Meteorólogos aseguran que una tormenta les arruinó el té a más de 20 millones de británicos

La tormenta Ciarán no solo dejó cuantiosos daños en Reino Unido, también arruinó el desayuno de miles de británicos, según este estudio.

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¿Puede una tormenta arruinar el sabor del té?

El té tiene una larga y rica historia en la cultura inglesa. Cuando fue introducido en el siglo XVII, era exclusivo de la nobleza y las clases altas. Pero hoy, el té de la tarde es una bebida emblemática y parte integral de la vida cotidiana, tan sagrado para los británicos como lo es el mate para los argentinos. Por eso, esta investigación, que puede sonar extraña al principio, tiene toda lógica.

Récord de presión

El 2 de noviembre de 2023, la tormenta Ciarán avanzó sobre el Canal de la Mancha y se adentró en el territorio de Reino Unido. Como es habitual en estos fenómenos, la información en los medios y redes sociales se concentró en la preparación y la prevención ante las fuertes ráfagas de viento, las lluvias y el oleaje costero. Y nadie pensó en el desayuno.

Ciarán tuvo la particularidad de ser un sistema de baja presión con una presión realmente muy baja. Su influencia produjo nuevos mínimos de presión récord: se registró, justo después del amanecer, la más baja de noviembre en Inglaterra, que fue de 953,6 hPa en St Catherine 's Point en la Isla de Wight.

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El té debe tener una temperatura mayor a 98 °C para que las hojas liberen su sabor

Y seguro se preguntarán, ¿qué tiene que ver esto con el desayuno? La respuesta es sencilla y conocida por muchos montañistas: si la presión es baja, el punto de ebullición del agua es inferior a 100 °C, y este punto también marca el tope al que llega la temperatura del agua al calentarse. Por supuesto, todo ingles sabe muy bien que un té negro de calidad debe prepararse con agua a una temperatura superior a 98 °C.

Caleb Miller, estudiante de doctorado y coautor del estudio, vio la oportunidad de estudiar las propiedades del agua durante la tormenta, así que había instalado varios equipos en los laboratorios del Departamento de Meteorología de la Universidad de Reading.

Si la presión es baja, el punto de ebullición del agua es inferior a 100 °C, y este punto también marca el tope al que llega la temperatura del agua al calentarse.

Con sensores de temperatura precisos y una tetera eléctrica estándar midió y comparó el resultado con puntos de ebullición observados anteriormente en diferentes condiciones de presión de aire con el mismo aparato. En conjunto, estos experimentos demostraron, tan como esperaban, la clara relación entre la presión del aire y la temperatura de ebullición.

Los grados no alzaron

Pero Ciarán afectó una zona muy amplia, así que también recolectaron información de otras fuentes, incluidas las lecturas de presión del Observatorio Atmosférico de la Universidad de Reading y los datos de estaciones meteorológicas situadas junto a las rutas del sur de Inglaterra. Esto les ayudó a seguir el movimiento de la tormenta por la región durante la hora del desayuno.

Descubrieron que la presión mínima se desplazó hacia el noreste de la región durante las primeras horas de la mañana, coincidiendo con las horas típicas del desayuno.

En el momento de mayor intensidad de la tormenta, Miller y su equipo calcularon que el descenso de la presión provocó que el agua hierva a una temperatura levemente inferior a los 98 °C. Dicho de otra manera, el agua estaba demasiado fría como para extraer todo el sabor de las hojas de té.

El profesor Giles Harrison, autor principal del artículo, afirmó: "Como muchos británicos, necesito mi taza de té matutina. Aunque sé que el punto de ebullición del agua varía con la presión atmosférica, no esperaba que una tormenta hiciera que la temperatura del agua hirviendo se alejara del rango recomendado para preparar un té decente. El clima puede tener efectos sutiles".

Los investigadores también determinaron que el sistema de baja presión se desplazó sobre la zona más densamente poblada del país, donde se calcula que vive el 30 % de la población. Por lo tanto, el equipo concluyó que alrededor de 20 millones de británicos bebieron un té desabrido la mañana del 2 de noviembre.



Referencia de la noticia:

Giles Harrison, Alec Bennett, Caleb Miller, David Bullock. “Storm Ciarán's effect on the boiling point of water in the southeast of the United Kingdom”, RMetS.