¿Qué pasa con nuestros perfiles en redes sociales al morir? Vacíos legales, opciones tecnológicas y debates filosóficos
Cada vez son más los perfiles digitales de personas que ya han fallecido. Qué son los testamentos digitales y qué herramientas existen ante la muerte propia o la de un familiar. Una problemática que crece y despierta debates éticos, legales y filosóficos.
A día de hoy, más de 30 millones de perfiles en Facebook pertenecen a usuarios que ya han fallecido. Las proyecciones son un tanto escalofriantes: dentro de pocos años, en esta red social, serán más los perfiles de los muertos que de los vivos.
Cuando una persona muere –y más aún si es de forma inesperada- deja una paradójica presencia-ausencia en el ciberespacio. Sus mails, fotos, videos, chats, ideas, gustos y preferencias siguen estando ahí, como antes, a sólo un clic de distancia, para siempre.
Más allá de lo extraño y abrumador que resulta esto para quienes aún seguimos vivos, sobrevuelan las preguntas: ¿Qué destino tiene todo eso? ¿Quién puede decidir qué cosas respecto del perfil de un fallecido? Esta es una problemática relativamente nueva, que abre múltiples reflexiones y debates.
Por un lado, nos obliga a repensar nuestra relación con los muertos y con nuestra propia muerte. Por supuesto, además, con nuestros soportes digitales y nuestra presencia on line.
Por otro, obliga a considerar una serie de recaudos nuevos, como la posibilidad de definir un contacto de legado o un testamento digital. Figuras, documentos o potestades impensadas hace apenas unos años.
"¿Queremos que alguien se haga cargo de nuestras cuentas en las redes sociales? ¿Queremos dejar a nuestros hijos un álbum digital de fotos? ¿O queremos imprimirlas y tener un álbum impreso que podamos dejar cuando hayamos muerto? El legado digital es algo sobre lo que hay que pensar y hablar", dijo a la BBC Sarah Stanley, enfermera de la organización Marie Curie, que ofrece apoyo a personas con enfermedades terminales y a sus seres queridos, en Reino Unido
El testamento digital
Nuestra presencia en línea está llena de historias que, acaso, queramos dejarle a nuestros seres queridos, y por eso, según los especialistas, todos deberíamos tomarnos el tiempo de pensar qué queremos hacer con eso.
El testamento digital es un documento que indica cómo deben manejarse los activos digitales tras la muerte. Esto incluye correos electrónicos, redes sociales, blogs, cuentas de juegos, suscripciones, historiales médicos, documentos en la nube, criptomonedas y más.
Este testamento incluye instrucciones específicas sobre administración, eliminación o transferencia de cada uno de estos activos, cuentas y contraseñas. Ayuda a preservar la privacidad y evitar conflictos o problemas legales para los familiares.
En algunos casos los activos digitales pueden tener un valor económico considerable, y en este punto también aparece el tema de la seguridad.
Algunos especialistas señalan que los perfiles de redes sociales de usuarios fallecidos pueden representar un problema. "Las fotografías, los datos y los videos pueden utilizarse para crear cuentas falsas con el nombre de la persona fallecida y extorsionar a conocidos y amigos que no saben que la persona en cuestión ha muerto", explicó a la BBC Sasa Zivanovic, experto en ciberdelito.
Otros recomiendan tener actualizada una copia de seguridad de nuestros perfiles. "Si me diagnosticaran una enfermedad terminal y tuviera un hijo pequeño que no estuviera en Facebook, podría descargar todas mis fotos y videos, eliminar los mensajes porque no querría que mi hijo viera, mis mensajes privados, recopilar mis fotos favoritas y escribir una historia sobre cada una de ellas", explicó a la BBC James Norris, fundador de la Digital Legacy Association de Reino Unido.
Las herramientas que ya existen para las redes sociales
Facebook ofrece una herramienta conocida como "contacto de legado", que permite a los usuarios designar a una persona para que gestione su perfil después de su fallecimiento.
Si la persona fallecida no había designado un contacto de legado, los familiares deben llenar una serie de formularios y enviar documentación para solicitar que la cuenta se elimine definitivamente, o que se convierta en una cuenta conmemorativa. En este caso, aparecerá la leyenda “en memoria de” junto al nombre de la persona, y el perfil quedará detenido en el tiempo.
En Instagram, el proceso también implica completar un formulario, proporcionando información como el nombre completo del fallecido, su nombre de usuario y la fecha de fallecimiento. También es necesario subir una copia digital del acta de defunción para confirmar la solicitud de eliminación o para convertir la cuenta en un perfil conmemorativo.
En X (antes Twitter), hay que acceder al Centro de ayuda y seguir las instrucciones para desactivar la cuenta de un familiar fallecido. Para Google y YouTube, el proceso se realiza a través del Centro de soporte de Google. Seleccionar “Cerrar la cuenta de un usuario fallecido” y proporciona la información requerida, incluyendo una copia del certificado de defunción y la identificación del familiar para verificar la relación con el fallecido.
Resucitar a los muertos con inteligencia artificial
Existen proyectos y compañías que se embarcaron en planes inquietantes. Por ejemplo, Proyecto Diciembre ofrece la posibilidad de volver a tener conversaciones con los seres que ya no están.
El cliente interesado debe completar algunos campos con información relevante sobre la personalidad del difunto, sus gustos y su manera de hablar. Así, en base a apodos, muletillas, palabras frecuentes, un sistema de inteligencia artificial creará una personalidad “idéntica” a la del fallecido, con quien se puede tener una conversación en línea.
“Este es un sistema de investigación de vanguardia que hace un buen trabajo de simulación de personalidades inteligentes. Muchas personas han reportado experiencias positivas al usarlo para simular a los muertos, y puede que te resulte útil, por eso hemos abierto este servicio al acceso público”, dice la plataforma, que cobra la módica suma de 10 dólares por acceder a esta experiencia, que puede durar poco más de una hora.
Al ritmo que avanza la tecnología, la formidable historia que se presenta en el capítulo "Be right back" de la serie Black Mirror ya no parece tan imposible. Allí, una joven viuda encarga a una compañía de IA una réplica de su marido, construida en base a toda la información digital que ha quedado sobre él. Una práctica que se denomina nigromancia digital.
En esta ficción, no obstante, algo falla: la réplica es una presencia fantasmal que luce igual que su marido, habla con su misma voz y expresiones, pero sin embargo no es él.
Quizá pronto sea posible recrear copias cada vez mejores de personas que ya no están. Quizá sea cuestión de tiempo. Y de ver si una inteligencia artificial también es capaz de recrear artificialmente un alma.
Referencias de la noticia:
Öhman, C. J., & Watson, D. (2019). Are the dead taking over Facebook? A Big Data approach to the future of death online. Big Data & Society, 6(1).