Sí, el trabajo remoto puede tener una huella de carbono 54% menor, pero sólo bajo ciertas condiciones
Trabajar desde casa puede significar un ahorro energético importante, pero para que el impacto ambiental sea significativo, deben tenerse en cuenta muchas otras variables.
Trabajo remoto, teletrabajo, homeoffice, híbrido, presencial, semipresencial. Términos que antes del 2020 eran casi exclusivos de áreas tecnológicas, pero que la pandemia del COVID impuso en la vida y el vocabulario de todos.
Muchas investigaciones se dedican todavía hoy a estudiar las prácticas que ha dejado la pandemia. En este sentido, un estudio reciente de la Universidad Cornell se enfocó en analizar la huella de carbono asociada a las modalidades de trabajo presencial, híbrido y totalmente remoto.
"Todo el mundo sabe que sin desplazarse se ahorra energía en el transporte, pero siempre hay efectos en el estilo de vida y muchos otros factores", dijo Fengqi You, autor principal del estudio.
Por eso, a diferencia de investigaciones anteriores, aquí se incluyen factores que no siempre se tienen en cuenta para calcular la huella de carbono.
Por ejemplo, el uso de energía residencial ; el número de miembros del hogar; la distancia, el modo de transporte, el uso de dispositivos TICS; la configuración de la oficina, incluido el tamaño del edificio y los asientos compartidos.
La conclusión más significativa del análisis es que el trabajo totalmente remoto puede tener una huella de carbono hasta un 54 % menor respecto de la huella de los trabajadores totalmente presenciales.
Sin embargo, este número sólo se alcanza bajo ciertas condiciones , o si se tienen en cuenta otras variables relacionadas con las rutinas de las personas y las organizaciones.
La influencia del estilo de vida y la configuración de las oficinas
La investigación, que se publicó en Proceedings of the National Academy of Sciences, utilizó los datos de encuestas de Microsoft, y conjuntos de datos con más de 100.000 muestras sobre desplazamientos y teletrabajo .
Además, utilizó la Encuesta Estadounidense sobre el Uso del Tiempo, la Encuesta Nacional de Viajes de Hogares y la Encuesta sobre Consumo de Energía Residencial.
Con toda esta información, se modelaron las emisiones de los trabajadores presenciales, los híbridos y los totalmente remotos.
Así, el estudio encontró que los trabajadores híbridos , que trabajan entre 2 y 4 días desde su casa, reducen su huella de carbono entre un 11% y un 29%, pero quienes sólo trabajan un día a la semana de forma remota tienen un impacto. . sensiblemente menor, de sólo el 2%.
Según el análisis, los trabajadores híbridos tienden a vivir más lejos que los trabajadores presenciales, y realizan otros tipos de desplazamientos -recreativos- que compensan el traslado diario a la oficina .
El punto central es que, para que puedan tener un impacto significativo, tanto el trabajo remoto como el híbrido deben ir acompañados de acciones vinculadas al estilo de vida, la distancia de la vivienda, la elección del transporte, y la configuración del entorno tanto doméstico. . como laboral.
El uso de energía en la oficina es el principal contribuyente a la huella de carbono de los trabajadores tanto presenciales como híbridos. Entonces, según el estudio, puede darse una reducción de la huella de carbono de hasta un 28% si los trabajadores híbridos comparten (y alternan) el asiento de trabajo.
El estudio muestra que el trabajo remoto e híbrido puede tener un impacto positivo en la reducción de las emisiones de GEI, pero para lograrlo, se deben tener tomar medidas como cambiar el enfoque del uso de las TIC hacia la descarbonización de los desplazamientos, la reducción. del tamaño de las instalaciones y la penetración de energías renovables en los edificios de oficinas.