Mosquitos: ahora sabemos que el ser vivo más letal también utiliza infrarrojos para encontrar a sus víctimas
Los mosquitos pueden detectar una gran variedad de señales e indicios para localizar a sus víctimas hasta una distancia de 50 metros… ¡increíble!
Uno no podría imaginar que el animal más mortífero del planeta convive a diario con nosotros, y que nos ha atacado en mucho más de una vez.
Y es que el mosquito es el responsable de más de 700.000 muertes de seres humanos al año, ocupando el primer lugar en la lista de los animales más mortíferos. El tercer puesto se lo llevan las serpientes, con unas 100.000 personas y los perros, los mejores amigos del hombre, ocupan el cuarto lugar, con 35.000 muertes en todo el planeta, mayormente por rabia.
Y lamentablemente, el segundo lugar en la lista de los animales más mortíferos lo ocupamos los humanos, con casi 440.000 muertes al año.
Los animales que más temor infunden, como los tiburones, lobos o leones, son más inofensivos: provocan anualmente la muerte de 6, 10 y 22 humanos cada año.
Asesinos implacables
Lo que hace que los mosquitos sean tan peligrosos es su capacidad para transmitir parásitos o virus que causan enfermedades devastadoras. Sólo la malaria, transmitida por el mosquito Anopheles, mata a más de 400.000 personas por año en todo el planeta, e incapacita durante días a otros 220 millones. Sus principales víctimas son los niños.
El dengue, transmitido por el Aedes aegypti y que representa la principal enfermedad vírica que se transmite a través de la picadura de un mosquito en todo el mundo, tiene menor letalidad que la malaria. Sin embargo, más de 3.900 millones de personas en casi 130 países corren el riesgo de contraerlo, estimándose en 96 millones los casos sintomáticos y 40.000 muertes anuales, según datos de la OMS.
También está la fiebre amarilla, con una alta tasa de mortalidad; la encefalitis japonesa, responsable de más de 10.000 muertes al año, especialmente en Asia. Y el virus Zika, con sus efectos neurológicos graves y a largo plazo en bebés nacidos de madres infectadas, o el chikungunya, enfermedad que rara vez puede causar la muerte, pero provoca dolor en las articulaciones que puede durar meses e incluso años para algunas personas.
¿Cómo eligen a sus víctimas?
Son más de 2.500 las especies de mosquitos que pueden encontrarse en prácticamente cualquier parte del mundo, excepto en la Antártida. Pero no todos los mosquitos te van a picar: solo los mosquitos hembra pican, porque necesitan la proteína de la sangre para producir sus huevos.
Los mosquitos poseen ciertos receptores olfativos que les permiten detectar hasta a 50 metros de distancia a los humanos o animales que se transformarán en su presa. Mediante ellos pueden percibir el CO2 exhalado por la respiración, o el calor que desprende la persona o animal, y así pueden saber si su presa está viva o no.
Conduciona su elección de los objetivos a picar, una desarrollada capacidad de detectar los compuestos volátiles y el perfil de microorganismos que viven en nuestra piel. De hecho se sabe que los mosquitos Aedes albopictus prefieren a las personas con tipo de sangre 0 el doble de veces más que las personas con sangre tipo A.
Y si estás realizando algún esfuerzo físico, emitís más dióxido de carbono, lo cual funciona como un llamador para las picaduras. Y si eso sólo no bastara, el olor de las sustancias que tu cuerpo emana cuando transpiras (ácido láctico, ácido úrico, amoníaco y otras), te hacen más atractivo para ellos.
Inclusive si bebes cerveza, o si eliges colores contrastantes en tu vestimenta, te vuelves un bocadillo apetitoso para los mosquitos.
Sensores IR
Un equipo de investigadores de la Universidad de California en Santa Bárbara (UCSB) hallo que los mosquitos utilizan la detección de infrarrojos en su conjunto de sentidos utilizados para encontrar seres de sangre caliente para poder picar.
Hasta ahora, se sabía que los mosquitos tienen termorreceptores que los vuelven capaces de detectar diferencias de hasta 2.5 ºC en la temperatura de un cuerpo a unos 10 cm de distancia. Los investigadores se plantearon la hipótesis de que si el Aedes aegypti puede identificar fuentes de calor más lejanas, debería estar utilizando sensores para detectar radiación infraroja, como lo hacen algunos reptiles.
El equipo de la UCSB, halló que la exposición a una fuente de radiación infrarroja con una temperatura de 34 °C, similar al calor corporal humano, provocó que los mosquitos duplicaran sus comportamientos de búsqueda de presas, lo que demuestra la eficacia de esta señal adicional... ¡y fueron capaces de detectarla hasta a 70 centímetros de distancia de la fuente!
El sensor clave se encuentra en las puntas de las antenas, que tienen neuronas que detectan calor. La eliminación de esas puntas elimina la capacidad del mosquito para detectar infrarrojos
Es la primera vez que se observa el impacto de la radiación infrarroja en el comportamiento de los mosquitos, pero solo en el contexto de otras señales, como el CO2 elevado y el olor humano, es que la radiación infrarroja marca una diferencia.
Este descubrimiento podría ser la llave para establecer métodos que permitan evitar picaduras, como ser trampas con radiación infrarroja para atraerlos. Y podría ser una efectiva manera de reducir la mortandad asociada a estos "asesinos".
Referencia de la noticia
Chandel, A., DeBeaubien, N.A., Ganguly, A. et al. Thermal infrared directs host-seeking behaviour in Aedes aegypti mosquitoes. Nature (2024).