¿Por qué las criptomonedas contaminan el medio ambiente?
Te explicamos por qué la minería de criptomonedas dejan una importante huella ambiental con gastos excesivos de electricidad y generación de toneladas de residuos electrónicos.
Las criptomonedas son furor y poco a poco intentan introducirse en lo cotidiano. Luego de la crisis del 2008 acentuada por la crisis económica que dejó la pandemia, estos activos tecnológicos tomaron mayor protagonismo.
Pero también existe un "lado B" de las cripto analizado en diversos estudios, y es que la "minería" de criptomonedas no es tan inofensiva para el ambiente como se creía, deja una importante huella ambiental tanto por la enorme demanda de energía eléctrica, como por la montaña de residuos computacionales (hardware).
"Minar" criptomonedas contamina
Prácticamente todas las acciones del ser humano deja una huella que perjudica a nuestro ambiente, de hecho el sistema financiero tradicional también lo hace, pero operar con criptomonedas no es la excepción.
Se creía que usar monedas virtuales era "100% verde", pero lo que ocurre en realidad y según los últimos estudios realizados, es que la contaminación o huella al "minar" criptomonedas es muy importante.
Se necesita una gran cantidad de energía para alimentar este mercado. La moneda se va generando por el propio sistema en la red a partir de la resolución de acertijos criptográficos que aseguran y limitan las transacciones, lo que se denomina en la jerga "minería". El llamado "minado de bloques" consiste en la realización de una serie de cálculos complejos que requieren de muchísima potencia en infraestructura informática y electricidad.
Debido a la enorme revalorización de las criptomonedas en el 2021, han surgido varios debates económicos, financieros e incluso éticos. La escalada del bitcoin (una de las tantas monedas virtuales del mercado y probablemente la más conocida), ha elevado el consumo energético a niveles nunca antes vistos.
Por eso, varios organismos internacionales prohíben la minería de divisas digitales en función de su impacto ambiental. No olvidemos que un porcentaje muy elevado de generación de electricidad mundial es por quema de combustibles fósiles como: carbón, gas, petróleo que generan GEI.
Al ser completamente digital, el bitcoin se la pensaba como una moneda ecológica, pero no es así.
Recordemos que incluso Elon Musk anunció en Twitter el año pasado que Tesla dejaría de aceptar bitcoin como forma de pago por sus vehículos eléctricos por su supuesto impacto medioambiental.
El consumo energético de operar con "cripto"
La minería requiere un hardware específico que consume grandes cantidades de potencia eléctrica, dependiendo de la metodología varios autores realizan estimaciones de consumo total de potencia.
Luego de una suba en las cotizaciones en 2021, se dio una estrepitosa caída posterior que se puede deber en parte a los cambios regulatorios en función del gasto excesivo de energía de las divisas digitales.
Un estudio elaborado por la Universidad de Cambridge, Reino Unido, creó un indicador, el Índice de Consumo de Electricidad de Cambridge Bitcoin (CBECI), que ofrece una estimación en tiempo real del uso total de electricidad del bitcoin.
A modo comparativo podemos decir, que por ejemplo solo la red bitcoin consume anualmente más energía que toda la República Argentina, incluso de la energía que consumiría dicha universidad británica en siete siglos.
El informe muestra que “la red bitcoin consume 121,36 TWh mientras que el consumo de la Argentina es de 121 TWh, ubicándose en el puesto 31° del ranking mundial de utilización de la energía”, un escalafón que es liderado por China con 5.564 TWh y los Estados Unidos con 3.902 Twh.
China, por ejemplo, representa el 65 % del poder computacional de la minería de bitcoin actual, el enorme problema es que mucha de esta energía viene de la quema de carbón. Según el informe 'Los pequeños secretos de Bitcoin', publicado por Bank of America en marzo de 2021, las emisiones de carbono de bitcoin aumentaron en 40 millones de toneladas en los últimos 2 años.
Según el estudio, una transacción de bitcoin equivalente a mil millones de dólares está dejando aproximadamente 5,4 millones de toneladas de dióxido de carbono. Además, la Universidad de Cambridge que ha medido el consumo desde 2014, indica que apenas el 39 % de esa electricidad proviene de fuentes de energía renovables. En contrapartida, en 2019, CoinShares, una firma de investigación abiertamente procriptomonedas, encontró que el 74,1 % de la electricidad consumida por bitcoin provenía de fuentes renovables, por eso continúan profundizándose nuevos análisis.
Las criptomonedas generan montaña de basura electrónica
Un nuevo estudio estima que el minado de esta criptomoneda produce 30.700 toneladas de residuos electrónicos al año. Cada transacción procesada en la red de Bitcoin genera de media 272 gramos de basura electrónica. Así lo estima el estudio "El creciente problema de los desechos electrónicos de Bitcoin", publicado en la revista Resources, Conservation and Recycling.
Se trata de residuos que suponen una seria amenaza para el medio ambiente porque contienen productos químicos y materiales pesados que pueden filtrarse a los suelos y al agua provocando una seria contaminación en las zonas donde penetran.
Existen plantas de gestión de este tipo de residuos especiales, pero por supuesto son muy pocas y deben hacer grandes inversiones con un proceso de amortización para que al final les resulte rentable. Y es que este tipo de desechos necesita una tecnología avanzada de tratamiento para poder separar los diferentes componentes y materiales con los que están fabricados.
Otro problema del que no muchos hablan, es la pérdida de recursos, porque en estos equipos tecnológicos que se desechan podemos encontrar cobre, aluminio, hierro, pequeños porcentajes de plata e incluso oro. Si no se gestionan adecuadamente también terminan en un vertedero desaprovechados, mientras se sigue recurriendo a la naturaleza en búsqueda de más extracción de esas mismas materias primas que necesitamos para producir estos y otros bienes de consumo masivo.