¿Por qué la atmósfera de Venus gira más rápido que el planeta?
Desde 1960, los científicos buscan desentrañar los misterios de la superrotación de la atmósfera venusiana. ¿Por qué su atmósfera gira 60 veces más rápido que su superficie? Ahora pueden haber encontrado la respuesta en las “mareas atmosféricas”. ¿De qué se trata?
El planeta más cercano al Sol, Mercurio, es conocido por su velocidad. El segundo planeta desde el Sol, Venus, podría muy bien ser conocido por lo opuesto. Gira tan lento que su superficie tarda 243 días terrestres en rotar una sola vez alrededor de su eje. Sin embargo, la atmósfera venusiana se mueve completamente independiente de la superficie, y le toma solo 4 días terrestres dar un giro completo.
Este fenómeno, que también ocurre en la luna de Saturno, Titán, fue todo un misterio para la ciencia durante varias décadas. Los científicos estaban convencidos de que, para que ocurra esta superrotación, la atmósfera de Venus debía poseer suficiente momento angular -el impulso que tiene un cuerpo debido a su giro- para superar la fricción con la superficie del planeta. Sin embargo, no tenían claro cuál era exactamente la fuente de este momento angular.
Ahora, un nuevo estudio publicado en la revista Science, sugiere que la razón por la cual la atmósfera venusiana gira a una velocidad 60 veces más rápido que la de la superficie radica en la marea atmosférica. En la atmósfera, incluso la terrestre, los cambios de temperatura pueden provocar que el aire tenga movimientos similares a las de las mareas oceánicas, éstas últimas dominadas por el efecto gravitacional.
En el caso de Venus, el calor del Sol calienta mucho el lado de día del planeta, mientras que el lado nocturno se mantiene con temperaturas muy bajas, y esta diferencia de temperaturas crea olas de marea atmosférica que empujan la atmósfera alrededor del planeta dándole el impulso para que gire rápidamente.
La investigación
El equipo de astrónomos del Instituto de Ciencia Espacial y Astronáutica de Japón realizó la investigación utilizando datos de la nave espacial Akatsuki, también conocida como Venus Climate Orbiter. Lanzada en 2010, se suponía que Akatsuki entraría en órbita alrededor de Venus en 2010, pero tuvo problemas y terminó orbitando el Sol durante cinco años. Finalmente, logró ingresar en una órbita de Venus en 2015, y desde entonces está recopilando datos sobre el planeta.
Los científicos analizaron imágenes ultravioletas y datos de infrarrojos térmicos de la sonda Akatsuki y lograron rastrear los movimientos de las nubes de Venus, mapear los vientos del planeta y entender la forma en que el calor circula en la atmósfera.
Sin embargo, estos hallazgos no sólo son relevantes para Venus.También podrían usarse para comprender cómo se comporta la distribución de energía en la atmósfera de otros exoplanetas. "Nuestro estudio podría ayudar a comprender mejor los sistemas atmosféricos en los exoplanetas que tienen un lado que siempre está orientado hacia las estrellas centrales, similares a Venus que tiene un día solar muy largo", dijo el investigador principal Takeshi Horinouchi de la Universidad de Hokkaido en un comunicado.