Microplásticos dañan el ciclo natural de nutrientes en los océanos
Los microplásticos provienen de los desechos plásticos más grandes que se degradan en pedazos cada vez más pequeños. Desde que se reveló su ubicuidad en el océano y los organismos marinos, la preocupación mundial por la contaminación de microplásticos ha crecido considerablemente.
La mayoría de los plásticos del océano se descomponen en partículas muy pequeñas, también existen otros plásticos que están diseñados intencionalmente para ser pequeños, estos se denominan microperlas y se utilizan en muchos productos de belleza.
Las microperlas de plástico son piezas muy pequeñas de polietileno fabricado que se agregan en exfoliantes, en algunos limpiadores y pastas dentales. Estas pequeñas partículas pasan fácilmente a través de los sistemas de filtración de agua, terminando en el océano y en lagos, lo que representa una amenaza potencial para la vida acuática.
Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), las microperlas de plástico aparecieron por primera vez en los productos para el cuidado personal hace unos cincuenta años. Con una gran cantidad de productos que contienen microperlas de plástico en el mercado y no mucha conciencia por parte de los consumidores, estas micropartículas contaminan desmedidamente los cuerpos de agua de nuestro planeta.
Por ello nuevas investigaciones y estudios están demostrando los efectos nocivos en nuestro planeta que los microplásticos ocasionan. Científicos del Centro Helmholtz de Investigación Oceánica de Kiel GEOMAR han demostrado por primera vez que la absorción de microplásticos por el zooplancton puede tener efectos significativos en el ecosistema marino incluso en concentraciones bajas.
El estudio, su metodología y conclusiones
Publicado en la revista internacional Nature Communications, indica además que los cambios resultantes pueden ser responsables de una pérdida de oxígeno en el océano más allá de la causada por el calentamiento global. Los desechos plásticos en el océano son un problema ampliamente conocido para los grandes mamíferos marinos, peces y aves marinas.
Estos animales pueden confundir objetos de plástico, como bolsas de plástico, con alimentos de apariencia similar, como medusas. El zooplancton diminuto también puede confundir partículas de plástico muy pequeñas con alimentos e ingerirlas accidentalmente o por casualidad (cuando las partículas se han combinado con partículas orgánicas).
Por primera vez, un equipo de investigación ha utilizado un modelo del sistema terrestre para simular cómo el zooplancton que ingiere microplásticos podría afectar la base de la red alimentaria oceánica y el ciclo de nutrientes.
Los resultados, sugieren que incluso concentraciones bajas de microplásticos pueden tener un fuerte impacto en los ecosistemas. "Esta influencia ya es suficiente para afectar el ciclo global de nutrientes", dice la Dra. Karin Kvale, autora principal del estudio.
Descubrimientos que muestra la urgencia de cuidar nuestros océanos
"Estos hallazgos son importantes porque durante mucho tiempo ha habido escepticismo en la comunidad científica de que las concentraciones de microplásticos en el océano son lo suficientemente altas como para tener algún impacto en el ciclo de nutrientes", dice la Dra. Karin Kvale.
"Nuestro estudio muestra que incluso en los niveles presentes en el océano hoy en día, puede que ya sea el caso si el zooplancton reemplaza algunos de sus alimentos naturales con microplásticos. Si el zooplancton se alimenta con microplásticos entonces ingieren menos alimentos saludables, y esto tiene efectos ecológicos de gran alcance"
"Entre ellos se pueden conducir a un aumento de la proliferación de algas a través de una reducción en la presión de alimentación que afecta el contenido de oxígeno de los océanos casi tanto como el cambio climático”, agregó Kvale.
Más trabajos sobre este tema proporcionaría mayor motivación para expandir la capacidad de los modelos del sistema terrestre para incluir los efectos de la contaminación como un nuevo impulsor del cambio oceánico.