Sistema Solar: el noveno planeta podría ser un agujero negro
Un grupo de investigadores ha planteado que el llamado “Planeta Nueve” del Sistema Solar, es en realidad un “Agujero Negro”. Conoce los detalles del interesante planteo y las consecuencias en la Tierra si se demuestra esta teoría.
Hasta donde la ciencia ha demostrado, nuestro Sistema Solar contiene ocho planetas: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, recordemos que Plutón ha salido de la lista en 2006 porque su naturaleza no cumple con la redefinición de “planeta” hecha por la Unión Astronómica Internacional (IAU). El cuerpo celeste que hasta ese momento era considerado el noveno planeta, ubicado en una región lejana del sistema solar llamada Cinturón de Kuiper, fue relegado desde ese año y forma ahora parte del grupo de los “planetas enanos”, junto con Eris, Ceres, Haumea y Makemake.
Diez años después, apareció la posibilidad de sumar un nuevo noveno planeta, oculto hasta ese momento en los confines exteriores del Sistema Solar. En 2016 los astrónomos Konstantin Batygin y Mike Brown del Instituto Caltech, en California, EE.UU., encontraron evidencias de extrañas órbitas en objetos distantes del sistema solar, a través de sus investigaciones con cálculos matemáticos y simulaciones en computadoras.
Se comenzó a hablar de la existencia de un planeta gigante en los extremos del Sistema Solar, en una profunda e inexplorada región. Se trata del supuesto “Planeta Nueve” o también llamado por algunos “Planeta X”, que aún no ha podido ser visto con nuestra tecnología actual por su lejanía.
La novedad llega desde hace unos días, cuando comenzó a circular la noticia de que un grupo de científicos adjudicaban las órbitas del hipotético Planeta Nueve, a un posible pequeño agujero negro dentro del Sistema Solar, pero ¿cómo puede ser que esté tan cerca nuestro?
El planteo de la teoría
Jakub Scholtz y James Unwin, son un grupo de científicos del Dpto. de Física de las Universidades de Illinois en Chicago, y de California, EE.UU.; trabajan en la hipótesis de que tal vez ese Planeta Nueve sea en realidad un pequeño agujero negro. No se trataría de un gran objeto formado por el colapso de estrellas masivas de donde no puede escapar ni la luz, sino que se trata de otro tipo de agujero negro llamado primordial o primitivo (por sus siglas en inglés, PBH).
Algunos científicos creen que, en los primeros tiempos del universo cuando aún no se formaban las estrellas, trozos de materia primitiva se concentraron y aplastaron tan fuerte que se convirtieron en pequeños agujeros negros. De hecho se cree que podrían ser de tamaño microscópico, y si se demuestra su real existencia podrían estar esparcidos por todo el universo.
Para el caso del “falso Planeta Nueve”, se trataría de un PBH con masa solo hasta 20 veces mayor que la de la Tierra. El problema es cómo detectar algo que se encuentra entre unos 45/150 mil millones de kilómetros de nuestra estrella, en dónde es muy difícil que la cantidad de luz solar colabore para el buen uso de telescopios.
¿Planeta X o PBH?
La teoría propone que la existencia de un agujero negro es la responsable de los dos comportamientos observados: por un lado las órbitas de los objetos en el cinturón de Kuiper en la parte más alejada del Sistema Solar; y por el otro las anomalías de luz detectadas en la porción más alejada que Plutón, el hecho de que la luz que viaja a través del Sistema Solar parece estar curvada, evidenciando la presencia de uno (o varios) objetos. Para Scholtz y Unwin la presencia de un PBH cierra perfecto, porque explicaría ambos comportamientos.
Los investigadores pueden detectar planetas lejanos por ejemplo, hallando burbujas de luz que se deforman (se curva) alrededor de su campo gravitacional, se notarían a medida que pasan frente a una estrella lejana y continúan su órbita. Ahora bien, en el caso de los agujeros negros de masa planetaria como este, lo que deberían identificar los científicos son destellos de rayos gamma, porque delatan su presencia. Es probable que el PBH este rodeado por un halo o corona de materia oscura de hasta mil millones de kilómetros, cuando se dan choques e interacciones entre las partículas de esa materia, se podrían liberar rayos gamma.
Telescopio Fermi
Si de buscar destellos de rayos gamma se trata, hoy en día los científicos cuentas con la tecnología necesaria para hacerlo gracias al telescopio Fermi de la NASA, una herramienta adecuada para avanzar en la demostración de la teoría del PBH.
Este telescopio de rayos gamma viene realizando observaciones desde 2008, por lo tanto se pueden estudiar las series de datos obtenidas. Si se detecta la presencia en el cielo de rayos gamma en lento movimiento a lo largo del tiempo, esto podría indicar la presencia de un PBH. Igualmente el estudio seguiría siendo teórico, porque el planteo de la hipótesis se basa en agujeros negros primitivos de los cuales aún no se comprobó su real existencia.
De todas maneras, el novedoso planteo de que no se trate de un noveno planeta gigante sino de un mini agujero negro, resulta sumamente interesante e impulsa a los científicos a seguir investigando y conociendo más sobre nuestro Sistema Solar, la materia oscura, nuestra Tierra y el universo entero.
¿Cómo le afectaría a la Tierra tener cerca un PBH?
Si se tratara de un agujero negro tradicional, (supermasivo o estelar), todo el Sistema Solar debería estar orbitando a su alrededor, pero esto no ocurre porque según el planteo trata sobre un agujero negro de masa planetaria. En este caso no habría motivo alguno para sentirse amenazados, sería tan pequeño que podría tener un diámetro de apenas 12 cm. Cabe la posibilidad de que fuesen varios PBH, y sumados den la masa original del orden planetaria.
Esperemos tener pronto muchas novedades a cerca de la evolución en el estudio de los PBH. Si pudieran elegir entre descubrir como vecino cercano en nuestro Sistema Solar: al Planeta X o a un Agujero Negro Primitivo, ¿qué les resultaría más interesante? Yo voto por la segunda opción.