Se agrandó la familia: un nuevo estudio identificó unos 50 nuevos parientes de pterodáctilos... ¡y de todos los tamaños!
Los pterodáctilos no eran dinosaurios, pero convivieron con ellos durante decenas de millones de años. Un nuevo estudio pudo encontrar decenas de "parientes escondidos" entre otros restos fósiles.
Pterosaurio (del griego Pterosauria, por "lagartos alados") es el término de uso común para denominar a una especie de reptiles voladores (saurópsidos arcosaurios) que existieron durante casi toda la Era Mesozoica (entre 228 y 66 millones de años atrás). SI bien comúnmente son llamados pterodáctilos, este nombre designa sólo a una parte de esta gran familia que conformaban los primeros vertebrados en conquistar el aire.
Una compleja membrana sostenida por el cuarto dedo hipertrofiado de la mano, daban forma y estructura a sus alas, y todo su cuerpo estaba cubierto de plumas, algunas muy coloridas.
Un reciente estudio ha podido hallar cerca de 50 parientes hasta ahora ocultos del pterodáctilo, el primer pterosaurio, los que permitirán a los científicos reconstruir la historia de vida de este reptil volador desde la cría hasta la edad adulta.
Newton no sabía de los dinosaurios (ni de los pterosaurios)
El naturalista italiano Cosmo Alessandro Collini descubrió la primera evidencia fósil de pterodáctilos en 1784 en los yacimientos de caliza de Eichstätt, en Baviera (Alemania). Y recién en 1824, el naturalista británico William Buckland presentó al célebre Megalosauro en una reunión de la Sociedad Geológica de Londres, siendo el primero en describir el primer dinosaurio conocido.
Isaac Newton murió en 1727.
El primer fósil de pterosaurio, de 150 millones de años, tenía sólo el tamaño de una paloma, pero proporcionó la primera evidencia de un extraordinario grupo de reptiles voladores que llenaron los cielos del Mesozoico, volando sobre las cabezas de los dinosaurios, con alas que podrían extenderse hasta 10 metros o más.
Este pterodáctilo quedó eclipsado por pterosaurios gigantes y más aterradores, como el Pteranodon y Quetzalcoatlus, que son los que dominan el imaginario de la mayoría de la gente. Sin embargo, el pequeño pterodáctilo siguió siendo uno de los favoritos entre los científicos de pterosaurios.
Pterodáctilo no es lo mismo que pterosaurio
Los fósiles hallados en estos últimos 250 años, han ayudado a dar forma a gran parte de lo que sabemos sobre los pterosaurios, desde la forma de sus alas y cómo volaban, hasta su dieta y cómo crecían. Pero siempre ha persistido una pregunta: ¿cuáles de estos pterosaurios son verdaderamente pterosaurios y cuáles pertenecen a especies completamente diferentes?
Al igual que para la mayoría de nosotros, esta confusión ha persistido durante siglos también para la ciencia. Pero gracias a un estudio que analizó, mediante luces ultravioleta, decenas de ejemplares de pterodáctilos en museos de todo el mundo, el misterio ha quedado resuelto y finalmente se ha descubierto la verdadera identidad de estos fósiles.
Los paleontólogos de la Universidad de Leicester, Robert Smyth y el Dr. Dave Unwin, pudieron sacar a la luz pequeños detalles óseos casi invisibles que distinguen un tipo de pterosaurio de otro. Identificando características óseas únicas que se encuentran en la cabeza, caderas, manos y pies, Smyth y Unwin revisaron sistemáticamente otros fósiles de los mismos depósitos y, para su sorpresa, gracias a la fluorescencia estimulada por rayos UV que reveló una sorprendente cantidad de detalles, descubrieron muchos otros ejemplos de pterodáctilos “camuflados” entre lo que se pensaba que eran otras especies de pterosaurios.
Así fue como pudieron establecer un extenso retrato familiar de los pterodáctilos, que abarca desde “bebés pterodáctilo”, crías del tamaño de un petirrojo; pasando por “pterodáctilos adolescentes”, hasta pterodáctilos adultos del tamaño de un cuervo con una envergadura de casi diez veces mayor. De allí se desprende que este estudio tendrá un impacto revolucionario en nuestra comprensión de los pterosaurios.
Referencia de la noticia:
A festive flying pterosaur family reunion 150 million years in the making. University of Leicester News, 19 December 2024