La NASA prepara una estrategia global para mitigar los efectos de tormentas solares en Marte

Las naves marcianas de la NASA se preparan para estudiar el impacto de las llamaradas solares en sus misiones, lo que permitirá comprender mejor los retos de la futura exploración del Planeta Rojo.

Marte
Marte tiene una atmósfera mucho más delgada que la Tierra y carece de un escudo magnético que lo proteja de la radiación solar.

En los próximos meses, las dos naves espaciales de la NASA a Marte emprenderán una misión pionera. ¿Su meta? Profundizar en los efectos de las llamaradas solares (erupciones masivas que ocurren en la superficie del Sol) tanto en misiones robóticas como en futuras aventuras humanas en el paisaje marciano.

Los investigadores tendrán la oportunidad de oro de estudiar estas erupciones solares cuando el Sol entre en su fase bulliciosa conocida como máximo solar, que ocurre aproximadamente cada 11 años. Durante el máximo solar, el Sol se vuelve particularmente proclive a desatar sus estallidos energéticos en diversas manifestaciones, como erupciones solares y eyecciones de masa coronal, proyectando radiación hacia las profundidades del espacio. Cuando ocurre una secuencia de estos fenómenos solares se denomina tormenta solar.

Mientras que la Tierra se beneficia del abrazo protector de su campo magnético, protegiendo nuestro querido hogar de los impactos de las tormentas solares, Marte cuenta una historia diferente. Hace mucho tiempo, Marte perdió a su guardián magnético, lo que hizo que el planeta fuera susceptible a las partículas energéticas del Sol.

La misión de la NASA para comprender las erupciones solares y la radiación en Marte

Antes de embarcarse en el monumental viaje de enviar humanos a Marte, los investigadores se enfrentan a una pregunta fundamental: desentrañar los misterios de la intensidad de la actividad solar en el Planeta Rojo, junto con una gran cantidad de otros detalles cruciales. Entre estas investigaciones se encuentra la evaluación fundamental de la exposición humana a la radiación, esencial para determinar la necesidad y eficacia de las medidas de protección radiativa.

El orbitador MAVEN de la NASA ayuda a los científicos a estudiar el impacto del clima espacial en la atmósfera superior de Marte, incluidas las erupciones solares. MAVEN, que orbita sobre Marte, monitorea la radiación y las partículas solares. Mientras estas partículas interactúan con la delgada atmósfera de Marte, el rover Curiosity de la NASA investiga. Los datos RAD de Curiosity muestran cómo la radiación afecta a las moléculas basadas en carbono en Marte, afectando los signos potenciales de vida microbiana antigua.

MAVEN también sirve como sistema de alerta temprana para otras naves espaciales de Marte, lo que permite medidas proactivas, como el apagado de instrumentos, para mitigar el aumento de los niveles de radiación de las erupciones solares.

A través de este esfuerzo de colaboración, la NASA no sólo profundiza en los misterios de la radiación en Marte, sino que también allana el camino para una exploración más segura e informada del Planeta Rojo, donde cada descubrimiento es un paso más hacia el descubrimiento de los secretos de nuestro vecino cósmico.

Referencia de la noticia:

Jet Propulsion Laboratory, “NASA Scientists Gear Up for Solar Storms at Mars” https://www.nasa.gov/solar-system/planets/mars/nasa-scientists-gear-up-for-solar-storms-at-mars/