En zona de riesgo: superamos 7 de los 8 umbrales claves para un planeta seguro para la humanidad
Un informe científico estableció los límites ambientales que aseguran el mantenimiento seguro y justo de la humanidad. Podremos enfrentar riesgos "colosales".
En 2009, un grupo de científicos de trayectoria internacional en los conocimientos relacionados con la sostenibilidad, el cambio climático y los recursos hídricos globales, identificaron los procesos que regulan la estabilidad y la resiliencia del sistema terrestre.
Además de describirlos, propusieron límites cuantitativos para cada uno de ellos, dentro de los cuales la humanidad puede continuar desarrollándose y prosperando para las generaciones venideras. Cruzar estos límites puede disparar el riesgo de generar cambios ambientales abruptos o irreversibles a gran escala, con consecuencias devastadoras para el planeta y quienes lo habitamos.
Holoceno: el clima que permitió la civilización
Hace unos 12.000 años finalizó el último período glacial y comenzó un período de temperaturas confortables que dio lugar al holoceno, una era geológica marcada por el reinado del Homo sapiens, la única especie humana que ha vivido a lo largo de todo el Holoceno. Bajo estas condiciones han prosperado alrededor de 26 civilizaciones que desarrollaron el lenguaje, la agricultura y la tecnología, entre otras habilidades que aseguraron nuestra supervivencia. Las ciencias geológicas indican que estas condiciones de clima benigno deberían persistir hasta la próxima glaciación, en alrededor de 7.000 años, pero por el daño que le hemos hecho a los sistemas que mantienen a nuestro planeta en el estado de holoceno, nuestra supervivencia como especie está en peligro.
Los nueve límites planetarios incluían al cambio climático, el Ciclo hidrológico y el uso de agua dulce, el cambio de uso de suelo, la pérdida de la biodiversidad, los flujos de fósforo y nitrógeno (fundamentales como nutrientes para los cultivos), la acidificación de los océanos (los océanos absorben CO2 formando ácido carbónico, que altera la composición química de los mares y la vida marina), la carga de aerosoles en la atmósfera (contaminación ambiental y su influencia en la salud, los sistemas climáticos y el ciclo hidrológico), la contaminación química y entidades nuevas que contaminan y degradan el ambiente, y finalmente el agotamiento de la capa de ozono estratosférico, el único de los 9 límites que la humanidad pudo controlar.
Límites seguros y justos
Pero un nuevo estudio sobre los límites planetarios llamado “Límites seguros y justos del sistema terrestre”, nos recuerda que la estabilidad y resiliencia del sistema de la Tierra y el bienestar humano están inseparablemente vinculados, aunque sus interdependencias generalmente no son reconocidas.
En base a indicadores biofísicos y mediante el uso de modelos y evaluación de la literatura científica, por primera vez en la historia se cuantifica el impacto que supone sobrepasar los límites planetarios en la salud de las personas y en la desigualdad social.
Esta investigación determina el funcionamiento de los ocho sistemas que sostienen la vida, a saber: el clima, la integridad funcional, los ecosistemas naturales inalterados, el agua superficial, las masas de agua subterránea, la contaminación por fósforo y el exceso de nitratos en los ecosistemas.
Este estudio destaca que si bien la emergencia climática es el mayor problema al que se enfrenta la humanidad (por la velocidad de su manifestación y porque es un evento creciente), no es la única espada de Damocles que pende sobre la civilización.
No sólo el cambio climático
De estos ocho sistemas, en siete se han trasgredido los límites que aseguran la salud y la justicia social, siendo llamativamente el Cambio Climático, el único que se mantiene dentro de un límite seguro y justo.
Sin embargo, el esfuerzo de las naciones por detener el calentamiento global es insuficiente. En el mejor de los escenarios, limitar el ascenso de temperatura media global por debajo del umbral del 1,5 °C sólo disminuiría los impactos en términos de seguridad, pero no de justicia. Más de 500 millones de personas, en particular de países pobres o en vía de desarrollo y que no son responsables de la crisis climática, podrían verse expuestas al aumento del nivel del mar.
Se han sobrepasado límites de explotación de elementos de la naturaleza que son imprescindibles para la vida humana, como también los referidos a la contaminación ambiental y los recursos hídricos indispensables para mantener la biodiversidad. Por ello el estudio sugiere que es necesario mantener áreas de ecosistemas naturales intactos para asegurar las funciones del sistema terrestre de las que dependemos los humanos, otras especies y la propia estabilidad de nuestro planeta, incluidas las reservas y flujos de carbono, agua, nutrientes y detener la extinción de especies.
La conclusión de este trabajo indica que una transformación segura y justa hacia un planeta manejable requiere una acción colectiva urgente de múltiples actores, pero en particular de los gobiernos y las empresas.
Es indispensable actuar de manera inmediata dentro de estos márgenes para mantener intacto el soporte vital del planeta, ya que de ello depende la supervivencia de la humanidad.