Los envases de polietileno pueden reducir las emisiones en un 70 % en comparación con otras alternativas

Un estudio realizado en EE.UU. indica que los envases de polietileno (PE) pueden tener un potencial de calentamiento global un 70 % inferior al de otros materiales. Los resultados sugieren precaución a la hora de sustituir los plásticos, ya que las alternativas pueden conllevar mayores costes ambientales a lo largo de su ciclo de vida.

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Una evaluación del ciclo de vida revela que los envases de polietileno pueden tener una huella medioambiental menor que otros materiales alternativos.

Una evaluación del ciclo de vida realizada por investigadores entre los que se encuentra Rafael Auras, profesor de la Universidad Estatal de Michigan, revela que los envases de polietileno (PE) pueden tener una huella ambiental significativamente menor que la de materiales alternativos como el papel, el vidrio, el aluminio y el acero.

El estudio, publicado en la revista Science of the Total Environment, muestra que el PE ofrece, en promedio, un ahorro del 70 % en el potencial de calentamiento global (GWP) durante su ciclo de vida, en comparación con la mezcla de materiales de embalaje más utilizada en los Estados Unidos.

El estudio revela que los envases de PE superan a las alternativas en emisiones, consumo de recursos e impacto ambiental

El análisis abarcó cinco aplicaciones principales de embalaje: películas retráctiles para unir productos, películas estirables para paletas, bolsas de alta resistencia, botellas para productos no alimentarios y embalajes flexibles para alimentos. Estas categorías incluyen productos de uso diario como alimentos para mascotas, shampoos, botellas de agua y cosméticos.

Los investigadores descubrieron que en 16 de 19 comparaciones de productos envasados, los envases de PE obtuvieron mejores resultados en términos de GWP, consumo de energía fósil, uso de recursos minerales y escasez de agua. En los casos en que el PE no era la mejor opción, el papel era la alternativa destacada, pero a menudo se requerían combinaciones con plásticos u otros materiales para garantizar el rendimiento funcional, como la resistencia a la humedad.

“Nuestros resultados muestran que, en muchas aplicaciones, los plásticos tienen menores impactos ambientales potenciales en términos de calentamiento global, consumo de recursos minerales, energía fósil y escasez de agua”, dijo Rafael Auras, coautor del estudio y profesor de la Escuela de Embalaje de la Universidad Estatal de Michigan.

Los investigadores advierten que reemplazar los plásticos por otros materiales, sin considerar el ciclo de vida completo, podría tener consecuencias ambientales no deseadas.

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Muchas de las sustituciones del plástico no se tienen debidamente en cuenta, dados sus efectos sobre el medio ambiente. Imagen de Pixabay.

Elizabeth Avery, autora principal y miembro de Trayak, Inc., una empresa de consultoría en sostenibilidad, explicó que "las evaluaciones del ciclo de vida son fundamentales para comprender las compensaciones ambientales asociadas con la eliminación o el reemplazo de materiales".

Los expertos abogan por decisiones basadas en la ciencia

Otro punto destacado del estudio fue que los envases de PE utilizaron menos recursos fósiles en 14 de las 19 comparaciones y presentaron menor escasez de agua en 16 de los 19 análisis.

Las botellas de PE, por ejemplo, tenían emisiones de GWP un 85 % menores que las alternativas de aluminio y un 41 % menores que las de vidrio. Para el envasado flexible de alimentos, las bolsas de PE han demostrado ventajas sustanciales sobre el vidrio y el metal en términos de emisiones y consumo de recursos.

Los expertos subrayan que las políticas públicas deben basarse en datos científicos detallados y no sólo en percepciones sobre los plásticos. “El intercambio de materiales sin un análisis exhaustivo puede reducir el impacto en una etapa del ciclo de vida, pero aumentarlo en otras, como la producción o el transporte”, añadió Auras.

El estudio se llevó a cabo de acuerdo con las normas ISO 14040 e ISO 14044, que regulan las directrices de evaluación del ciclo de vida (ACV). La investigación fue financiada y desarrollada en colaboración con Trayak, Inc. y ExxonMobil, y los resultados fueron revisados por un panel independiente de expertos.

Estudio destaca la importancia de la evaluación del ciclo de vida en la gestión sostenible de residuos y políticas de plásticos

El impacto de este estudio podría influir en los debates actuales sobre la gestión global de los residuos plásticos, incluidas las negociaciones de las Naciones Unidas para un tratado internacional sobre el tema. En varios estados de EE.UU., como California, Maine y Oregón, ya se están implementando esquemas de Responsabilidad Extendida del Productor (EPR), en los que los fabricantes contribuyen a los sistemas de recolección y reciclaje, considerando el impacto ambiental a lo largo del ciclo de vida de los productos.

“Las decisiones basadas en datos científicos nos permiten lograr resultados más sostenibles en todas las etapas del ciclo de vida del producto, incluido el reciclaje”, concluyó Auras.

La evaluación del ciclo de vida mostró que la fase de producción de materiales fue, en general, la más impactante en términos de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI), especialmente para el vidrio, el aluminio y el acero. El PE, al ser más liviano, requiere menos material para realizar la misma función, lo que resulta en un menor consumo de energía y emisiones en el transporte y la fabricación.

La investigación refuerza la importancia de analizar todo el ciclo de vida para evitar que políticas bien intencionadas terminen generando un mayor impacto ambiental. El estudio destaca que, si bien reducir los residuos y mejorar el reciclaje son esenciales, reemplazar indiscriminadamente los plásticos puede, en algunos casos, exacerbar los problemas ambientales.

Referencia de la noticia:

Avery, E., Nduagu, E., Vozzola, E., Roux, T. W., & Auras, R. (2025). Polyethylene packaging and alternative materials in the United States: A life cycle assessment. Science of The Total Environment, 961, 178359.