Los científicos descubren el secreto de los osos polares para repeler el hielo de su piel

Los compuestos ocultos en el pelaje de los osos podrían abrir el camino a nuevos desarrollos en industrias que se enfrentan a temperaturas extremas.

Osos polares
La ciencia desentraña el secreto del sebo del oso polar, una barrera natural contra el hielo.

A pesar de nadar en aguas heladas y moverse sobre la nieve en temperaturas extremas, a los osos polares no se les pega el hielo. Esto siempre llamó la atención de los científicos, que se preguntaban cuál era el secreto del sistema que los mantenía libres de engelamiento.

Hasta ahora, se sabía que estos animales tienen un pelaje grueso y una capa de grasa que les permite sobrevivir en el Ártico, uno de los lugares más fríos de la Tierra. Lo que no se había explicado era cómo su pelaje se mantenía seco y libre de hielo, a pesar de las condiciones extremas.

oso polar
Un oso polar en su hábitat helado. Su pelaje, recubierto por sebo especial, evita la formación de hielo.

En un artículo publicado en Science Advances, un equipo de investigadores de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega ha encontrado la respuesta: la clave está en el sebo natural que recubre el pelaje del oso polar.

El secreto del sebo

El sebo es una sustancia grasa que recubre el pelaje de muchos mamíferos, y que está compuesta de una molécula llamada escualeno. Pero, en los osos polares, tiene una composición distinta.

Según descubrieron los científicos, es escualeno está ausente en el sebo de estos animales, y en su lugar predomina una mezcla de colesterol, diacilglicéridos y ácidos grasos. Este conjunto específico de compuestos permite que el pelaje sea extremadamente resistente a la adherencia del hielo.

“Los análisis de lípidos revelan la presencia de colesterol, diacilgliceroles, ácidos grasos ramificados anteisometilados y la ausencia inesperada de escualeno”, dice el estudio.

oso polar
Investigadores noruegos descubren que el sebo del oso polar podría inspirar soluciones industriales sostenibles

Los autores afirman que el pelaje de los osos polares tiene una resistencia al hielo similar a los materiales tratados con fluorocarbonos, compuestos químicos que contienen enlaces carbono-flúor, que repelen el agua y evitan la adherencia de sustancias.

Sin embargo, aunque los fluorocarbonos son muy utilizados en industrias que requieren protección contra el hielo, estos compuestos tienen un impacto ambiental considerable, ya que pueden tardar siglos en degradarse y se han asociado con problemas de salud humana y daño ecológico. El sebo de los osos, en cambio, tiene la misma funcionalidad pero de un modo natural.

El potencial de un gran hallazgo

Lo más interesante es que este descubrimiento no es completamente nuevo. Las comunidades indígenas del Ártico, como los inuit, han utilizado durante siglos la piel de oso polar, y han sabido cómo aprovechar las propiedades naturales del sebo.

Nuestro trabajo mejora la comprensión de los osos polares y sus interacciones con su entorno y se basa en el conocimiento de los inuit sobre los materiales antihielo naturales, afirman los autores del estudio.

Los inuit se aseguraban de no eliminar completamente la grasa del pelaje para preservar sus propiedades hidrofóbicas y antiadherentes. Utilizaban este material en objetos cotidianos, como las patas de los taburetes de caza y las botas, lo que les permitía moverse silenciosamente sobre el hielo.

Oso polar, Ártico
Los inuit ya conocían las propiedades del pelaje del oso polar, un conocimiento ahora respaldado por la ciencia.

Este hallazgo llama la atención no solo de biólogos, sino también de ingenieros y científicos de materiales. Replicar las propiedades del sebo del oso polar podría ser una alternativa más sostenible y segura.

Entre sus aplicaciones potenciales se encuentran recubrimientos antiadherentes para ropa de esquí, equipos deportivos, e incluso recubrimientos para aviones y barcos que operan en ambientes fríos. El uso de un recubrimiento natural podría mejorar la eficiencia y la sostenibilidad en diversas industrias.

Cada vez más, los avances en biomimética permiten desarrollar productos que replican los mecanismos naturales de adaptación y supervivencia de las especies, para crear tecnologías más eficientes y sostenibles. El caso del cebo de los osos polares es un ejemplo de cómo la naturaleza puede inspirar innovaciones para desarrollos más sostenibles.

Referencia de la noticia:

Anti-icing properties of polar bear fur. Sci. Adv. 11, eads7321 (2025). Julian Carolan et al.