¿Y si en lugar de un asteroide fuera una estrella la que impactara contra la Tierra?
El universo está en movimiento, tanto nuestro sistema solar como otras estrellas. Pero, ¿es posible un encuentro cercano de nuestro Sol con otras estrellas? Parece que sí, y con mucha más frecuencia de lo esperado.
El conocimiento actual de nuestra Galaxia nos permite calcular la probabilidad de un encuentro cercano del sistema solar con otra estrella de nuestra Galaxia.
Según cálculos realizados por Ethan Siegel (PhD en Astrofísica), se han producido hasta 40.000 de estos encuentros cercanos desde que nació el sistema solar.
Pero, ¿cuándo fue el último encuentro cercano?
El último encuentro cercano con una estrella
El último encuentro cercano entre el Sol y otra estrella se remonta a hace 70 mil años, cuando la estrella de Scholz (una estrella doble también conocida como WISE 0720-0846) se acercó al Sol a una distancia mínima de unas 52 mil unidades astronómicas.
es una unidad de medida de distancia y equivale a la distancia promedio Sol-Tierra (equivalente a aproximadamente 149 millones de kilómetros).
Como se representa en la imagen de portada, considerando que todo el sistema solar se extiende hasta aproximadamente 200 mil unidades astronómicas, siendo la nube de Oort la parte más externa compuesta principalmente de planetesimales helados, la estrella de Scholz efectivamente ha cruzado el sistema solar.
Las consecuencias de encuentros tan cercanos dependen de muchos factores como la masa de la estrella, su velocidad relativa al Sol, el punto de cruce, el ángulo de incidencia respecto al plano del sistema solar…
Las consecuencias podrían ser muy diferentes; el paso de la estrella podría simplemente arrancar parte de los planetesimales exteriores de la nube de Oort, así como provocar la expulsión de algunos planetas o la modificación de sus órbitas con consecuencias también difíciles de predecir.
El próximo encuentro cercano
¿El siguiente? Hasta hace unos meses se preveía que el próximo encuentro cercano se produciría dentro de 29 mil años con la estrella WD 0810-343, una enana blanca que se esperaba que atravesara el sistema solar a una distancia de unas 30 mil unidades astronómicas del Sol.
Sin embargo, observaciones más recientes de WD 0810-343 han revelado no sólo que el encuentro no se producirá, sino que quizás esta estrella nunca se movió hacia el Sol.
La predicción inicial se basó en mediciones espectroscópicas realizadas por el telescopio espacial Gaia. Estas observaciones de WD 0810-343 habían mostrado un cambio en las líneas espectrales hacia el color azul, lo que significa un movimiento de aproximación hacia la Tierra.
Sin embargo, recientes observaciones realizadas con el VLT (Very Large Telescope) de ESO (Observatorio Europeo Austral) utilizando el instrumento FORS2, han revelado la presencia de intensos campos magnéticos en la superficie de esta estrella.
La presencia de campos magnéticos puede modificar sustancialmente la posición de las líneas espectrales, como efectivamente ocurrió en el caso de WD 0810-343. Por tanto, una vez cuantificados y retirados del espectro los efectos magnéticos, se descubrió que la estrella no presenta ningún movimiento de aproximación hacia el Sol.
Los resultados de esta investigación, firmada por primera vez por el astrónomo John Landstreet del Observatorio Armagh (GB), se publicaron en julio en el prestigioso Astrophysical Journal ( ApJ 952, 2023 ).
Este resultado es un buen ejemplo de cómo el avance de la ciencia, y en este caso de la astronomía, en la comprensión del universo se produce a través de prueba y error. Toda interpretación de un fenómeno sigue siendo válida hasta que una nueva investigación la cuestiona y sugiere un mejor camino hacia el conocimiento.
¿Peligro evitado? Sí, pero sólo para el encuentro con WD 0810-343. Si la estadística nos dice que la frecuencia media de estos encuentros es de uno cada 100 mil años, puesto que se trata de un valor medio, existe la probabilidad (aunque pequeña) de que se produzcan encuentros aún más cercanos a lo largo del tiempo. Sin embargo, podríamos decir que los tiempos de escala se mantienen razonablemente por encima de los 10 mil años.