¿Por qué el color azul es tan raro en la naturaleza?

Hoy en día replicar colores es algo que parece fácil. Pero lo cierto es que en la naturaleza el azul es un color raro. Al punto que incluso en los idiomas la palabra para describirlo fue muy tardía. El fascinante mundo del azul.

Rana azul
La rana flecha venenosa azul (Dendrobates tinctorius "azureus") es extraña en la naturaleza por su color.

Piensa el nombre de cinco animales de color azul, y cinco plantas del mismo color. Difícil, ¿no?. Y es que el color azul es muy poco frecuente en la naturaleza, mucho menos de lo que uno pensaría. Nos parece un color más común porque la inmensidad del cielo es azul, o el color característico del mar es también el azul. Pero entre todas las tonalidades que se encuentran en las rocas, las plantas y las flores, o en el pelaje, las plumas, las escamas y la piel de los animales, el azul es sorprendentemente escaso, tal como resume un informe publicado por Live Science.

Los seres humanos podemos ver los colores porque cada uno de nuestros ojos contiene entre 6 y 7 millones de células sensibles a la luz llamadas conos. Hay tres tipos diferentes de conos en el ojo de una persona con visión normal del color, y cada tipo de cono es más sensible a una determinada longitud de onda de la luz: rojo, verde o azul. La información procedente de millones de conos llega a nuestro cerebro en forma de señales eléctricas que comunican todos los tipos de luz reflejados por lo que vemos, que luego se interpretan como diferentes tonos de color. Un proceso que ocurre a cada momento en nuestra vida.

Cuando miramos un objeto de color, "el objeto absorbe parte de la luz blanca que incide sobre él y refleja el resto de la luz en una determinada longitud de onda que define un color” explica a Live Science el escritor científico Kai Kupferschmidt, autor de "Blue: In Search of Nature's Rarest Color" (El Experimento, 2021).

El azul en flores y minerales

Cuando vemos una flor azul, como un aciano, lo vemos de ese color porque absorbe la parte roja del espectro. Dicho de otra forma, lo vemos azul porque ese color es la parte del espectro que la flor rechaza. En el espectro visible, el rojo tiene largas longitudes de onda, lo que significa que es muy poco energético en comparación con otros colores. Para que una flor parezca azul, "tiene que ser capaz de producir una molécula que pueda absorber cantidades muy pequeñas de energía", para poder absorber la parte roja del espectro, dijo Kupferschmidt.

Mariposa azul
La mariposa Morpho resalta por su extraña tonalidad azulada.

El punto es que generar este tipo de moléculas, que son grandes y complejas, es difícil para las plantas, por lo que menos del 10% de las casi 300.000 especies de plantas con flor del mundo producen flores azules. Uno de los posibles motivos de la evolución de las flores azules es que el azul es muy visible para los polinizadores, como las abejas, y producir flores azules puede beneficiar a las plantas en los ecosistemas en los que la competencia por los polinizadores es alta, sostuvo Adrian Dyer, profesor asociado y científico de la visión en el Real Instituto de Tecnología de Melbourne (Australia), a la Australian Broadcasting Company en 2016.

En cuanto a los minerales, sus estructuras cristalinas interactúan con los iones (átomos o moléculas cargadas) para determinar qué partes del espectro se absorben y cuáles se reflejan. El mineral lapislázuli, que se extrae principalmente en Afganistán y produce el raro pigmento azul ultramarino, contiene iones trisulfuro (tres átomos de azufre unidos dentro de una red cristalina) que pueden liberar o unir un solo electrón. Esa diferencia de energía es la que da lugar al azul.

El azul en animales

Los colores de los animales azules no proceden de pigmentos químicos, sino que se basan en la física para crear una apariencia azul. Las mariposas de alas azules del género Morpho tienen intrincadas nanoestructuras en las escamas de sus alas que manipulan las capas de luz para que algunos colores se anulen entre sí y sólo se refleje el azul. Un efecto similar se produce en las estructuras de las plumas de los arrendajos azules (Cyanocitta cristata), las escamas de los peces azules (Paracanthurus hepatus) y los anillos parpadeantes de los pulpos de anillos azules venenosos (Hapalochlaena maculosa).

Lapizlazuli
El Lapizlazuli fue considerado tan valioso como el oro en la edad Media. Se encuentra mayormente en Afganistán.

Pero las cosas son más extrañas en los mamíferos, donde los tonos azules son más raros que en las aves, los peces, los reptiles y los insectos. Algunas ballenas y delfines tienen la piel azulada; primates como los monos de nariz respingona dorada (Rhinopithecus roxellana) tienen la cara azulada; y los mandriles (Mandrillus sphinx) tienen la cara y el trasero azules. Pero el pelaje, un rasgo compartido por la mayoría de los mamíferos terrestres, nunca es naturalmente azul brillante, al menos, no a la luz visible. Los investigadores han descubierto recientemente que el pelaje de los ornitorrincos brilla en vivos tonos azules y verdes cuando se expone a los rayos ultravioleta (UV).

Mientras que los humanos tenemos tres tipos de receptores de luz en nuestros ojos, las aves tienen un cuarto tipo de receptor para detectar la luz ultravioleta. Las plumas que parecen azules a los ojos de los humanos en realidad reflejan incluso más luz ultravioleta que luz azul. Algo muy interesante agrega Kupferschmidt en su libro. Debido a la escasez del azul en la naturaleza, la palabra azul fue relativamente tardía en las lenguas de todo el mundo, apareciendo después de las palabras negro, blanco, rojo y amarillo.

El azul en la historia

Una de las teorías al respecto es que sólo es necesario nombrar un color cuando se puede teñir, cuando se puede separar el color de su objeto. De lo contrario, no se necesita el nombre del color. Y teñir las cosas de azul o encontrar un pigmento azul ocurrió muy tarde en la mayoría de las culturas, y eso se puede ver en la lingüística.

Aciano
La flor del aciano destaca por su expresivo color azul.

Sabemos que el uso más antiguo del tinte azul se remonta a hace unos 6.000 años en Perú, y los antiguos egipcios combinaron sílice, óxido de calcio y óxido de cobre para crear un pigmento azul de larga duración conocido como irtyu para decorar estatuas. El ultramar, un pigmento azul intenso molido a partir del lapislázuli, era tan precioso como el oro en la Europa medieval y se reservaba principalmente para ilustrar manuscritos iluminados.

La rareza del azul hizo que la gente lo considerara un color de alto estatus durante miles de años. El azul se ha asociado durante mucho tiempo con la deidad hindú Krishna y con la Virgen María cristiana, y entre los artistas que se inspiraron en el azul de la naturaleza se encuentran Miguel Ángel, Gauguin, Picasso y Van Gogh.