La NASA presenta una impactante simulación de la emisión y captura del dióxido de carbono
El dióxido de carbono es el gas de efecto invernadero que más contribuye al cambio climático, pero ¿de dónde proviene? Con esta nueva técnica de modelado por computadora desarrollada por la NASA, podemos comprender dónde se encuentran las principales fuentes y sumideros de este gas que está fuera de control.
Como el segundo gas de efecto invernadero más abundante en nuestra atmósfera (después del vapor de agua), el dióxido de carbono (CO2) es un indicador directo para medir el cambio climático. El flujo de las emisiones de carbono puede resultar difícil de comprender, dado que es invisible para el ojo humano, pero esto cambia con las nuevas visualizaciones publicadas por el Scientific Visualization Studio de la NASA, que muestra la atmósfera en tres dimensiones y resalta la acumulación de CO2 durante el año 2021.
Cada año, la vegetación y los océanos de todo el mundo absorben aproximadamente la mitad de las emisiones humanas de CO2, brindando un servicio sumamente valioso que reduce la tasa de acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Sin embargo, alrededor de 2,5 partes por millón permanecen en la atmósfera anualmente, lo que provoca un aumento constante en las concentraciones.
Esta nueva visualización muestra el dióxido de carbono que se añade a la atmósfera terrestre a lo largo del año 2021, dividiéndolo en cuatro principales contribuyentes:
- Naranja: emisiones por combustibles fósiles
- Rojo: emisiones por quema de biomasa
- Verde: emisiones/capturas de los ecosistemas terrestres
- Azul: emisiones/captura de los océanos.
Las simulaciones presentan diferentes partes del planeta Tierra y permiten evaluar por separado lo que está sucediendo en distintas regiones y cómo cambian los lugares que emiten y captan CO2 a lo largo del año. Es importante destacar que existen áreas del planeta que actúan como sumideros de CO2, es decir, lo eliminan de la atmósfera. Estos gráficos muestran estos sumideros en puntos azules y verdes, que corresponden a los océanos y los ecosistemas terrestres, respectivamente.
En una de las vistas de la simulación, se destaca lo que ocurre en América del Norte y América del Sur. Algunas características interesantes incluyen un gran punto de contaminación en el noreste de los Estados Unidos, mientras que, si nos enfocamos en el hemisferio sur, se observa una rápida oscilación sobre la selva amazónica. Los puntos verdes aparecen a medida que las plantas absorben carbono mediante la fotosíntesis bajo la luz solar.
El final del video es un recordatorio del por qué todos debemos preocuparnos por las emisiones. Las manchas naranjas se extienden hacia el sur y envuelven todo el planeta a medida que avanza el año calendario.
Al centrarnos en Asia y Australia, llama la atención un punto crítico de contaminación cerca de Beijing, China, y la relativa escasez de emisiones de combustibles fósiles en todo el continente australiano, donde la densidad de población es baja. Sin embargo, no debemos dejarnos engañar, ya que las emisiones de ese país son extremadamente altas, pero están ampliamente distribuidas en un vasto territorio.
Europa, Oriente Medio y África también tienen sus grandes focos de emisiones de combustibles fósiles, especialmente en Arabia Saudita y en el centro de Europa. Además, se destaca una nube roja de emisiones proveniente de la quema agrícola en África central.
Aunque el dióxido de carbono representa solo el 0.04% de los gases presentes en la atmósfera terrestre, tiene un efecto significativo en términos de dispersión de la radiación de calor hacia la superficie. Los científicos enfatizan la importancia de mantener saludables los sumideros de carbono, como los ecosistemas terrestres y oceánicos, ya que desempeñan un papel fundamental en la mitigación de los efectos de las emisiones de CO2.