Las frutillas podrían ofrecer una prometedora protección contra el Alzheimer
Un nuevo estudio ha descubierto en las frutillas un compuesto relacionado con la reducción de los ovillos cerebrales asociados a la enfermedad de Alzheimer.
En la lucha contra la enfermedad de Alzheimer han surgido nuevas investigaciones relacionadas con el posible poder protector del cerebro de... las frutillas.
Investigadores del Centro Médico de la Universidad Rush han revelado hallazgos que sugieren que incorporar esta fruta dulce a la dieta diaria como snack, en cereales, ensaladas o batidos podría contribuir a la protección contra el Alzheimer.
El innovador estudio, publicado recientemente en Journal of Alzheimer's Disease, se centró en el papel de un compuesto bioactivo llamado pelargonidina, abundante en las frutillas.
Los investigadores descubrieron una posible asociación entre la pelargonidina y una disminución de los ovillos neurofibrilares de tau, una característica clave de la enfermedad de Alzheimer. Estos ovillos se desarrollan debido a cambios anormales en las proteínas tau que se acumulan en el cerebro.
Cómo pueden proteger las frutillas contra el Alzheimer
La Dra. Julie Schneider, autora del estudio y profesora asociada y neuropatóloga del Centro de Enfermedad de Alzheimer Rush del Centro Médico de la Universidad Rush, explicó el posible mecanismo que subyace a estos hallazgos. "Sospechamos que las propiedades antiinflamatorias de la pelargonidina pueden disminuir la neuroinflamación general, lo que puede reducir la producción de citoquinas", dijo.
Las citoquinas son proteínas producidas por las células que regulan las respuestas inflamatorias, y su implicación en la patología del Alzheimer, incluidas las placas y los ovillos, está bien documentada. Estos datos sugieren que la pelargonidina tiene el potencial de proteger el cerebro envejecido del desarrollo de la patología de la enfermedad de Alzheimer.
De todas las moras, las frutillas destacan como la fuente más abundante de pelargonidina, lo que las convierte en una tentadora adición dietética para quienes se preocupan por la salud del cerebro.
El estudio se basó en un amplio conjunto de datos del Proyecto Rush sobre Memoria y Envejecimiento (MAP), un estudio a largo plazo que se inició en 1997. Como parte de este proyecto, los investigadores analizaron la información de 575 participantes fallecidos que habían proporcionado datos dietéticos exhaustivos durante todo el periodo de seguimiento.
A los individuos se les practicaron autopsias cerebrales, y la edad media de fallecimiento se registró en 91,3 años. De los participantes, 452 no eran portadores del gen APOE 4, el mayor factor de riesgo genético de Alzheimer, mientras que 120 sí lo eran. Las evaluaciones dietéticas se realizaron mediante cuestionarios de frecuencia alimentaria a lo largo de casi dos décadas, junto con evaluaciones neuropatológicas post mortem.
Para evaluar las capacidades cognitivas, los participantes se sometieron a pruebas estandarizadas anuales en cinco áreas clave: memoria episódica, memoria de trabajo, memoria semántica, capacidad visoespacial y velocidad perceptiva.
"Aunque la pelagonidina debe examinarse más a fondo por su papel en el mantenimiento de la salud del cerebro en los adultos mayores, esto da un cambio simple que cualquiera puede hacer en su dieta", agregó Puja Agarwal, PhD, un autor del estudio y epidemiólogo nutricional.
"No observamos el mismo efecto en las personas con el gen APOE 4 que se asocia con la enfermedad de Alzheimer, pero eso puede deberse al menor tamaño de la muestra de individuos de este estudio que tenían el gen", dijo Agarwal.
Aunque es necesario seguir investigando para comprender plenamente los mecanismos exactos y las implicaciones potenciales de la pelargonidina en la prevención de la enfermedad de Alzheimer, este estudio representa un paso estimulante hacia un enfoque natural y accesible para preservar la salud del cerebro.