¿Pueden los atrapanieblas ser la solución para combatir la escasez de agua potable en el mundo?

En un planeta donde 1 de cada 3 personas no tiene acceso a agua potable, la captura artificial de agua de niebla se erige como un proyecto innovador y en expansión. ¿Cómo funciona y qué países lo utilizan? El caso emblemático del norte chileno.

Atrapaniebla niebla agua potable
Las estructuras artificiales para captura agua de niebla se presentan como una alternativa viable y en expansión en el mundo. Crédito: darsihmad.org

Expertos de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) afirman que crear agua a partir del aire que nos rodea podría ser una herramienta importante para satisfacer las necesidades de millones de personas en todo el mundo.

El 70 % de la Tierra es agua y, sin embargo, gran parte del planeta experimenta actualmente una sequía brutal. Según las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud, una de cada tres personas no tiene acceso a agua potable.

La profesora asociada Kristen Splinter, directora general del Laboratorio de Investigación del Agua de la UNSW, y el ex ingeniero civil Daniel Lambert destacaron el potencial de la tecnología durante un episodio de la serie de podcasts Engineering the Future de la UNSW.

“Si consideramos las innovaciones en el ámbito del agua, la generación de agua atmosférica es realmente interesante. Su viabilidad comercial y a gran escala aún está por demostrarse, pero podría ayudar a resolver algunos de nuestros problemas a las comunidades sin acceso al suministro de agua dulce”, afirmaron.

“Podría ser especialmente relevante para comunidades situadas en entornos húmedos”, afirma Lambert. Splinter está de acuerdo en que la tecnología es prometedora, aunque en las condiciones adecuadas. Esta solución no puede resolver todo el problema mundial. La humedad es clave para la generación de agua atmosférica, por lo que el problema persistirá en climas más secos.

¿Cómo se cosecha la niebla?

La captura de agua de niebla se divide en dos métodos fundamentales: la intercepción natural, a través del dosel de la vegetación, y el uso de estructuras artificiales conocidas como captadores de niebla o atrapanieblas.

En métodos naturales, la vegetación juega un papel crucial al capturar la niebla mediante sus hojas y ramas, permitiendo que el agua se acumule y gotee hacia el suelo, donde puede ser recolectada. A pesar de su eficacia en ciertas áreas, estos sistemas requieren de cisternas de recolección y mantenimiento constante para asegurar su funcionalidad y evitar el impacto negativo en el ecosistema.

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Los rendimientos esperables de captación de agua se sitúan de 2 a 10 l/m²*día. Crédito: darsihmad.org

Por otro lado, las estructuras artificiales se presentan como una alternativa viable y en expansión en el mundo, utilizando mallas para captar y canalizar el agua hacia tanques de almacenamiento, también conocidos como paneles atrapanieblas. Estas pueden clasificarse en dispositivos cilíndricos o bidimensionales, adaptándose a variadas necesidades y condiciones climáticas.

Los atrapanieblas tienen gran desarrollo actualmente en regiones desérticas con presencia de niebla, como el desierto de Atacama en Chile, Ecuador, Guatemala, Perú, Nepal, Israel, y algunos países de África.

El caso exitoso de atrapanieblas en el norte de Chile

Chile se destaca como la nación vanguardista en la adopción de tecnología para la captación de agua a partir de la niebla, conocida desde los años 60 gracias a la innovación de Carlos Espinosa Arancibia, físico de la Universidad de Chile.

El desierto de Atacama es el de mayor aridez del mundo, sin embargo, en sus costas, las masas de aire húmedo del océano Pacífico forman nieblas matinales o niebla de advección, llamadas localmente camanchacas.

Espinosa Arancibia obtuvo una patente de invención (N° 18.424) por un aparato destinado a “captar agua contenida en las nieblas o camanchacas”. Luego donó su invención a la Universidad Católica del Norte y fomentó su difusión gratuita a través de la Unesco.

El equipo era un cilindro de 0,7 m de diámetro en el que estaban dispuestos 1300 monofilamentos de perlon de 0,5 mm de diámetro y 2 m de largo. Al fondo de este sistema se encontraba un embudo metálico y un estanque de acumulación de agua. Luego vinieron una serie de mejoras y a nivel mundial Carlos Espinosa Arancibia es reconocido como uno de los padres de esta invención.

Los atrapanieblas que se usan en los pueblos del norte chileno fueron desarrollados en conjunto con científicos israelíes. Están formados por un pedestal metálico en que hay un gran marco, de unos 6 m de largo por 4 m de alto. Este marco contiene una malla plástica que facilita la condensación de la niebla. En su parte inferior hay una canaleta y un estanque colector.

Estos dispositivos se instalan en sitios altos, que se hallen expuestos a la camanchaca y están conectados por tuberías a estanques de depósito de agua. Los rendimientos esperables de captación de agua se sitúan de 2 a 10 l/m²*día.