¿Qué desencadena las Edades de Hielo? Un nuevo estudio resuelve el misterio

Los movimientos terrestres han estado moldeando el clima de la Tierra por millones de años, pero la complejidad de tantos ciclos actuando simultáneamente hace que las glaciaciones sean difíciles de predecir… hasta ahora

edad de hielo
Los científicos descibrieron que las glaciaciones se pueden predecir

Durante millones de años, la Tierra ha experimentado ciclos de glaciaciones y periodos interglaciares. Pero, ¿qué mecanismo es el principal responsable de iniciar y terminar estas Edades de Hielo? Un nuevo estudio descubrió la respuesta a esta pregunta, y ahora sabemos cuál de los movimientos orbitales de la Tierra juega el papel más importante en estos cambios climáticos.

A principios del siglo XX, el científico Milutin Milankovitch propuso una teoría revolucionaria: los cambios en la órbita de la Tierra y la inclinación de su eje afectan la cantidad de luz solar que llega a nuestro planeta, desencadenando así las Edades de Hielo.

El astrónomo serbio Milutin Milankovitch propuso a principios del siglo XX que las variaciones en la órbita y la inclinación del eje terrestre afectan la cantidad de radiación solar que llega al planeta. Estas variaciones, conocidas como los ciclos de Milankovitch, influyen en la formación y desaparición de grandes masas de hielo.

La teoría dice que existen tres factores clave que llevan a una Edad de Hielo:

  • La inclinación del eje terrestre (oblicuidad): pensemos a la Tierra como un trompo. Su eje de rotación está inclinado, y esta inclinación varía con el tiempo, afectando la intensidad de las estaciones. Este ciclo se repite aproximadamente cada 41.000 años.
  • El bamboleo del eje terrestre (precesión): no solo está inclinado. El eje de la Tierra también se tambalea, como cuando el trompo está a punto de caer. Este bamboleo cambia el momento en que ocurren las estaciones, con un ciclo de unos 21.000 años.
  • La forma de la órbita de la Tierra alrededor del Sol (excentricidad): la órbita de la Tierra alrededor del Sol no es un círculo perfecto, sino una elipse. Esta elipse varía, haciéndose a veces más o menos circular, en ciclos de 100.000 y 400.000 años, lo que afecta la cantidad de energía que llega a nuestra superficie.

Durante décadas, la teoría de Milankovitch fue objeto de debate. No fue hasta 1976 que los científicos encontraron pruebas sólidas que la respaldan. Sin embargo, aún quedaban preguntas por responder: ¿cómo interactúan exactamente estos ciclos para desencadenar las Edades de Hielo?

La gran incógnita: ¿qué factor pesa más?

Durante décadas, los científicos debatieron cuál de estos movimientos tenía un rol más determinante en la aparición y desaparición de las glaciaciones. Ahora, un estudio publicado en la revista Science resolvió parte del enigma.

Los investigadores descubrieron que el inicio y final de las Edades de Hielo no ocurren al azar, sino que siguen un patrón predecible. Según sus hallazgos:

  • La precesión es el principal impulsor del final de las glaciaciones. Su influencia determina cuándo se produce la desglaciación y el paso a un período más cálido.
  • La oblicuidad es clave en el inicio de las Edades de Hielo. Su papel es esencial para que el clima de la Tierra transite de un período cálido a uno dominado por el avance de los hielos.

Los investigadores también encontraron que estos efectos están modulados por la excentricidad de la órbita terrestre, que actúa como un regulador de fondo.

¿Una próxima Edad de Hielo? El cambio climático cambia las reglas

Este descubrimiento es emocionante porque sugiere que los ciclos glaciares son, en gran medida, predecibles. Al comprender cómo los movimientos orbitales de la Tierra influyen en el clima, los científicos pueden hacer estimaciones sobre el futuro climático natural de nuestro planeta, en ausencia del factor humano.

Según las tendencias naturales, la próxima glaciación debería ocurrir dentro de unos 10.000 años. Sin embargo, los científicos advierten que las emisiones de gases de efecto invernadero han alterado este patrón natural.

"Es muy poco probable que la Tierra entre en una nueva glaciación en los tiempos esperados, porque las emisiones humanas de dióxido de carbono ya han desviado el clima de su curso natural", explica Gregor Knorr, coautor del estudio del Instituto Alfred Wegener.

Así, aunque los movimientos orbitales de la Tierra sigan su ciclo, el factor humano ha cambiado la ecuación. El planeta, que alguna vez se enfrió de manera periódica, ahora enfrenta un calentamiento acelerado impulsado por nuestra actividad. La pregunta ya no es cuándo será la próxima Edad de Hielo, sino cómo impactará el cambio climático en el equilibrio climático de la Tierra a largo plazo.

Referencia de la noticia:

Stephen Barker et al. , “Distinct roles for precession, obliquity, and eccentricity in Pleistocene 100-kyr glacial cycles”. Science387,eadp3491(2025).DOI:10.1126/science.adp349