¿La Tierra tuvo anillos como Saturno? Un nuevo estudio desvela un antiguo misterio
Una nueva investigación sugiere que la Tierra tuvo un anillo similar al de Saturno hace 466 millones de años, formado por la fractura cercana de un asteroide, que influyó en los climas antiguos y desencadenó importantes eventos de biodiversidad.
La Tierra podría haber tenido alguna vez un majestuoso sistema de anillos similar al de Saturno. Un estudio publicado en Earth and Planetary Science Letters postula que un asteroide gigante se estrelló cerca de la Tierra hace 466 millones de años, formando un anillo de escombros. Este descubrimiento podría reescribir la narrativa de los antiguos impactos planetarios, vinculando la formación del anillo con los cambios climáticos y las explosiones de biodiversidad durante el período Ordovícico.
Evidencia del antiguo anillo de la Tierra
Los científicos de la Universidad de Monash analizaron 21 cráteres de impacto de asteroides que datan del período Ordovícico (hace 466 millones de años). Estos cráteres estaban inusualmente agrupados cerca del ecuador, lo que sugiere un patrón no aleatorio incompatible con los impactos típicos de asteroides.
Los investigadores proponen que un gran asteroide pasó demasiado cerca de la Tierra, cruzando su límite de Roche, un límite donde las fuerzas gravitacionales desgarran los objetos. Este evento probablemente creó un anillo de escombros que persistió durante millones de años, arrojando fragmentos gradualmente sobre la superficie del planeta.
Esta hipótesis se sustenta en capas sedimentarias enriquecidas con material de condrita L, un tipo de fragmento de asteroide, encontrado en todo el mundo y de la misma época. La concentración de estos restos es hasta 1.000 veces superior a lo normal, lo que proporciona una pista sólida sobre la existencia del anillo.
Impacto sobre el clima y la biodiversidad
La formación del anillo de escombros podría haber tenido profundos efectos climáticos. El estudio especula que el anillo sombreó partes de la Tierra, contribuyendo a una fase de enfriamiento espectacular conocida como la Hirnantian Icehouse. Este enfriamiento coincide con una de las glaciaciones globales más intensas de los últimos 540 millones de años.
Además, el evento de ruptura y los impactos posteriores pueden haber catalizado el Gran Evento de Biodiversificación del Ordovícico. Este período vio una explosión de nuevas especies, posiblemente impulsada por cambios ambientales provocados por la formación del anillo de escombros.
Los efectos duales del enfriamiento y la biodiversidad enriquecen la narrativa de cómo los eventos celestiales han dado forma a la historia evolutiva de la Tierra.
Implicaciones más amplias de los hallazgos
El descubrimiento desafía las suposiciones de que los anillos planetarios son exclusivos de los gigantes gaseosos como Saturno. También abre nuevas vías para estudiar cómo las interacciones de la Tierra con los desechos espaciales influyen en su historia geológica y biológica.
La acumulación de cráteres de impacto y las altas concentraciones de fragmentos de asteroides ofrecen una visión poco común del pasado dinámico de la Tierra.
Al reunir estas pistas, los científicos pretenden refinar los modelos de evolución planetaria y arrojar luz sobre la notable capacidad de la Tierra para recuperarse y adaptarse después de trastornos cósmicos.
Referencia de la noticia:
Tomkins, A. G., Martin, E. L., & Cawood, P. A. (2024). Evidence suggesting that Earth had a ring in the Ordovician. Earth and Planetary Science Letters, 646, 118991. https://doi.org/10.1016/j.epsl.2024.118991