre la indignación relacionada con la difusión de información falsa.

Si bien en estudios previos se había sugerido que la desinformación está más asociada a las emociones que las noticias reales, el principal vínculo hallado era con los sentimientos negativos. El principal hallazgo de esta investigación es que quienes difunden las fake news se aprovechan de la indignación de los estadounidenses sobre creencias profundamente arraigadas.

Según los investigadores, la desinformación, ya sea con motivación política u otra, provoca enfado en una proporción notablemente mayor que la verdadera. Esta indignación moral puede cegar a las personas ante señales de alerta que normalmente les harían pensar dos veces antes de compartir un contenido sin comprobar su veracidad.

Vectores de desinformación

Killian McLoughlin, investigador del departamento de Psicología de Princeton, destaca que la indignación no solo aumenta el intercambio de información en general, sino que también facilita una mayor difusión de fake news, al reforzar cuestiones como la identidad de grupo. Todo ello, a pesar del coste reputacional que pueda tener expandir noticias falsas en internet.

Para William Brady, profesor de Gestión y Organizaciones en Northwestern y coautor del estudio, cuando la desinformación provoca enfado, la gente tiende más a compartir el contenido sin ni siquiera leerlo. Es una reacción automática que nos lleva a priorizar la emoción sobre la precisión, lo que, en contextos como las noticias políticas, fomenta aún más la difusión de noticias falsas”.

Internet Research
Desde este edificio en la calle Savushkina de San Petersburgo (Rusia) la agencia Internet Research, apodada “la fábrica rusa de trolls”, se lanzaban fake news que eran rápidamente viralizadas en los EE.UU. para influir en las elecciones de 2016

Este sentimiento fue aprovechado por Internet Research, una organización rusa que, mediante la generación de desinformación y discordia entre los estadounidenses frente a las elecciones de 2016 y 2020, que produjo 9.026 enlaces y 3.329 tuits de 1.656 usuarios entre de enero y julio de 2017, mientras que, entre agosto de 2020 y febrero de 2021, esta organización “creó” 192.108 enlaces y 10.550 tuits de 5.236 usuarios.

En algunos de los enlaces de Internet Research, se calificaba a los inmigrantes de parásitos, decía que "unos 20 millones vivían ilegalmente en EE UU y que ya era hora de deshacerse de ellos”. Killian McLoughlin.

El estudio halló además que la indignación produce una participación superior a la media en redes sociales como Facebook y X, mediante los ‘me gusta’ y ‘retuits’, haciendo que la desinformación se extienda más, en parte, porque los algoritmos que están diseñados para amplificar los contenidos con más impacto.

Si bien se puede combatir la desinformación mediante la verificación, etiquetas de contexto y advertencia, es primordial formar a los usuarios para que puedan identificar las características del contenido falso… lo que no siempre detiene la viralización de las fake news.

Referencia de la noticia:
Killian L. McLoughlin et al. Misinformation exploits outrage to spread online. Science386,991-996(2024).