La miopía se dispara en todo el mundo: ¿qué hay detrás de esta crisis global de la visión?

El cambio en el estilo de vida y la pandemia están impulsando un preocupante aumento de casos de miopía en todo el mundo. Estudios señalan que para 2050, la mitad de la población global tendrá esta condición visual.

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La educación actual es señalada como una posible causa en el incremento de la miopía en niños.

Cada vez más personas en todo el mundo se enfrentan al desafío de necesitar anteojos para la miopía. Un estudio reciente estima que aproximadamente el 30 % de la población mundial es miope en la actualidad, pero lo más preocupante es que este porcentaje podría llegar a casi el 50 % para el año 2050, afectando a una asombrosa cantidad de 5 mil millones de personas.

La miopía es un defecto refractivo del ojo que hace que los objetos lejanos se vean borrosos. Se produce cuando el globo ocular es demasiado largo o la córnea (la capa transparente en la parte frontal del ojo) es demasiado curvada, lo que hace que la luz se enfoque delante de la retina en lugar de en ella.

Según este estudio, la mayor cantidad de personas miopes se encuentran en el este y sudeste de Asia, donde países como Corea del Sur, Taiwán, Singapur, China y Japón han registrado una prevalencia alarmante del 80 al 97 %. Sin embargo, esta condición visual no se limita a esa región.

Un caso destacado es Estados Unidos, donde se ha informado que los casos de miopía ya alcanzaron el 42 %, casi el doble de lo registrado hace tan solo tres décadas. Estos datos revelan que esta condición es una preocupación global que afecta a personas de todas las edades y orígenes.

En 1928 se publicaba en la revista Public Health Bulletin un trabajo de varios investigadores en el que se mostraba que solo el 3,8 % de los niños entre 6 y 14 años en Estados Unidos eran miopes. En cambio, el 21,6 % de ellos sufrían hipermetropía. Casi cincuenta años después, en los años 70, la prevalencia de miopía en personas de entre 12 y 17 años pasó a ser del 25 % y al inicio de este siglo, de casi el 34 %.

La miopía no es solo un problema de comodidad visual que se soluciona con anteojos, sino que puede tener graves consecuencias para la salud ocular. Si no se trata adecuadamente, la miopía de alto grado puede conllevar patologías oculares como el desprendimiento de retina, maculopatías miópicas, alteraciones del nervio óptico o glaucoma. Estas condiciones pueden provocar ceguera en casos severos y afectar negativamente la calidad de vida de las personas afectadas.

Cambios en el estilo de vida y efectos de la pandemia

Si bien los antecedentes familiares de miopía aumentan el riesgo de desarrollarla, se ha descubierto que la genética juega solo un pequeño papel en esta condición. Los expertos sostienen que los factores del estilo de vida son más significativos en el aumento de los casos de miopía.

La falta de tiempo al aire libre y el enfoque prolongado en objetos cercanos durante actividades, como la lectura, son dos factores clave. En los últimos años, la educación también fue señalada como un factor importante en la propagación de la miopía.

La forma en que los niños reciben educación en la actualidad, con largas horas en las aulas y mayor tiempo dedicado a tareas que requieren enfoque cercano, parece estar contribuyendo al problema.

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Las horas frente a las pantallas de dispositivos electrónicos se han disparado luego de la pandemia.

Además, la pandemia del COVID-19 ha desempeñado un papel importante. Con el confinamiento y la adopción generalizada del aprendizaje y trabajo en línea, las horas frente a las pantallas de dispositivos electrónicos se han disparado. Estudios científicos han señalado que el enfoque prolongado en pantallas digitales aumenta el riesgo de desarrollar miopía, especialmente en niños y jóvenes.

En busca de soluciones

Es esencial abordar esta preocupante tendencia y tomar medidas para reducir la incidencia de la miopía. Se están desarrollando diferentes intervenciones terapéuticas que pueden ayudar a frenar el crecimiento de la miopía en la infancia. Desde fármacos como la atropina, hasta lentes de contacto de uso nocturno o diurno y anteojos con lentes oftálmicas específicas, estas opciones demostraron ser efectivas en la reducción del aumento de la miopía en un rango del 35 % al 60 %.

Además, es fundamental concienciar sobre la importancia de llevar a cabo revisiones periódicas con profesionales de la salud visual, como oftalmólogos y ópticos-optometristas, especialmente en la edad infantil. Detectar y tratar la miopía a tiempo puede evitar complicaciones oculares graves y mejorar la calidad de vida y de educación de quienes la padecen.