Las estelas frías de los ciclones tropicales estarían generando una disminución de las precipitaciones
Las estelas frías se desarrollan tras el paso de ciclones tropicales. Ahora han descubierto que estas estelas producen una merma en las lluvias en zonas transitadas por ciclones tropicales hasta un año después de que estos ocurrieron.
Cada año, y en las temporadas de mayor insolación en cada hemisferio, se producen en la Tierra varias decenas de ciclones, huracanes y tifones tropicales. Si bien los nombres se definen por el lugar donde ocurren, se trata de ciclones tropicales que transportan grandes cantidades de energía desde los trópicos hacia latitudes más alejadas. Además de la intensidad de sus vientos, los ciclones tropicales producen grandes cantidades de precipitaciones.
Un caso saliente, fue el de la tormenta Daniel en el Mediterráneo que provocó graves inundaciones en Grecia, y en Libia, donde la rotura de presas generó catastróficas inundaciones y miles de muertos. Pero más allá de esos hechos puntuales, un grupo de investigadores citados por EOS, ha hallado pruebas de que el índice de precipitaciones de los ciclones tropicales ha disminuido con el tiempo en comparación con las precipitaciones de fondo no asociadas a estas tormentas. Es una sorpresa, sugiere el equipo, y algo que debería incorporarse a los modelos para mejorar las proyecciones climáticas futuras.
El equipo, liderado por Zhanhong Ma de la National University of Defense Technology, con sede en Changsha (Hunan, China) indica que cuando una gran tormenta pasa sobre una masa de agua, los fuertes vientos agitan el agua. Esto mezcla la columna de agua superior, Pero como el océano está estratificado por temperatura con el agua más caliente cerca de la superficie y el agua más fría hacia la profundidad-, la mezcla provoca un enfriamiento general del agua superficial cerca de la ubicación de una tormenta.
El efecto de la estela fría
Lo que en meteorología se conoce como estela fría, se produce debajo y detrás de una tormenta en el mar y es un fenómeno bien documentado que se ha demostrado que persiste durante varias semanas. Zhanhong Ma y su grupo de colegas lograron demostrar que estas estelas frías pueden tener importantes efectos climáticos. El grupo estudió más de 1.300 ciclones tropicales y descubrió que tanto la cobertura nubosa como las precipitaciones tendían a reducirse detrás de las tormentas.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que las estelas frías de las tormentas eran las culpables de esta reducción de precipitaciones. Ellos explicaron en su trabajo que como la temperatura de la superficie del océano disminuye, es menos propensa a evaporarse y, por tanto, se transfiere menos humedad a la atmósfera. Este efecto contribuye en gran medida a suprimir tanto las precipitaciones como la formación de nubes por encima de una zona de agua oceánica más fría de lo habitual.
En el resumen de la investigación, los especialistas señalan que la precipitación de los ciclones tropicales es un componente importante de la precipitación global. Basándonos en un registro satelital de 22 años de precipitación observada desde 1998 hasta 2019, encontraron que las tasas de precipitación compuestas promediadas dentro de los 500 km de los ciclones tropicales han aumentado. Sin embargo, la tasa de precipitación de fondo en las regiones afectadas por estos fenómenos también ha aumentado. Esto llevó a la conclusión de que las tasas de precipitación extrema respecto a las lluvias de fondo han disminuido. La estela fría disminuye el transporte ascendente del flujo de entalpía superficial y conduce a una disminución de la humedad en la capa límite, siendo desfavorable para la precipitación.
Su aplicación para mejorar los modelos de pronóstico
Este conocimiento ahora permitirá mejorar algunas ecuaciones que forman parte de los modelos de previsión no solo para ciclones tropicales, sino para las lluvias de fondo independientes. Dicho de otra forma, las estelas frías generadas por los ciclones tropicales condicionan el desarrollo de lluvias por fuera del sistema. Los investigadores detectaron que los ciclones tropicales generaron en su paso más lluvias, pero cuando compararon sus mediciones de las tormentas con las precipitaciones en el mismo lugar en que se había registrado la tormenta un año antes, descubrieron que, con el tiempo, caía menos lluvia por hora en un radio de 500 kilómetros de cada tormenta.
En concreto, los núcleos interiores de las tormentas (la región situada a menos de 200 kilómetros del centro de una tormenta) dejaban caer, de media, alrededor de un 1,5% menos de lluvia por hora al año. Estos resultados ponen de manifiesto que la contribución de las tormentas a las precipitaciones mundiales está disminuyendo en general. Según los investigadores, esto se debe probablemente a que las estelas frías son cada vez más frías.
Los resultados, publicados en Climate and Atmospheric Science, señalan que lo descubierto manifiesta un sentido físico, porque el agua cercana a la superficie del mar se calienta más rápidamente que el agua más profunda a medida que la atmósfera se calienta. Eso, a su vez, aumenta el gradiente de temperatura entre las aguas superficiales y las subsuperficiales, lo que significa que es más probable que una tormenta de un tamaño dado produzca una estela más fría,. Una anomalía mayor de la temperatura de la superficie del mar será causada por el mismo forzamiento de la tormenta.