Reciente estudio científico determinó que la Puna se desarrolló en cuatro etapas durante los últimos 24 millones de años

La Puna, una meseta elevada en los Andes del noroeste de Argentina lleva un período de desarrollo que se inició hace más de 20 millones de años. Ahora se logró determinar que ese proceso se hizo en cuatro etapas y que aún sigue en desarrollo.

Puna
La Puna es una meseta elevada en la zona andina del noroeste de Argentina. Se logró establecer que su desarrollo lleva más de 20 millones de años.



La meseta andina de Sudamérica, la Puna en el caso de Argentina, tiene una elevación promedio de 4.000 metros sobre el nivel del mar y se ha formado por un levantamiento orogénico que comenzó hace más de 20 millones de años. La orogenia se produce en los márgenes de las placas convergentes a medida que las placas comprimidas se pliegan hacia arriba, dando lugar a cadenas montañosas y rasgos geológicos asociados, tal como lo explica Live Science.

El proceso de desarrollo de la Puna se inició hace unos 24 millones de años. Ahora los investigadores lograron demostrar que a lo largo de ese tiempo se habría pasado por unas cuatro etapas de desarrollo.

La investigación sobre esta gran meseta, sólo superada por la meseta tibetana en altura y extensión, podría mejorar la comprensión científica de regiones similares de todo el mundo. En un reciente estudio publicado el pasado 24 de junio, investigadores del CONICET y del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA) combinaron múltiples fuentes de datos para rastrear la evolución de las tensiones y la deformación de la corteza terrestre en la región de la Puna durante los últimos 24 millones de años.

Los investigadores utilizaron imágenes de satélite para cartografiar las características estructurales actuales de la meseta, como relata también Eos. Con una técnica denominada modelización prospectiva, utilizaron los resultados de esta cartografía para reconstruir los desplazamientos geométricos de deformaciones pasadas. También utilizaron la datación por uranio-plomo para determinar la edad de los circones (minerales duros cuya composición puede dar pistas sobre las condiciones en que se formó la región).

Las cuatro etapas del desarrollo

Las edades de los circones les ayudaron a rastrear los cambios regionales en la magnitud y orientación de las tensiones que afectaban a la meseta. El período en el que se desarrolló toda la región data del Cenozoico tardío. El equipo de trabajo dividió la evolución de la meseta en cuatro etapas: la primera se caracteriza por una compresión este-oeste, la última está dominada por un régimen de deslizamiento de rumbo y las dos intermedias son estados de transición entre los dos regímenes.

Lograr comprender el levantamiento de la meseta andina en un régimen de tensión cambiante, en lugar de en un estado uniforme a lo largo del tiempo, tiene implicaciones para una investigación más amplia sobre cómo se forman las cadenas montañosas.


La progresión identificada en el nuevo estudio es similar a las evoluciones orogénicas propuestas para la meseta tibetana y los Andes peruanos, según los autores. Sin embargo, regiones como la meseta tibetana ya han alcanzado niveles críticos de tensión, que hacen que la corteza se extienda y adelgace en un proceso conocido como colapso orogénico. En contraste, los nuevos resultados indican una ausencia de fallas normales en la meseta andina, lo que sugiere que aún no está colapsando.

La importancia de la investigación científica

Los investigadores han encontrado que estos procesos siguen ocurriendo en el norte de la Puna, mientras que la Puna más austral no está experimentando un colapso orogénico extensional. En resumidas cuentas, se trata de un proceso que se inció hace unos 24 millones de años, que atravesó por cuatro etapas diferenciadas, y que continúa en la actualidad su desarrollo.

Puna Catamarca
En la imagen se puede ver el límite sur de la meseta y el Salar de Antofalla en Catamarca, Argentina. Imagen: Rodrigo Quiroga.

Rodrigo Adolfo Quiroga Carrasco es quien comanda al equipo de trabajo, y es investigador del CONICET y de IANIGLA. También ha trabajado para el instituto Geowissenschaften de la Universidad de Potsdam, en Alemania. Los resultados del trabajo demuestran la complejidad que existe detrás del desarrollo e historia geológica de los Andes, y señala claramente que es un proceso que aun sigue desarrollándose.

También es importante destacar que los investigadores lograron hacer este trabajo dentro de estructuras solventadas por el Estado, y también aportaron experiencia lograda en el exterior. Este tipo de investigaciones requieren de mucho tiempo de trabajo, y sus resultados son de suma importancia no solo para conocer el proceso involucrado, sino para aportar referencias geológicas útiles en algunas actividades económicas. Del trabajo también participaron científicos chilenos y alemanes.

Referencia de la noticia:

Quiroga, R., Giambiagi, L., Echaurren, A., Mescua, J., Pingel, H., Fuentes, G., et al. (2024). Boundary effects of orogenic plateaus in the evolution of the stress field: The southern Puna study case (26°30′–27°30′S). Tectonics, 43, e2023TC008185. https://doi.org/10.1029/2023TC008185