¿Por qué nos cuesta dormir bien la primera noche que nos alojamos en un lugar que no conocemos?
¿Te ha pasado que llegas cansado de un largo viaje a una habitación de hotel y, pese a estar muy cansado, te ha resultado muy difícil conciliar el sueño? La ciencia halló el motivo.
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Llegas a un hotel después de haber conducido cientos de kilómetros en un viaje de trabajo y, pese a que el cuerpo te pide a gritos tener un sueño reparador, no logras pegar un ojo. Incluso, una vez que lograste dormir, te despiertas con frecuencia por la noche, con cierta incomodidad y fastidio porque no has podido descansar. O te has despertado mucho antes que suene el despertador, y eso te pone de mal humor y te exaspera porque lo único que necesitabas era dormir bien.
Independientemente de que se trate de una habitación de hotel o la casa de parientes o amigos, la primera noche de sueño en un lugar que no nos resulta familiar hace que tratar de dormir se transforme en una odisea, ya que nuestra mente no se puede desconectar, manteniéndose sorprendentemente alerta. Ese fenómeno común es llamado "Efecto de Primera Noche" (First Night Effect, FNE por sus siglas en inglés) y tiene su origen en primitivos mecanismos de “autodefensa” de nuestro cerebro.
Sueño hemisférico unilateral
El FNE es un fenómeno conocido hace más de 50 años. De acuerdo con Yuka Sasaki, neurobióloga de la Universidad de Brown, en los Estados Unidos y uno de los autores de un estudio de 2016 que buscó echar luz sobre este tema, afirma que “Incluso cuando nos fijamos en personas jóvenes y sanas sin problemas crónicos de sueño, el 99 por ciento de las veces muestran este efecto de la primera noche, este extraño estado en el que la noche trascurre mitad despierto, mitad dormido”.
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El FNE no es un fenómeno que sólo ocurre en humanos. De hecho, el cerebro humano responde de manera similar a cómo lo hacen muchos otros animales en su entorno natural al mantener una "vigilancia constante" mientras duermen, traspasando los límites entre el sueño y la vigilia. Este mecanismo, conocido como sueño hemisférico unilateral, es común en especies como los delfines, las ballenas y muchas aves que pueden poner a dormir solo la mitad de sus cerebros, mientras que la otra mitad permanece en vigilia y su ojo correspondiente permanece abierto.
Esta singularidad está relacionada con una estrategia de supervivencia, como en el caso de algunas aves que muestran sueño unilateral en situaciones de riesgo: al dormir, solo una mitad de su cerebro descansa, mientras la otra permanece alerta ante posibles amenazas. Algo similar puede estar sucediendo en el cerebro humano durante el efecto de la primera noche. Quizás cuando la gente no sabe si un nuevo lugar es seguro o no, se activa un sistema de vigilancia interno incorporado, como si nuestro cerebro estuviera diseñado para estar parcialmente despierto durante la primera noche en un lugar nuevo.
Cerebro vigilante (y descansando a la vez)
Mediante experimentos utilizando técnicas avanzadas de neuroimagen que combinan la magnetoencefalografía (MEG), la resonancia magnética estructural y la polisomnografía (PSG) en el cerebro dormido, se analizó la actividad de ondas lentas (SWA), una oscilación cerebral espontánea (1-4 Hz) en el sueño sin movimientos oculares rápidos (NREM) de más de 30 voluntarios, en dos noches separadas una semana entre sí.
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Así, los investigadores descubrieron que, durante la primera noche en un entorno desconocido, el hemisferio izquierdo del cerebro estaba más activo que el derecho, especialmente durante el sueño profundo. Este comportamiento sugiere que el cerebro mantiene una alerta constante, un estado de vigilia frente a posibles peligros, como si estuviera preparando al cuerpo para reaccionar en caso de emergencia. A la semana siguiente, del análisis del sueño de los más de 30 voluntarios se halló que ambos hemisferios cerebrales presentaban similares niveles de actividad, por lo que los investigadores concluyeron que el cerebro ya se había acostumbrado al entorno.
Así que la próxima vez que no puedas descansar bien la primera noche en un hotel desconocido luego de un largo viaje, la culpa no la tiene el jet lag. Tal vez alojándote en la misma cadena de hoteles, puedas hacer que tu cerebro desconecte los dos hemisferios y puedas tener un sueño reparador.
Referencia de la noticia:
Tamaki, Masako et al. Night Watch in One Brain Hemisphere during Sleep Associated with the First-Night Effect in Humans. Current Biology, Volume 26, Issue 9, 1190 - 1194