¿Podría la "siembra" de nubes marinas frenar el calentamiento de la Tierra?
Los científicos están redoblando sus esfuerzos para investigar los posibles riesgos y beneficios de sombrear artificialmente la superficie de la Tierra para frenar el calentamiento global.
A medida que los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera continúan aumentando y los impactos del cambio climático se vuelven más costosos, la comunidad científica está redoblando esfuerzos para investigar los riesgos y beneficios potenciales de dar sombra artificial a la superficie de la Tierra para frenar el calentamiento global.
Marine Cloud Brightening (MCB) es uno de los dos métodos principales de modificación de la radiación solar que se proponen para compensar los peores efectos del calentamiento global a medida que avanza la descarbonización. Las propuestas de MCB implican inyectar aerosol salino en nubes marinas poco profundas para aclararlas, aumentar su reflejo de la luz solar (albedo) y reducir la cantidad de calor absorbido por el agua debajo.
Un grupo de 31 científicos atmosféricos ha presentado una hoja de ruta consensuada para que la investigación en ciencias físicas construya la base de conocimientos necesaria para evaluar la viabilidad de los enfoques MCB. Su hoja de ruta se describe en un nuevo artículo publicado en la revista Science Advances.
Las propuestas actuales de MCB se basan en la fumigación con agua salada, que imitaría las columnas de emisiones ricas en azufre de las chimeneas de los barcos o los volcanes, para aumentar las concentraciones de aerosoles en la atmósfera marina inferior.
Idealmente, las gotas de agua salada se evaporan para producir partículas finas que son transportadas a la capa de nubes mediante movimientos de aire turbulentos y convectivos. Si las técnicas MCB pueden influir consistentemente en las nubes para que reflejen más luz solar al espacio que nubes similares con una menor concentración de gotas, entonces tienen el potencial de ser una técnica efectiva de modificación de la radiación solar, al menos a escala local, dicen los científicos.
Esto, a su vez, podría producir cierto enfriamiento a escala local. El estudio propone un programa sustancial y específico de investigación de MCB que incluye estudios de laboratorio, experimentos de campo y modelado de nubes.
Como resultado, se necesitan nuevas instalaciones de laboratorio para llenar los vacíos en la comprensión de los procesos microfísicos de los aerosoles y las nubes, ya que pocos laboratorios existentes son capaces de abordar estos procesos.
¿Qué se necesita para implementar este método MCB?
Se necesitan experimentos de campo a largo plazo utilizando una fuente puntual en una ubicación oceánica donde las condiciones sean favorables, junto con nuevas observaciones y nuevos modelos para probar la tecnología de pulverización de partículas salinas.
Los investigadores pueden aprovechar los análogos existentes para los experimentos de plantación de nubes, como las emisiones volcánicas naturales, la quema de biomasa, las columnas de escape de barcos individuales o rutas marítimas designadas, las fuentes puntuales urbanas y las columnas urbanas.
En términos prácticos, los investigadores deben desarrollar suficiente confianza en que se pueden generar partículas de tamaño apropiado y enviarlas a las nubes y, una vez allí, actuar para formar gotas de nube que dispersen efectivamente la luz solar.
Tendrían que demostrar que las nubes pueden iluminarse de manera consistente y sobre un área lo suficientemente grande como para enfriar significativamente el océano, y que intentar manipular las nubes no causaría que se adelgazaran o que precipitaran gotas, lo que podría permitir un mayor calentamiento.
Los científicos aún tendrían que demostrar que el brillo de las nubes sería mensurable para demostrar que funcionaría según lo previsto a escalas globalmente relevantes o en ecosistemas regionales sensibles como los arrecifes de coral.
No todas las nubes se crean de la misma manera: algunas son más susceptibles a las inyecciones de aerosoles que otras. Una nube que ya es brillante, con una alta concentración de gotas, es mucho más difícil de iluminar que una nube delgada con una baja concentración de gotas.
La forma en que una nube responde a un intento de manipulación depende sutilmente del clima y de las condiciones de fondo de los aerosoles. Para complicar las cosas, el tamaño y la cantidad ideales de partículas probablemente dependan de las propiedades de las nubes, que pueden cambiar a medida que flotan en el aire.
Graham Feingold, autor principal del estudio, dice que para que este método tenga más posibilidades de funcionar, tendrían que colocar partículas del tamaño correcto en nubes receptivas, en los momentos correctos del día y en las estaciones correctas, y en áreas lo suficientemente grandes como para dar sombra a grandes áreas del océano.
Sin embargo, Feingold advirtió que el método MCB no sustituiría la descarbonización y no aliviaría la acidificación de los océanos. “Para reducir las temperaturas globales, nuestra máxima prioridad debería ser eliminar el dióxido de carbono de la atmósfera. Este método puede ayudar a aliviar los peores impactos del cambio climático”.
Referencia de la noticia:
Feingold G., Ghate V., Russell L., et al. Physical science research needed to evaluate the viability and risks of marine cloud brightening. Science Advances (2024).