Un estudio sugiere que la deforestación ocasionó el cambio de color en algunas especies de moscas

Los investigadores sostienen que la actividad humana ha alterado la interacción entre especies, hasta alcanzar modificaciones genéticas.

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La deforestación impacta en las especies que habitan los bosques.

¿Pueden las actividades humanas generar cambios a nivel genético en otras especies y terminar alterando su evolución? Este es uno de los temas de mayor interés para las ciencias biológicas, y una investigación reciente aporta nueva evidencia hacia un respuesta afirmativa.

Científicos de la Universidad de Otago indagaron en cómo la intervención humana en la flora de Nueva Zelanda ha traído cambios evolutivos en especies silvestres. Específicamente, el estudio documenta cómo la deforestación de bosques indujo modificaciones rápidas en la coloración de las moscas nativas.

Los investigadores se enfocaron en dos especies de moscas de piedra que viven en los arroyos boscosos de Nueva Zelanda. Por un lado, la mosca Austroperla, que produce cianuro, es venenosa, y tiene una coloración oscura que sirve de señal de peligro para sus depredadores.

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Los investigadores analizaron dos especies de moscas nativas. Crédito: SIMON SHIM Shutterstock

Por otro lado, la mosca Zelandoperla, que es inofensiva, pero que, en su evolución, consiguió imitar el color de la Austroperla, para obtener la misma inmunidad y repeler a sus depredadores.

Este mimetismo para la supervivencia (llamado mimetismo batesiano) funcionó mientras el entorno se mantuvo estable, con todas sus especies animales y vegetales. Sin embargo, la estrategia ha empezado a fallar y, según los autores, la causa es la deforestación.

Para el estudio, que se publicó en la revista Science, los investigadores analizaron más de 1200 especímenes de moscas de piedra de 19 lugares diferentes en el sur de Nueva Zelanda, abarcando tanto áreas boscosas como deforestadas.

El análisis reveló que, en áreas donde los bosques se mantenían intactos, alrededor del 40 % de las Zelandoperla presentaban la coloración oscura de advertencia hacia los depredadores. En cambio, en zonas deforestadas, solo un 14% conservaba este disfraz protector.

“La eliminación de los bosques desde la llegada de los humanos ha eliminado las especies venenosas. Como resultado, en las regiones deforestadas la especie imitadora ha abandonado esta estrategia, ya que no hay nada que imitar, y en su lugar ha evolucionado hacia un color diferente”, explicó en un comunicado el Dr. Jon Waters, profesor del Departamento de Zoología de Utago y coautor del estudio.

Cambios en el entorno producen cambios genéticos

Los científicos usaron métodos de recolección de datos en campo para comparar la frecuencia de coloración de advertencia en las especies de moscas en diferentes hábitats. Además, realizaron experimentos de depredación con insectos modelo para evaluar la eficacia del mimetismo en diversas condiciones.

Mediante análisis genéticos, identificaron el gen responsable de los cambios de color, llamado ébano, lo que les permitió observar patrones de evolución paralela en las poblaciones de moscas de piedra y determinar cómo la deforestación había alterado su estrategia de supervivencia. Los resultados sugieren que la evolución de estas especies aún está en marcha, en respuesta a las nuevas condiciones ambientales.

Poblaciones independientes han experimentado cambios similares en respuesta a la deforestación, lo que demuestra que la evolución puede ser un proceso predecible, explica el Dr. Graham McCulloch, coautor del estudio.

El estudio destaca la importancia de comprender cómo la actividad humana impacta no solo en los ecosistemas, sino también el rumbo evolutivo de las especies que habitan en ellos.

La investigación tiene algunas limitaciones, como el tamaño de la muestra, que podría no representar a todas las poblaciones o especies afectadas por la deforestación. Además, podría estar omitiendo otros factores ambientales o acciones humanas que influyen en la adaptación del color.

Sin embargo, presenta nueva evidencia de que las actividades humanas pueden impulsar un rápido cambio evolutivo al alterar las interacciones entre especies.



Referencias de la noticia:

Steven Ni et al. ,Human-driven evolution of color in a stonefly mimic.Science386,453-458(2024).