Misterio resuelto: ¿por qué los insectos son atraídos por las luces en la noche?
La atracción que ejerce la iluminación nocturna sobre los insectos, no es por las razones que creemos que son.
“¡No Harry, no… no veas la luz!
“No puedo puedo detenerme… ¡es tan hermosa!
Este diálogo entre dos insectos en la película de animación “Bichos”, es lo que todos suponemos le pasa a las polillas u otros insectos: una especie de “Atracción fatal” de la luminiscencia nocturna, para continuar con las referencias cinematográficas.
Las teorías sobre posibles explicaciones para la atracción de los insectos a todas las formas de luz artificial, ya sea la luz de una vela o un farol en la noche, indican que confunden estas fuentes de luz con la Luna, que se supone actúa como una suerte de referencia visual de navegación, una pantalla GPS para los insectos.
Esta teoría no explicaba el por qué los insectos que sólo vuelan de día también actúan así.
Insectos volando en 3D
En un trabajo anterior del Imperial College de Londres, los investigadores filmaron una serie de insectos por la noche, utilizando una cámara de alta velocidad para seguir sus movimientos alrededor de las luces. Peso sin datos de vuelo tridimensionales para una mayor rigurosidad, la causa de este comportamiento extraño había quedado sin resolver.
En esta ocasión emplearon captura de movimiento de alta resolución en el laboratorio y estereo-videografía en el campo para reconstruir la cinemática 3D de vuelos de insectos alrededor de luces artificiales. Contrariamente a lo que se esperaba respecto de la expectativa de atracción, los insectos no se dirigen directamente hacia la luz. En cambio, los insectos giran su dorso hacia la luz, generando combates de vuelo perpendiculares a la fuente.
Bajo la luz natural del cielo, inclinar el dorso hacia el hemisferio visual más brillante ayuda a mantener la actitud y el control de vuelo adecuados. Sin embargo, cerca de fuentes artificiales, esta respuesta de luz dorsal altamente conservada puede producir una dirección continua alrededor de la luz y atrapar a un insecto. El modelo de orientación hallado por los investigadores, demuestra que esta inclinación dorsal es suficiente para crear las rutas de vuelo aparentemente erráticas de los insectos cerca de las luces y es el modelo más plausible de por qué los insectos voladores se reúnen en las luces artificiales.
Desorientados por la luz
A través del trabajo de campo y experimentos de laboratorio, descubrieron que los insectos se desorientan cada vez más alrededor de la luz artificial, de manera tal que pierden toda perspectiva sobre dónde es arriba. Resulta que los insectos normalmente mantienen su orientación hacia arriba girando la espalda hacia el cielo, lo más brillante que perciben incluso de noche. Eso les permite mantenerse adecuadamente alineados en una ruta de vuelo estable.
Esta estrategia evolutiva fue suficiente durante millones de años, hasta que los humanos aparecimos en escena con el fuego y la electricidad. Cuando los insectos se encuentran con una bombilla al aire libre después del anochecer, se confunden. Inclinan la espalda hacia el bulbo como si fuera el cielo e inician bucles interminables, a veces erráticos a su alrededor.
Con el aumento de la contaminación lumínica y la disminución drástica del número de insectos en todo el mundo, pueden ser necesarias nuevas formas de iluminación para preservar estas poblaciones, que son parte integral de la salud de los ecosistemas mundiales.
El sol a mis espaldas
Los humanos nos orientamos donde es arriba y donde abajo en función de la forma en que percibimos la gravedad. Si los órganos que la perciben no funcionan bien, podemos experimentar problemas de equilibrio. Lo mismo con animales de gran tamaño.
En los animales más pequeños, al tener órganos sensoriales diminutos y por sus rápidas aceleraciones aéreas, hacen que un insecto no pueda distinguir arriba de abajo. Por ello, la evolución les ha hecho usar el brillo del cielo como una referencia que les permite orientarse a sí mismos señalando sus espaldas hacia arriba. Esto fue así hasta la llegada de los seres humanos que siempre mantuvieron el fuego -o las luces- encendido.
Para investigar la validez de su tesis, los investigadores en el laboratorio del Imperial College London crearon dos escenarios opuestos y los probaron usando video de alta velocidad. En un escenario, la luz ultravioleta que brillaba desde arriba (simulando el cielo), le permitió a las polillas volar a lo largo de un camino estable y lineal. En el otro, la luz UV emitida desde el piso hizo que los insectos se inclinaran, se invirtieran completamente y se estrellaran contra el suelo.
Es por ello por lo que el movimiento sostenido que mantiene una polilla para mantener su espalda hacia la luz da como resultado una ruta de vuelo en órbita relativamente imperturbable alrededor de la bombilla. A veces, sin embargo, la polilla termina volando debajo de la bombilla y comienza una empinada subida hacia arriba. El insecto comienza a detenerse, perdiendo velocidad a medida que sube antes de estrellarse. Del mismo modo, cuando la polilla vuela sobre el bulbo, su orientación invertida en el vértice de su trayectoria de vuelo puede hacer que caiga en picado hacia la tierra.
Referencia de la noticia:
Why flying insects gather at artificial light