Las tormentas solares pueden alterar las señales de las aves migratorias
Las aves dependen del campo magnético de la Tierra para navegar largas distancias durante sus migraciones. Un nuevo estudio arroja luz sobre cómo la meteorología espacial puede influir en estos movimientos estacionales.
Las aves tienen una capacidad especial para desplazarse miles de kilómetros por todo el planeta y llegar a su destino con una precisión extraordinaria. Utilizan las cadenas montañosas, el agua y el propio campo magnético de la Tierra para orientarse. Lo que ocurre cuando este campo magnético se ve alterado, lo veremos a continuación.
El campo magnético de la Tierra se ve perturbado regularmente por la meteorología espacial, ya sea por fulguraciones solares o por vientos solares. Esto proporciona excelentes espectáculos de luz atmosférica, pero puede suponer un problema para las aves migratorias, ya que puede disminuir temporalmente su fiabilidad para la navegación.
Los descubrimientos que veremos a continuación son especialmente oportunos dado que el Sol está entrando en el pico de su ciclo de actividad de 11 años, que desencadena con mayor frecuencia tormentas de partículas que chocan con la Tierra, amenazando satélites, bloqueando las transmisiones de radio y sobrecargando las redes eléctricas.
El Sol lanza constantemente partículas cargadas al espacio. El campo magnético de la Tierra repele la mayor parte de esta radiación, pero las tormentas solares severas son lo suficientemente fuertes como para perforar la magnetosfera del planeta, afectando los sistemas eléctricos.
Una serie de tormentas solares en 1989, por ejemplo, interrumpieron la red eléctrica de Quebec, paralizaron la bolsa de valores de Toronto, y produjeron auroras boreales hasta el sur de Cuba.
El efecto de las tormentas solares en las aves migratorias
A pesar de la dependencia de las aves y otros animales de las señales geomagnéticas para el éxito de las migraciones estacionales, los efectos potenciales del clima espacial en las especies que utilizan el campo magnético de la Tierra para la navegación han sido poco estudiados.
Hasta la fecha, el vínculo entre la migración de las aves y el campo magnético de la Tierra se ha analizado al menos desde principios de los años 1970, pero la mayoría de los estudios se han centrado en el corto plazo o en unas pocas especies en el laboratorio.
En un estudio reciente se examinaron 23 años de perturbaciones geomagnéticas y millones de aves silvestres de las más variadas especies. Se utilizó un conjunto de datos derivados del radar Doppler para obtener cifras de migración. Estos datos se obtuvieron en llanuras, de modo que se podrían evitar las ayudas naturales a la navegación de las aves, como la costa o las montañas, para medir mejor la influencia del campo magnético terrestre.
Se analizaron los cambios horarios de las perturbaciones magnéticas en estaciones desde Panamá hasta Canadá y se detectaron grandes desviaciones de la variación diaria esperada cuando los vientos solares y las tormentas golpean la Tierra.
La mayoría de las aves migran de noche, por lo que los investigadores aislaron para su análisis las noches de intensa meteorología espacial, cuando la perturbación geomagnética superaba los 500 nanoteslas (unidad que mide la densidad del flujo magnético). Una tormenta solar puede perturbar el campo magnético terrestre en 2.000 nanoteslas o más. Aproximadamente el 3% de las noches incluidas en el estudio superaron el límite de 500 nanoteslas.
Durante estos intensos episodios de meteorología espacial, migraban menos aves
Esta realidad se detectó incluso cuando los factores climáticos atmosféricos como la presión atmosférica, la velocidad del viento, la humedad y la temperatura eran favorables a la migración.
El clima terrestre es el principal impulsor de los pulsos migratorios, pero los datos muestran que la meteorología espacial también desempeña un papel clave en los movimientos estacionales. Las erupciones solares que afectan al campo magnético de la Tierra pueden confundir las señales de navegación de las aves migratorias, reduciendo el número de migrantes.
Los modelos también observaron que las aves en vuelo durante las perturbaciones geomagnéticas eran menos propensas a luchar contra el viento. El llamado "esfuerzo de vuelo" contra el viento disminuyó un 25% bajo cielos nublados durante fuertes tormentas solares en otoño, lo que aporta más pruebas de que éstas alteran la capacidad de navegación de las aves cuando utilizan señales geomagnéticas.
Eric Gulson-Castillo, autor principal del estudio y estudiante de doctorado en la Universidad de Michigan.
En general, los investigadores observaron una reducción de entre el 9 y el 17% en el número de aves migratorias durante los fenómenos meteorológicos espaciales, tanto en primavera como en otoño.
Referencia de la noticia:
Castillo, E., Doren, B., Bui, M., et al. Space weather disrupts nocturnal bird migration. Proceedings of the National Academy of Sciences (2023).