Las llamaradas estelares suponen un riesgo para los exoplanetas potencialmente habitables
Los astrónomos han extraído datos de archivo para descubrir que las llamaradas estelares son un riesgo para los planetas que podrían albergar vida.
Las estrellas enanas rojas pueden producir llamaradas estelares que transportan niveles de radiación ultravioleta lejana (UV lejano) mucho más altos de lo que se creía anteriormente, lo que pone en duda si los planetas alrededor de estas estrellas podrían ser habitables.
El papel crucial de las llamaradas estelares
La emisión de rayos ultravioleta de las llamaradas estelares desempeña un papel crucial a la hora de determinar la habitabilidad de un exoplaneta; puede erosionar las atmósferas planetarias, amenazando su potencial para sustentar la vida, o promover la formación de bloques de construcción de ARN, esenciales para la creación de vida; todo depende de lo energética que sean estas llamaradas.
“Se pensaba que pocas estrellas generaban suficiente radiación ultravioleta a través de llamaradas como para afectar la habitabilidad de los planetas. Nuestros hallazgos muestran que muchas más estrellas pueden tener esta capacidad”, dijo Vera Berger, quien dirigió la investigación mientras estaba en el Instituto de Astronomía de la Universidad de Hawái.
Los astrónomos utilizaron datos de archivo del ahora desmantelado telescopio espacial GALEX de la NASA (que observaba simultáneamente la mayor parte del cielo en longitudes de onda ultravioleta cercanas y lejanas) para buscar llamaradas entre 300.000 estrellas cercanas.
Descubrieron que la emisión en el ultravioleta lejano de las erupciones es en promedio tres veces más energética de lo que normalmente se supone, aunque puede alcanzar hasta doce veces los niveles de energía esperados, lo que desafía los modelos existentes de erupciones estelares y habitabilidad de exoplanetas.
“Un cambio de tres es lo mismo que la diferencia de rayos UV en el verano entre Anchorage, Alaska y Honolulu, donde la piel desprotegida puede sufrir una quemadura solar en menos de 10 minutos”, explica el coautor Benjamin J. Shappee.
Se necesitan más datos
No está claro por qué esta emisión en el ultravioleta lejano es más fuerte; el equipo cree que podría deberse a que la radiación de las erupciones se concentra en ciertas longitudes de onda, lo que sugiere la presencia de átomos como el carbono y el nitrógeno.
“Este estudio ha cambiado la imagen de los entornos que rodean a las estrellas menos masivas que nuestro Sol, que emiten muy poca luz ultravioleta fuera de las llamaradas”, añade el coautor Jason Hinkle.
Berger afirma que se necesitan más datos de telescopios espaciales para estudiar la luz ultravioleta de las estrellas, lo que es crucial para comprender el origen de esta emisión: “Nuestro trabajo pone de relieve la necesidad de seguir explorando los efectos de las llamaradas estelares en los entornos exoplanetarios.
El uso de telescopios espaciales para obtener espectros ultravioleta de las estrellas será crucial para comprender mejor los orígenes de esta emisión”.
Referencia de la noticia:
Berger, V.L et al. (2024) Stellar flares are far-ultraviolet luminous, Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.