¿Sabías que engordamos medio kilo al año? Estos son los hábitos que podemos adoptar para evitarlo

El tiempo pasa y vamos ganando peso. Por qué nos sucede esto y qué pequeños hábitos podemos adoptar para evitarlo.

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Mantener un peso saludable reduce significativamente el riesgo de desarrollar problemas crónicos en la edad adulta.

Si tenés más de 40 años, posiblemente estés iniciando el año con al menos medio kilo más respecto de enero del año anterior. Y no es necesariamente por los desajustes de las fiestas, sino porque el aumento gradual de peso es el resultado natural de los cambios biológicos y de estilo de vida que atravesamos a lo largo de los años.

En efecto, a medida que pasa el tiempo, tendemos a reducir la actividad física. La rutina laboral y las responsabilidades familiares limitan el movimiento, lo que significa que quemamos menos calorías.

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Un estilo de vida sedentario y una dieta desequilibrada son los principales impulsores del aumento de peso.

Otros factores que contribuyen al aumento gradual de peso son las dietas poco equilibradas, el sueño insuficiente y el estrés. Y, por supuesto, que con los años nuestro metabolismo se vuelve más lento, la masa muscular disminuye y quemamos menos calorías incluso estando en reposo.

Con todo esto, según los expertos, los adultos tienden a ganar entre 0,5 y 1 kilo al año, lo que puede sumar cinco kilos o más por década.

Aunque parezca poco, la suma de medio kilo cada año puede acumular varios kilos en un lustro o una década. Y por fuera de cualquier cuestión estética, ganar peso tiene importantes consecuencias para la salud.

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La acumulación de peso es silenciosa, pero sus consecuencias pueden ser graves si no se controla a tiempo.

A medida que acumulamos kilos adicionales, incrementamos el riesgo de desarrollar enfermedades graves como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y ciertos tipos de cáncer, incluidos el de mama, hígado y colon.

Incluso un aumento moderado de peso en la edad adulta puede desbalancear el metabolismo, alterar los niveles hormonales, sobrecargar los órganos y favorecer la aparición de enfermedades crónicas.

Además, cuando el aumento de peso es excesivo, puede traer problemas articulares, apnea del sueño y una menor calidad de vida. Por esto, mantener un peso estable no solo mejora nuestra salud actual, sino que previene complicaciones futuras.

La importancia del punto de equilibrio

Un concepto clave relacionado con el aumento de peso es el punto de equilibrio corporal. Este modelo sugiere que cada persona tiene un peso “ideal” que el cuerpo intenta mantener ajustando el apetito y el metabolismo. Cuando ganamos peso, este punto se reajusta a un nivel más alto, lo que dificulta luego perder esos kilos de más.

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Cada kilo adicional redefine el 'punto de equilibrio' del cuerpo, dificultando la pérdida de peso a largo plazo.

Sin embargo, es posible modificar este punto si se pierde peso gradualmente y se mantiene esa pérdida en fases controladas. De esta forma, el cuerpo puede adaptarse a un nuevo peso saludable sin generar resistencia.

Algunos buenos consejos para evitar el aumento de peso incluyen:

  • Cambiar el orden de las comidas: optar por un desayuno abundante y una cena más liviana, ya que quemamos calorías de manera más eficiente por la mañana.
  • Comer despacio: utilizar utensilios pequeños o diferentes ayuda a comer a un ritmo más pausado, que le da tiempo al cerebro a reconocer las señales de saciedad que envía el estómago.
  • Llenar el plato de colores: priorizar las frutas y verduras de distintos colores para obtener fibra y nutrientes esenciales.
  • Evitar alimentos ultraprocesados: recurrir a alimentos frescos como frutos secos, semillas y miel, que ofrecen sabor natural sin calorías innecesarias.
  • Mantenerse activo: incorporar movimientos cada día, desde caminar más hasta explorar nuevos deportes que nos mantengan activos y motivados.
  • Priorizar el buen descanso: dormir al menos siete horas cada noche ayuda a regular el apetito y la energía.
  • Monitorear el peso: pesarse regularmente puede ayudar a detectar pequeños cambios y actuar antes de que se acumulen.
    • Mantener hábitos saludables no significa eliminar los placeres, sino aprender a equilibrarlos para que los cambios sean sostenibles a largo plazo. Así, las resoluciones de año nuevo pueden transformarse en un estilo de vida duradero.